El Estatuto Temporal de Protección para migrantes venezolanos que presentó Colombia la semana solo tiene dos antecedentes: Estados Unidos, cuando en la década de los 90′s estableció este mecanismo para acoger a miles de centroamericanos que huían de los huracanes. Y el otro ejemplo fue Turquía, el país que acogió a más refugiados en los primeros años de la guerra en Siria, que comenzó en 2011.
El caso estadounidense
Establecido por el Congreso de los Estados Unidos en 1990, el Estatus de Protección Temporal (TPS) protege a cientos de miles de migrantes contra la deportación y les permite trabajar legalmente mientras permanecen en el país. “Esta medida cubre a las personas que dejaron sus hogares debido al conflicto armado, los desastres naturales, u otras condiciones extraordinarias que resultan peligrosas a la hora de regresar a sus países de origen. Estas protecciones que brinda el TPS tienen una fecha límite que varía dependiendo de cada país, sin embargo, muchos inmigrantes que se benefician de este programa han vivido en EE. UU. durante una década o más, porque las fechas límite se han extendido repetidamente”, dijo D’Vera Cohn, redactora y editora senior del Pew Research Center, a este diario.
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La medida fue implementada por primera vez luego de que el presidente George W. Bush permitió a 150.000 salvadoreños permanecer en Estados Unidos hasta por 18 meses tras los devastadores terremotos que azotaron a El Salvador en 2001. ’'Esto les permitirá seguir trabajando aquí y remitir parte de sus salarios a casa para apoyar los esfuerzos de recuperación de El Salvador’', dijo Bush en ese entonces. Hoy estamos hablando de más de más de 410.000 personas de 10 países que se han acogido al TPS, de acuerdo con cifras del Servicio de Investigación del Congreso (CRS) de 2020. El Salvador, Honduras, Haití, Nepal, Nicaragua y Sudán representan el 98 % de todos los beneficiarios, de acuerdo con el Pew Research Center. El TPS también acoge a países como Somalia, Yemen y Sudán del Sur. Y pese a que actualmente sólo funciona en los países mencionados, la medida se otorgó a residentes de 21 países y la provincia de Kosovo desde que fue creado por el Congreso.
“El programa no causó la llegada masiva de migrantes porque las personas que llegaron después de haber sido anunciado el TPS no son elegibles para el programa. Hemos visto que niños y niñas no acompañados han llegado al país para unirse a sus padres que han permanecido en EE. UU. durante bastante tiempo, pero no creo que exista evidencia que diga que la migración aumentó” dijo Julia Gelatt, analista senior de Migration Policy a El Espectador. De hecho, las personas con TPS representaron alrededor del 3% de los 10,7 millones de inmigrantes no autorizados que vivían en los EE. UU. en 2016, de acuerdo con el Pew Research Center.
Aunque el TPS contó con el apoyo de demócratas y republicanos durante casi tres décadas, en 2017 la administración de Donald Trump anunció una serie de medidas para terminar el TPS de Nicaragua y El Salvador, y posponer la decisión sobre Honduras. “Desde el enfoque de la administración anterior se pensó que los migrantes eran competencia para los trabajadores estadounidenses, y que incluso eran una amenaza para la seguridad nacional. Si hablamos del caso específico de El Salvador, la administración de Trump alegó que ese país ya se había recuperado del terremoto de 2001. Sin embargo, presidentes anteriores han dicho que esto no quita que El Salvador siga experimentando otro tipo de problemas sociales y económicos”, dijo Gelatt.
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La decisión de Trump abrió el debate sobre una posible deportación de los beneficiarios; una medida criticada por organizaciones de derechos humanos pues supondría dividir a miles de familias. “Los titulares de TPS son padres de al menos 273.200 niños con ciudadanía estadounidense. Muchos de los que enfrentan la deportación son reacios a llevar a sus hijos a países que consideran inseguros. El Salvador, por ejemplo, es uno de los países más peligrosos del mundo; ha estado plagado de altos niveles de violencia vinculados a bandas criminales, particularmente la Mara Salvatrucha”, se lee en un análisis del Council on Foreign Relations. Sin embargo, con Biden en la Casa Blanca es probable que su propuesta de reforma migratoria permita a los “Dreamers” y a los beneficiarios del TPS solicitar la residencia, seguido de un camino de tres años hacia la ciudadanía, de acuerdo con el National Law Review.
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Lo que Trump no tuvo en cuenta es que el TPS no sólo beneficia a los migrantes. “Terminar el TPS para El Salvador, Honduras y Haití tendría impactos económicos significativos y de largo alcance. Deportar a estas personas costaría a los contribuyentes más de US $3 mil millones. Y durante una década, la incapacidad de estas personas para trabajar resultaría en más de US $45 mil millones en pérdida de PIB y US $6.9 mil millones en contribuciones perdidas al Seguro Social y Medicare”.
¿Qué puede aprender colombia de este programa?
“No se ha demostrado que el programa es temporal. Y el problema es que, si bien hay personas que cuentan con TPS y se pueden quedar en Estados Unidos, esto no significa que están en camino a conseguir una residencia permanente, entonces su membresía es limitada. Es decir, no están en el país de forma irregular, pero a la vez no tienen todos los derechos garantizados y esa no es precisamente la condición justa para dejar a miles de personas por 20 años o más”, agregó Gelatt.
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¿Cómo se aplica para el TPS en EE. UU.?
Para recibir el TPS, los solicitantes deben demostrar que han vivido continuamente en los Estados Unidos desde una fecha especifica, y someterse a una verificación de antecedentes penales para confirmar que no han sido condenados por ningún delito y no representan una amenaza para la seguridad nacional.
