Lo que nació como un proyecto para alertar sobre los riesgos de la inteligencia artificial y los riesgos del uso de la tecnología de reconocimiento facial se convirtió en una herramienta que pone en evidencia la habitual distracción de los legisladores en Bélgica.
Resulta que el pasado 5 de julio el proyecto The Flemish Scrollers, creada por el artista visual belga Dries Depoorter, comenzó a monitorear las sesiones del Parlamento en Bélgica para concientizar a los usuarios de la vigilancia masiva. Usando inteligencia artificial, Depoorter analiza a través de un algoritmo escrito en el popular lenguaje de programación Python el video de todas las sesiones que emite en vivo el Parlamento por YouTube o las que fueron grabadas.
La herramienta comienza a buscar si un político está distraído y entonces comparte automáticamente una captura de pantalla a través de Twitter o Instagram, etiquetando la cuenta del político que está revisando su teléfono celular con un mensaje en el que le pide que ponga atención y un video de unos segundos donde se le ve usando su teléfono.
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Las imágenes muestran un recuadro en donde se califica el grado de probabilidad de que cada político se distraiga y el verde con el porcentaje de las posibilidades de que tenga el celular en su mano.
Every meeting of the flemish government in Belgium is live streamed on a YouTube channel.
— The Flemish Scrollers (@FlemishScroller) July 5, 2021
Software is searching for phones and tries to identify a distracted politician. This with the help of AI. The results are then posted to social with the politician tagged. By @driesdepoorter pic.twitter.com/QUQHiYx2HI
Analizando su nivel de atención, la inteligencia artificial desde Twitter les manda un mensaje abierto pidiéndoles que se centren en su labor: “Oiga, suelte su celular”, dice el mensaje.
El proyecto, que comenzó en Bélgica, despierta el interés de otros países; sin embargo, lo que dice su creador es que no quiere cuestionar a los legisladores sino que se revise el uso de ciertas tecnologías que en anteriores casos ya han tenido usos más que cuestionables de cara a la privacidad del usuario.