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El colombiano Brian Steven Ríos murió en una celda de Rubí, Barcelona, el 20 de agosto de 2022, poco tiempo después de aterrizar en España con la idea de formar una vida allí junto a su pareja y a sus dos hijos. Ahora, el médico que lo atendió la noche de su detención irá a juicio por homicidio imprudente.
Ríos decidió salir de Colombia por el conflicto armado, porque a pesar de que trabajaba como operario en el aeropuerto y de que su esposa, Juliana Tapiero, era secretaria de un otorrino, además de que ambos compartían labores en una tienda de comida, la violencia lo obligó a irse. En Rubí, un municipio en la provincia de Barcelona, él se empleó como ayudante de construcción y ella como niñera.
La noche antes de su muerte fue de celebración. Cuando se acabaron las cervezas, Ríos salió en compañía de otra persona para comprar más, pero no regresó. Según la declaración policial, él estaba en estado de embriaguez, caminando con una botella de vidrio en la mano e intimidando a las personas que pasaban por su lado. Tras ser puesto bajo custodia policial, un médico le suministró 0,10 mg de midazolam y 0,25 mg de sinogán, medicamentos depresores del sistema nervioso.
Media hora después, el profesional de la salud le dio el alta y los uniformados se lo llevaron detenido. A las 4:50 a. m. fue declarado muerto, luego de que unos agentes lo auxiliaron porque dejó de respirar. Su caso irá a los tribunales, pues una jueza consideró que el médico que lo atendió antes de ser encerrado en una celda le dio una alta dosis de tranquilizantes “sin haber esperado un período de tiempo prudencial para comprobar que la primera dosis hacía efecto”.
Así lo informó el diario El País de España, que citó un auto en el que se lee que “es altamente recomendable una observación posterior de la administración de fármacos depresores del sistema nervioso central”, y más aún “en caso de abuso de alcohol”. Según el medio de comunicación, el colombiano estaba completamente inconsciente cuando se autorizó su salida. Además, tuvo que ser introducido a la patrulla en volandas y sacado de la misma forma hasta su celda.
Su familia cree que llevar a juicio al médico es un primer paso, pero también espera que se analice la responsabilidad que pueden tener los policías que lo detuvieron y que estuvieron con él cuando se le suministraron los medicamentos. El abogado de Ríos, citado por El País, comentó: “Nos parece importante saber exactamente qué han hecho (...). Ellos estuvieron dentro de la consulta médica, estuvieron haciendo contención mecánica del detenido durante mucho rato, esposado, en una posición delicada, y esos son elementos importantes para nosotros”.
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