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Nueve migrantes fallecieron, entre ellos una niña, y unos 15 están desaparecidos después de que la barcaza en la que iban se hundiese a 30 millas al sureste de la isla italiana de Lampedusa, en la zona de responsabilidad de búsqueda y rescate (SAR) de Malta.
La Guardia Costera italiana informó que prestó apoyo a Malta en las operaciones de rescate al enviar al lugar una patrullera que rescató a 22 náufragos y recuperó a 9 personas sin vida.
“Las operaciones de salvamento resultaron especialmente complejas debido a las adversas condiciones meteorológicas y marítimas presentes en la zona, con el mar muy agitado con olas de hasta 2,50 metros”, explicó la Guardia Costera italiana en un comunicado.
Seis de los migrantes rescatados llegaron en condiciones de grave hipotermia a isla de Lampedusa y fueron hospitalizados en el pequeño centro de la isla.
Las patrulleras de la Guardia Costera italiana pasaron toda la noche buscando a los desaparecidos, que según los supervivientes son 15 personas, entre ellos tres menores.
En las próximas horas se sabrá, en función de la evolución clínica, si pueden ser dados de alta los seis migrantes hospitalizados o si tendrán que ser trasladados a los hospitales de Palermo o Agrigento, en Sicilia.
Según los medios, se encontraron ocho cuerpos en el mar, entre ellos el de una niña de entre cuatro y ocho años, mientras que una novena persona falleció a su llegada a Lampedusa.
En la barcaza viajaban personas originarios de Guinea Ecuatorial, Burkina Faso, Malí y Costa de Marfil y partieron de Sfax, en Túnez, a las 8 de la tarde del domingo.
“Otra tragedia marítima y de desesperación sacude nuestra isla. Acaban de desembarcar otras ocho víctimas, entre ellas una niña. La cuenta se ha convertido en interminable, siempre es la misma historia, muchos, muchos, pagan para morir en el mar”, afirmó el alcalde de Lampedusa, Filippo Mannino.
UE aprueba polémico pacto migratorio
Justo el día anterior, el Parlamento Europeo aprobó una amplia reforma de su política migratoria, el Pacto de Migración y Asilo, luego de una delicada negociación de varios años sobre un tema que provocó evidentes divisiones en el bloque.
La controvertida reforma, que refuerza controles fronterizos y establece un sistema de solidaridad entre los países miembros, recibió el apoyo de los tres principales grupos del Parlamento, los Socialistas y Demócratas, el Partido Popular Europeo (PPE, derecha) y los centristas de Renovar Europa.
Mientras que países como Hungría consideran que el pacto significa el fin de las fronteras seguras dentro del bloque, representantes de la izquierda europea atacaron la reforma que, según el eurodiputado español Manu Pineda, “llena de vergüenza a toda la UE” y entrega su política migratoria “a la extrema derecha”.
En una nota, la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC), pidió a los países de la UE que “garanticen condiciones humanas para los solicitantes de asilo y los migrantes afectados”.
De su lado, Amnistía Internacional señaló que las instituciones de la UE “vergonzosamente han firmando un acuerdo que saben que conducirá a un mayor sufrimiento humano”.
Vale la pena recordar que el pilar central de esta propuesta fue lanzada por la Comisión Europea (el brazo ejecutivo de la UE) en 2020, en una tentativa de acercar las posiciones de los diferentes grupos políticos.
Así, la reforma promueve un refuerzo en los controles de las fronteras externas de la UE.
La reforma establece un procedimiento obligatorio para controlar a los migrantes que llegan a las fronteras, donde deben ser registrados para determinar el procedimiento aplicable.
Así, los inmigrantes que no sean aceptados serán retenidos en centros especiales de acogida mientras se determina su expediente en forma acelerada, para proceder más rápidamente con la devolución de esas personas a sus países de origen.
Simultáneamente, determina la implementación de un sistema obligatorio de solidaridad, como forma a ayudar a los países que reciben a muchos inmigrantes y demandantes de asilo, como Italia, Grecia o España.
De esa forma, otros Estados deberán recibir en su territorio a solicitantes de asilo o tendrán que proporcionar apoyo financiero a los países bajo mayor presión migratoria.
Estos dos aspectos se habían tornado en temas de suma sensibilidad después de la crisis migratoria de 2015 en la UE.
Esta nueva normativa sobre migración y asilo no se aplicará hasta el año 2026, y para eso la Comisión Europea deberá presentar hasta el mes de junio un programa detallado de implementación.
La UE ha negociado acuerdos con países de origen y tránsito de migrantes (como Mauritania, Túnez y Egipto) en una tentativa de reducir el número de llegadas a las fronteras del bloque.
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