Regresar a clases tras la erupción del volcán en La Palma

En el colegio, todos los niños llevan tapabocas, otros tienen gorras y gafas protectoras de plástico. Por ahora, no podrán salir a recreo / Foto de referencia

Foto: AFP - DESIREE MARTIN

El volcán Cumbre Vieja seguía este martes lanzando lava y cenizas sobre la isla española de la Palma, en el archipiélago de Canarias, donde ya ha destruido centenares de viviendas y obligado a evacuar a casi 7.000 vecinos. En este escenario, 4.500 niños de los municipios de Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte, regresaron a clase por primera vez este lunes desde que el volcán comenzó su erupción hace un mes.

“Tenía ganas de volver, estamos siete personas en un sótano y ahí no se puede ni respirar”, dijo una estudiante de 11 años a El País de España. En el colegio, todos los niños llevan tapabocas, otros tienen gorras y gafas protectoras de plástico. Por ahora, no podrán salir a recreo. “Por la ventana se ve cómo se sigue acumulando la ceniza que cae del cielo”, cuenta la periodista del diario español, Ana Torres.

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El Cumbre Vieja entró en fase eruptiva el 19 de septiembre, cuando emitió espectaculares ríos de lava que iniciaron un lento descenso hasta alcanzar finalmente el mar, diez días después. Pese a que la erupción no ha dejado ninguna víctima, las ardientes coladas de magma —grises y naranjas— han ido destruyendo todo a su paso, y cubren ya 763 hectáreas. La lava ha arrasado 1.956 edificios, incluidas centenares de casas, de acuerdo con las últimas cifras del gobierno español. Las nubes de ceniza que emite sin descanso el volcán, y que tiñen de gris parte de la isla, también perturban regularmente las conexiones aéreas con La Palma.

La llegada a clases está acompañada de un nuevo protocolo volcánico que se suma al plan establecido para mitigar los contagios por COVID-19. Sin embargo, las mismas autoridades advirtieron que ambas estrategias pueden resultar contradictorias; una recomienda abrir las ventanas y ventilar los salones de forma frecuente, mientras que la otra establece que se deben evitar las actividades en exteriores, pues la calidad del aire no es buena.

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Pese a la crisis volcánica, algunos docentes dicen que el regreso a clases es importante para los niños: “Solo el 20 % de nuestros alumnos disponía de internet u ordenador... muchos han perdido su casa y han vivido situaciones dramáticas”, explicó Nieves Rodríguez, directora de uno de los colegios públicos de Puerto Naos, a el diario El País. Pero para otros, la idea es insostenible: “Parece que mañana se reanudan las clases en la zona de crisis volcánica... y yo sigo sin entender nada”, comentó el domingo Maiki, una profesora de un centro público de Tazacorte.

La lava ha arrasado 1.956 edificios, incluidas centenares de casas, de acuerdo con las últimas cifras del gobierno español. Las nubes de ceniza que emite sin descanso el volcán, y que tiñen de gris parte de la isla, también perturban regularmente las conexiones aéreas con La Palma. A un mes del inicio de la erupción, acompañada también de recurrentes sismos menores, los geólogos no saben pronosticar cuánto tiempo puede extenderse su actividad.

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En estas circunstancias, algunos maestros dicen que la prioridad no es la parte académica, sino la emocional. Y es que Ana Torres cuenta que entre los alumnos, hay algunos que se han tenido que alojar en los hoteles puestos a disposición para atender a las personas afectadas. “Todos están viviendo una situación de mucho estrés, aquí están distraídos y arropados por la comunidad docente y por sus compañeros”, comentó La alcaldesa Noelia García.

El Cumbre Vieja expulsa 10.000 toneladas de dióxido de azufre por día y, para considerar que empieza a apagarse debería descender a 400 toneladas, según explicó a la prensa David Calvo, portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan). “Nadie es capaz de afirmar que esta es su finalización”, afirmó de su lado el jefe del gobierno regional de Canarias, Ángel Víctor Torres.

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Una segunda colada de lava se encuentra ahora a unos 30 metros de la costa, al oeste de la isla, y su contacto con el océano podría provocar emisiones tóxicas. Según David Calvo, este nuevo flujo, cuya temperatura supera los 1.100 grados, avanza muy lentamente y podría llegar el martes al mar, obligando probablemente a confinar a los vecinos de las zonas más cercanas.