Putin enciende su maquinaria propagandista en África
El líder ruso Vladimir Putin busca que el Kremlin renueve los antiguos lazos soviéticos con el continente africano para tener influencia allí. Sus asesores lo respaldan, y ya se han puesto a trabajar.
Camilo Gómez / @camilogomez8
El presidente ruso Vladimir Putin visitó Sudáfrica la semana pasada y durante dos días hizo lo que mejor sabe: desplegó su juego diplomático. El líder del kremlin se reunió con más de 35 líderes de naciones africanas a orillas del mar Negro para hablar de las relaciones entre su gobierno y los países de toda África, pues el continente se ha convertido ahora en una de sus prioridades. El mandatario quiere que el vínculo entre Rusia y África vaya más allá del comercio de los rifles Kalashnikov en la región y dejó ver que sus intenciones son muy serias. Sus asesores no solo respaldan su estrategia, sino que ya hay rastros de que su plan se ha puesto en marcha.
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El presidente ruso Vladimir Putin visitó Sudáfrica la semana pasada y durante dos días hizo lo que mejor sabe: desplegó su juego diplomático. El líder del kremlin se reunió con más de 35 líderes de naciones africanas a orillas del mar Negro para hablar de las relaciones entre su gobierno y los países de toda África, pues el continente se ha convertido ahora en una de sus prioridades. El mandatario quiere que el vínculo entre Rusia y África vaya más allá del comercio de los rifles Kalashnikov en la región y dejó ver que sus intenciones son muy serias. Sus asesores no solo respaldan su estrategia, sino que ya hay rastros de que su plan se ha puesto en marcha.
José Matemulane, originario de Mozambique, pasó su juventud estudiando en San Petersburgo. Ahora es el director de Afric, un grupo de expertos que busca fomentar el desarrollo en África. “Solía decirle a la gente que los rusos no son más que africanos blancos. Los rusos tienen su forma de pensar diferente de los patrones occidentales”, dice Matemulane, quien ahora trabaja con Moscú para reducir la influencia estadounidense y de países occidentales en el continente. Afric fue lanzada en 2018, con el apoyo de un empresario desconocido de San Petersburgo.
La influencia de Rusia sobre África no es nueva. Durante años, silenciosamente, el Kremlin ha mantenido un lazo cercano con las naciones africanas enviando armas, mercenarios y sellando acuerdos de minería. Durante la Guerra Fría con Estados Unidos, la Unión Soviética respaldó los movimientos de liberación africanos por lo que incluso hoy todavía es posible encontrarse con altos funcionarios en este continente que hablan ruso, debido a su paso por academias militares en Moscú o Leningrado. Vea también: Rusia-África, y más acá
Sin embargo, la caída del Muro de Berlín y de la Unión Soviética llevaron a la una “retirada” de los planes de Rusia en el continente africano, o por lo menos a un congelamiento. El presidente ruso quiere retomar esas viejas y oxidadas relaciones para fortalecer su influencia en el exterior. Aunque el comercio de Rusia con África se ha duplicado en los últimos cinco años y ha alcanzado un volumen de USD$ 20 mil millones, todavía es insignificante frente a la relación comercial que el continente tiene con Estados Unidos, con quien se maneja una cifra de USD$60 mil millones en comercio, o con la Unión Europea, con quien se tiene un intercambio de USD$300 mil millones.
“Nuestras políticas nunca pretenden imponer nuestros valores culturales, nuestros estándares de democracia, etc., siempre respetamos la soberanía de nuestros socios. Entonces, en ese sentido, es mucho más beneficioso para los países africanos cooperar con Rusia que con otros países, incluidos los estados occidentales”, destacó Anton Morozov, miembro del comité de asuntos exteriores del parlamento ruso.
La estrategia de Putin es simple: perfeccionar un mensaje en el que los africanos vean que esta amistad es beneficiosa para ambos, contraria a la influencia de Europa occidental y Estados Unidos que por años han explotado el continente sin entregarle nada. Por ello, ha buscado que políticos o mensajeros como Matemulane ayuden a Rusia a servir como mensajeros de sus ideas, pues buscar calar en la opinión pública y en la élite política del continente.
Tanto el canal de televisión RT como la agencia Sputnik, dos herramientas aliadas del gobierno ruso, también están al servicio de las intenciones del mandatario. “Entendemos que llegar a Moscú cuesta bastante dinero, y esto puede ser demasiado costoso para las salas de redacción africanas. Estamos listos para considerar las posibilidades de los especialistas en RT y Sputnik para organizar cursos sobre el terreno en países africanos”, dijo Alexei Volin, viceministro de comunicación de Rusia. Le recomendamos: Los tentáculos militares de Rusia también llegan a África
En diciembre de 2018, el exasesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, advirtió sobre los movimientos tanto de Rusia como de China en territorio africano. Bolston lo bautizó como “la Estrategia de África Nueva” y la calificó como una relación “depredadora” hacia el continente. “(Las acciones rusas) amenazan la independencia financiare de las naciones africanas; inhiben las oportunidades para la inversión estadounidense; interfieren con las operaciones militares estadounidenses y representan una amenaza significativa para los intereses de nuestra seguridad nacional”, destacó Bolton. En Estados Unidos señalan que, a nivel político, Trump ha estado poco comprometido con los problemas africanos durante su mandato, como parte de un retiro más amplio de la participación internacional de Estados Unidos.
The New York Times destacó dos nombres importantes que podrían estar involucrados en los planes del presidente para tener más influencia en África. El primero en Yevgeny V. Prigozhin, hombre de negocios acusado por Estados Unidos de poner en funcionamiento una “granja de trolles” que buscaba influir en las elecciones presidenciales de EE. UU. en 2016 y que tiene proyectos en países aficanos. El otro es Konstantin Malofeev, un banquero ruso nacionalista sancionado por el gobierno estadounidense que ha cultivado lazos tanto con líderes de extrema derecha en Europa como con grupos anti-separatismo en Ucrania.
El próximo año se avecina una serie de elecciones importantes en África en varias naciones y a varios de los candidatos se les ha encontrado nexos con el gobierno ruso. Como por ejemplo Mamadou Koulibaly, candidato a la presidencia de Costa de Marfil, quien ya se reunió con el ministro de Exteriores de Rusia, Mikhail Bogdanov, y funcionarios de agricultura y mintería y que confesó que hablará en su campaña de Rusia como un potencial socio económico que ayudará al país.
En una entrevista, Mahmoud Ali Youssouf, el ministro de Relaciones Exteriores de Yibouti, país ubicado en el Cuerno de África, señaló a los países que dijo que sufrieron como resultado de políticas occidentales equivocadas, como Irak, Afganistán, Siria, Líbano, por nombrar algunos ejemplos. “¿Por qué no deberíamos intentar un nuevo enfoque? ¿Un nuevo mensaje? Quizás Rusia es la alternativa”, señaló Youssouf. De la misma manera que en África, la influencia de Rusia en Oriente Medio en los últimos años también es un punto para rescatar, lo que, como señalan expertos, es una señal de que Moscú se está convirtiendo en un jugador político “formidable”.