Zohran Mamdani, el favorito en la carrera por la alcaldía de Nueva York, ha captado la atención de la ciudadanía con una ambiciosa agenda para hacer la ciudad más asequible. Aunque sus propuestas generan entusiasmo entre los neoyorquinos preocupados por el costo de vida, también generan preguntas sobre su viabilidad y capacidad para ejecutarlas.
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Sus cuatro propuestas principales son el cuidado infantil universal, autobuses gratuitos y rápidos, supermercados municipales y el congelamiento de alquileres de apartamentos bajo estabilización. Son prometedoras, pero cada una enfrentaría desafíos significativos tanto financieros como administrativos.
Cuidado infantil universal
La propuesta más ambiciosa y costosa de Mamdani es el cuidado infantil gratuito para todos los niños menores de cinco años. Actualmente, la ciudad ofrece preescolar gratuito para niños de tres y cuatro años (los programas Pre-K y 3-K), pero extenderlo a bebés y niños menores de tres implicaría una expansión masiva de infraestructura y contratación de personal calificado.
¿Por qué?
La justificación de Mamdani es doble: por un lado, aliviaría la carga económica sobre las familias trabajadoras y, por otro, permitiría la incorporación de más madres al mercado laboral, generando ingresos adicionales para la ciudad.
Hoy, el cuidado infantil en Nueva York cuesta en promedio 26.000 dólares al año, según la oficina del contralor de la ciudad, lo que significa que una familia necesitaría ganar más de 330.000 dólares anuales para cubrir el gasto sin comprometer otros rubros esenciales.
Para familias como la de Maggie Stockdale, en Brooklyn, el costo ha sido tan alto que su esposo tuvo que reducir su jornada laboral y pedir permiso para llevar al bebé al trabajo varios días a la semana.
“Tienes que elegir entre la estabilidad económica y el bienestar de tu hijo”, dijo a The Guardian.
Mamdani argumenta que un sistema universal también impulsaría la economía local al permitir que más madres trabajen y contribuyan con impuestos. Un informe del contralor calcula que al menos 14.000 madres podrían reincorporarse a la fuerza laboral, generando 900 millones de dólares en ingresos laborales adicionales.
¿Puede hacerse?
El desafío principal es el costo. La campaña de Mamdani estima que el programa requeriría 6.000 millones de dólares anuales, aunque otras proyecciones elevan la cifra hasta 12.000 millones, dependiendo de los salarios y la cobertura.
El concejal Justin Brannan, presidente del Comité de Finanzas del Ayuntamiento, asegura que “la ciudad tiene el dinero” (el presupuesto es de 116.000 millones de dólares) y critica lo que llama “un ciclo de falsa austeridad”.
Aun así, financiar el plan requeriría aumentar impuestos a las grandes corporaciones y a los residentes más ricos, lo cual depende de la aprobación del Estado de Nueva York. La gobernadora Kathy Hochul ya ha descartado subir el impuesto sobre la renta, por lo que Mamdani tendría que negociar con la legislatura estatal.
Expertos como Gregory Brender, del Day Care Council of New York, señalan que el éxito del plan depende también de garantizar paridad salarial con los docentes de las escuelas públicas, un reclamo histórico en el sector.
“La educación temprana requiere un personal talentoso y bien formado. Hay que pagarles como corresponde”, subraya.
Autobuses gratuitos y rápidos
Otra propuesta central de Mamdani es crear un sistema de autobuses gratuito y más eficiente, que combine la eliminación del costo del pasaje con mejoras de infraestructura que aceleren los recorridos.
¿Por qué?
Más de un millón de neoyorquinos usan el transporte público a diario, y la mayoría depende del autobús. Sin embargo, la ciudad ha sido criticada por la lentitud del servicio: los buses circulan en promedio a solo 12 km por hora, y algunas rutas, como la B41 en Flatbush Avenue, promedian menos de 6 km/h en sus tramos más congestionados, según una investigación de The New York Times. Esto genera retrasos constantes, acumulación de pasajeros y largas filas en cada parada.
Mamdani sostiene que un sistema gratuito no solo aliviaría la carga económica de los usuarios, sino que también agilizaría el transporte, al reducir los tiempos de embarque y permitir un flujo más rápido en las paradas.
Según Charles Komanoff, economista de transporte, la gratuidad podría acelerar los buses hasta un 12 % en promedio, aunque ese beneficio depende de mantener una capacidad de servicio adecuada ante el aumento de pasajeros.
