El Air Force Two, con Kamala Harris a bordo, se vio en la obligación de regresar a la Base Conjunta Andrews poco después de haber despegado con destino a Guatemala, donde la vicepresidenta planeaba comenzar su gira por América Latina.
“Estoy bien, estoy bien. Todos hicimos una pequeña oración al desembarcar, pero estamos bien”, dijo Harris mientras sostenía sus pulgares arriba tras el aterrizaje de emergencia.
Según Symone Sanders, portavoz de Harris, hubo un problema técnico con la aeronave en la que viajaba la vicepresidenta y no hay preocupaciones importantes de seguridad. Una periodista describió el incidente como un “ruido inusual en el tren de aterrizaje durante el despegue”. El aterrizaje, sin embargo, se dio sin problemas.
No es la primera vez que Harris experimenta problemas mecánicos con el avión en el que viaja. En marzo, la vicepresidenta vio alterados sus planes de viaje a California, estado del que fue senadora, debido a una falla mecánica.
Tras casi dos horas de retraso, la vicepresidenta Harris partió finalmente hacia Guatemala, en donde espera adelantar la tarea que le encomendó el presidente Joe Biden: liderar la respuesta del país para frenar la migración ilegal.
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La vicepresidenta prevé reunirse con el presidente Alejandro Giammattei de Guatemala. El martes, Harris se encontrará en México con el mandatario Andrés Manuel López Obrador, poco después de los comicios de medio término en ese país. Además, hablará con representantes de la sociedad civil y líderes comunitarios, laborales y empresariales, informó su equipo.
Lo que está en la agenda de Harris
Harris dijo que quiere tener “conversaciones muy francas y honestas” en Guatemala sobre la lucha contra la corrupción, el crimen y la violencia, “en particular contra las poblaciones más vulnerables de ese país”.
Para el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, el “tema primordial” será buscar acuerdos “para acelerar el crecimiento de la inversión y el bienestar social en el sur de México, y en Guatemala, Honduras y El Salvador, para que la migración sea opcional y no obligada por la pobreza y la inseguridad”.
El número de detenciones de indocumentados, incluidos menores no acompañados, batió un récord de 15 años en abril en la frontera entre Estados Unidos y México. De los más de 178.600 personas interceptadas, el 82% provenía de México y del Triángulo del Norte centroamericano que conforman Guatemala, Honduras y El Salvador.
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La donación de Estados Unidos de vacunas anticovid a la región se espera que esté sobre la mesa. Harris adelantó el tema telefónicamente a Giammattei y López Obrador el jueves, antes de que Biden anunciara el envío de un primer tramo de seis millones de dosis que serán distribuidas en Latinoamérica y el Caribe a través del mecanismo global Covax, y de otras tantas que serán repartidas directamente por Washington a países socios como México.
Para la experta en seguridad y democracia Rebecca Bill Chavez, “un compromiso real” sobre el número de dosis que se destinarán al Triángulo del Norte “sería un resultado muy positivo” del viaje de Harris.
Otro posible asunto sobre el tapete es el eventual otorgamiento de un Estatuto de Protección Temporal (TPS) a Guatemala, que por motivos humanitarios permitiría trabajar legalmente a guatemaltecos que ya vivan en Estados Unidos.
Además, podría debatirse en México el fin del “Título 42”, una disposición de la era Trump que por la pandemia de coronavirus permite expulsar inmediatamente a los migrantes indocumentados, aunque sean solicitantes de asilo.
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