El caso de Turquía
Cuando estalló la guerra en Siria, en 2011, comenzó a presentarse una migración masiva desde ese país. La ola más grande de refugiados llegó a las fronteras turcas en 2014, cuando miles de personas intentaban cruzar las fronteras. Turquía alberga a cerca de 3,7 millones de refugiados sirios, una parte de los cuales fueron acogidos en el contexto de un acuerdo migratorio que ese país hizo con la Unión Europea en 2016 para ayudar a reducir la llegada masiva de refugiados a Europa.
En 2019, cuando la provincia de Idlib, noroeste de Siria, fue escenario de duros enfrentamientos militares, se presentó una nueva ola de migrantes hacia Turquía. Según cálculos de organizaciones internacionales, En tres meses, más de 948.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares y salir huyendo, principalmente hacia la frontera con Turquía. Una crisis que obligó al gobierno turco a pensar en un plan para integrar a los migrantes que no cesaban de llegar y así crearon un Estatuto de Protección para migrantes.
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El profesor Mehmet Ozkan, Director Ejecutivo, Fundación Maarif USA, en Nueva York y experto en relaciones internacionales, además de exdirector de Agencia de Cooperación y Coordinación Turca (TIKA) en América Latina con sede en Bogotá entre 2015-2018, explica cómo fue ese proceso en su país y qué puede aprender Colombia.
¿Turquía asesoró al gobierno colombiano en la creación del estatuto de protección temporal para venezolanos?
No hay asesoría, pero ese tema estaba en la mesa desde 2016 cuando Turquía llevó una delegación del alto gobierno de Colombia para analizar la experiencia de los migrantes y refugiados sirios en Turquía, en donde desde 2014 se implementó un estatuto de protección temporal como la forma más creativa y rápida de tratar con los refugiados en la última década.
¿Cómo fue ese proceso?
Cuando Turquía recibió la delegación colombiana, quedaron impresionados con la forma en que Turquía estaba lidiando con el tema. A la entonces canciller María Ángela Holguín le gustó la experiencia turca y quiso emularla, pero la condición política no se lo permitió. Luego de esta visita de alto nivel, una delegación técnica turca visitó Colombia y recibió consejos concretos como mejorar los sistemas de bases de datos con muy buenos detalles de registro de refugiados, (registro biométrico) estatus legal y control territorial o conocimiento del lugar donde viven.
En 2016, la ONU no estaba contenta de que Colombia tomara el ejemplo turco. Porque Turquía controla todo el proceso, incluso los funcionarios de la ONU necesitan el permiso turco para involucrarse. La ONU quería un proceso controlado por ellos mismos y Colombia se inclinó a esa opción para obtener apoyo financiero internacional, que al final no llegó.
¿Cómo fue la crisis migratoria en Turquía?
Desde sus inicios, Turquía sabe que solo hay una opción: integrarlos. En todo el mundo, solo entre el 20 y el 25% de los inmigrantes regresan a su país de origen, incluso después de que la crisis ha terminado. El resto se queda en el país anfitrión. Turquía lo sabía y desde el principio implementó un sistema de registro para conocer todo sobre ellos, les otorgó estatus de protección temporal desde 2014 y trató de integrarlos. Hoy en día hay alrededor de 4 millones de sirios en Turquía. Por ejemplo, hay más niños sirios, alrededor de 700 mil, que van a la escuela en Turquía que todos los niños en edad escolar en Noruega.
¿La iniciativa colombiana se parece a la de Turquía?
Colombia está haciendo lo que es correcto. El mejor modelo es el de Turquía hoy. Colombia está copiando el modelo turco. El país registró inmigrantes en la frontera y luego les dio un número de identificación único, con el que pueden obtener educación y servicios de salud. Sin embargo, hay una restricción de área. Si un inmigrante vive en Ankara, sus beneficios de salud y educación son válidos para esa ciudad. Pueden viajar a otra ciudad solo con permiso. Si se quiere hacer una mejor planificación en salud, educación y empleo para los inmigrantes, debes controlar y conocer el número de inmigrantes en cada ciudad. De lo contrario, no puede administrarlo.
¿Y funcionó lo que hizo Turquía?
Colombia aún no tiene un muy buen sistema de registro: necesita huellas digitales, incluso contactos visuales para que nadie pueda registrarse dos veces o abusar del sistema. Turquía ha desarrollado un programa de software especial y muy completo para el registro de inmigrantes y expresó su voluntad de compartirlo con Colombia si así lo desea.
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¿Qué puede aprender Colombia de la implementación del estatuto que hizo su país?
Colombia debe restringir el movimiento de inmigrantes. El estatuto de protección temporal se puede utilizar de esa forma. Si alguien se registra y obtiene EPT en Cúcuta, esa persona puede tener todos los beneficios de educación y salud solo en esa ciudad. La educación debería ser gratuita para ellos en las universidades estatales. En Turquía, si un sirio ingresa a una universidad estatal turca aprobando el examen nacional turco, puede obtener becas gubernamentales automáticamente. Al hacerlo, Turquía alienta a los estudiantes sirios a estudiar y tomar la iniciativa de su vida.
¿Cuál es el balance de la iniciativa migratoria en su país?
Turquía tiene alrededor de 4 millones de sirios y más de 1 millón de afganos, iraníes, iraquíes y otras nacionalidades. Son parte de la sociedad ahora en la vida económica y social.
¿Cómo fue el proceso de convencer a los turcos de los beneficios de ese proceso?
Es imposible convencer a todo el mundo, siempre hay críticas, sin embargo, si la política de inmigración es una política de estado y apoyada por las instituciones, se vuelve normal al cabo de un tiempo.