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Rusia y Bielorrusia inician ejercicios militares conjuntos: la OTAN está en alerta

Las maniobras “Zapad” entre Moscú y Minsk comenzaron en un contexto delicado: tres años después de la invasión a gran escala de Ucrania y tras la incursión de drones rusos en el espacio aéreo polaco. La Alianza Atlántica vigila la situación de cerca.

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12 de septiembre de 2025 - 01:29 p. m.
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Rusia y su aliado clave, Bielorrusia, empezaron el viernes ejercicios militares conjuntos bajo la mirada inquieta de la OTAN, después de que Polonia acusó a Moscú de agravar las tensiones con la intrusión de drones en su espacio aéreo.

Las maniobras, llamadas “Zapad”, tienen lugar cada cuatro años y se extenderán hasta el martes. Las de ahora coincidieron con el avance de Moscú en Ucrania, donde se intensificaron los bombardeos.

Rusia, que lanzó una ofensiva militar en el país vecino en febrero de 2022, anunció que derribó 221 drones ucranianos a lo largo de la noche, en uno de los mayores ataques de Kiev desde el inicio de la guerra.

“Las maniobras conjuntas estratégicas de las fuerzas armadas rusas y bielorrusas [...] han comenzado”, indicó el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado. Poco después, difundió un video en el que se ven vehículos blindados, helicópteros y buques en acción.

Los ejercicios tienen lugar cerca de Borísov, al este de Minsk, la capital de Bielorrusia, indicaron las autoridades de ese país. El Ejército ruso detalló que algunas “acciones prácticas” se realizarán en Rusia, en el mar de Barents y en el mar Báltico.

La organización de estas maniobras genera preocupación en el flanco oriental de la OTAN, aunque la Alianza Atlántica insistió el viernes en que no ve “ninguna amenaza militar inmediata” contra los miembros del grupo. Polonia, Lituania y Letonia, todos miembros de la organización y vecinos de Bielorrusia, permanecen, sin embargo, en alerta.

El primer ministro polaco, Donald Tusk, advirtió de “días críticos” para su país, y Varsovia ordenó el cierre total de su frontera con Bielorrusia hasta que terminen las maniobras. Lituania y Letonia, a su vez, anunciaron cierres parciales de su espacio aéreo.

“Lo que hace Polonia hoy va principalmente en su contra”, reaccionó el canciller bielorruso, Maxim Ryjenkov, mientras que Moscú pidió el jueves a Varsovia que “reconsidere la decisión [de cerrar la frontera] lo antes posible”.

Las tensiones con Moscú alcanzaron un punto máximo con la incursión en la madrugada del miércoles de unos 20 drones en el espacio aéreo polaco, que obligó a movilizar las defensas antiaéreas de la OTAN. Varsovia aseguró que fue una incursión deliberada, lo que Moscú rechazó.

El despliegue nuclear en las maniobras

Las maniobras de este viernes son “ejercicios planificados, no están dirigidos contra nadie”, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Pero el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, puso en duda las intenciones de Moscú y dijo que los ejercicios no eran “defensivos” y “no solo apuntan a Ucrania”.

El ministro que coordina los servicios especiales polacos, Tomasz Siemoniak, declaró, por su parte, que espera “provocaciones” durante los ejercicios. Polonia y otros países de la OTAN organizarán sus propias maniobras en los próximos días.

Los Zapad suelen organizarse cada cuatro años y las de este 2025 son las primeras desde el inicio de la guerra en Ucrania. Las últimas, celebradas en 2021, movilizaron a unos 200.000 soldados rusos apenas unos meses antes del inicio de la ofensiva en la exrepública soviética.

Los ejercicios de este año deben ser mucho más reducidos, ya que cientos de millas de soldados rusos están desplegados en Ucrania. Bielorrusia afirmó en enero que 13.000 soldados participarían en las maniobras, pero en mayo indicó que ese número se reduciría a la mitad.

Según el viceministro de Defensa polaco, Cezary Tomczyk, unos 40.000 soldados deberían estar presentes en la frontera con Rusia y Bielorrusia.

Según Tusk, el objetivo es simular la ocupación del corredor de Suwalki, que se extiende a lo largo de la frontera entre Polonia y Lituania, con el enclave ruso de Kaliningrado al oeste y Bielorrusia al este. El corredor suele considerarse un punto débil de la OTAN, que podría ser el primer objetivo de un posible ataque ruso. Este temor es una “absoluta tontería”, reaccionó el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko.

Por otro lado, el despliegue de armas nucleares tácticas rusas en Bielorrusia ha dado una nueva dimensión a las maniobras. Minsk dijo en agosto que las acciones incluirían el nuevo misil experimental ruso con capacidad nuclear, llamado Oreshnik.

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