Experiencias piloto en Queens, implementadas por Mamdani como asambleísta, mostraron un incremento del 30 % en la asistencia de pasajeros en cinco rutas gratuitas.
¿Puede hacerse?
En términos económicos, el costo del programa se estima entre 700 y 800 millones de dólares al año, considerando la tarifa promedio de 2.90 dólares y un nivel de evasión que alcanzó el 48 % en 2024.
Para la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), que administra la red de buses, este monto representa aproximadamente el 19 % de su presupuesto operativo de buses, lo que implica que la eliminación de tarifas requeriría recursos adicionales o recortes en otros rubros.
Ahora, la implementación de carriles exclusivos y señalización prioritaria para buses requiere coordinación con el Estado de Nueva York. Aunque la ciudad ya ha visto mejoras en corredores como la Calle 14 en Manhattan, hacerlos extensivos a toda la red implica obras de infraestructura, islas de abordaje protegidas y sistemas de pago adelantado, inversiones que no están incluidas en la estimación de la campaña.
Sin embargo, los defensores argumentan que el impacto financiero podría ser compensado por beneficios indirectos como ahorros de tiempo para pasajeros, mayor productividad y reducción de costos asociados a retrasos laborales. La medida está respaldada por Brad Lander, contralor de la ciudad y aliado de Mamdani.
Supermercados municipales
Mamdani propone abrir supermercados administrados por la ciudad como parte de su plan para hacer Nueva York más asequible. La idea inicial contempla un establecimiento en cada uno de los cinco distritos como programa piloto, con un costo estimado de 60 millones de dólares al año, cubriendo gastos de alquiler, servicios y manejo de inventario.
Algunos modelos comparables en ciudades como Chicago sugieren que los costos iniciales podrían ser incluso menores.
¿Por qué?
La propuesta busca combatir un problema creciente de “desiertos alimentarios” en sectores como el Bronx y algunas zonas de Brooklyn y Queens, donde las familias dependen de pequeñas tiendas que venden productos hasta un 30 % más caros que los supermercados tradicionales.
Mamdani asegura que estos mercados municipales ofrecerían alimentos básicos a precios justos, garantizando acceso a productos de calidad sin depender de la volatilidad del mercado.
¿Puede hacerse?
Esto no es inédito. Como recuerda Politico, en Estambul, por mencionar un caso, la municipalidad abrió supermercados en barrios de bajos ingresos que ofrecían alimentos y artículos básicos a precios reducidos, con tarjetas prepagadas mensuales para familias de bajos recursos. Los resultados fueron doblemente positivos: los residentes accedieron a productos más baratos y los pequeños productores locales encontraron un canal de distribución, lo que a la vez fortaleció la lealtad política hacia el gobierno local.
A diferencia de otras medidas de Mamdani, los supermercados municipales serían relativamente fáciles de implementar: se encuentran dentro de las competencias del gobierno local, y el presupuesto puede negociarse con el Concejo de la ciudad.
La clave está, según expertos consultados por Politico, en gestionar un negocio con márgenes bajos, garantizando que los precios sean accesibles sin generar pérdidas insostenibles. Si el piloto demuestra éxito, la expansión podría cubrir más barrios y servir como un modelo complementario a otras políticas de acceso a alimentos, transporte y vivienda.
Congelamiento de alquileres de apartamentos
Finalmente, Mamdani propone un congelamiento de alquileres para los casi un millón de apartamentos sujetos a control de renta.
¿Por qué?
En comparación nacional, los costos de vivienda en Nueva York son un 200 % más altos que el promedio de EE. UU. y el costo de vida global de la ciudad es aproximadamente 70 % superior al promedio nacional.
¿Puede hacerse?
Esta medida no tendría costo directo para el presupuesto de la ciudad, pero podría trasladar costos a los propietarios, incluyendo impuestos y mantenimiento.
Expertos señalan que este tipo de políticas ya se ha implementado en el pasado. Bajo la administración de Bill de Blasio, el tablero de directrices de renta aprobó congelamientos de hasta tres años para aliviar la presión sobre los arrendatarios.
Aunque el plan podría ser relativamente fácil de implementar mediante nombramientos estratégicos en el Rent Guidelines Board, críticos argumentan que no aborda la creciente crisis de vivienda para unidades de mercado libre ni sustituye la necesidad de construir 200.000 nuevas unidades asequibles en la próxima década, un objetivo paralelo en la agenda de Mamdani.
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