El coronavirus aumenta la tensión religiosa en Sri Lanka

Después de casi un año de los brutales atentados yihadistas a tres iglesias y tres hoteles de lujo en los que murieron más de 250 personas en las misas del Domingo de Pascuas, el radicalismo budista ha aprovechado para aumentar su dominio por encima de las otras religiones.

- Redacción Internacional con información de EFE
12 de abril de 2020 - 04:13 p. m.
Hace un año diferentes ataques a iglesias cristianas dejaron cerca de 250 muertos en Sri Lanka.  / AFP
Hace un año diferentes ataques a iglesias cristianas dejaron cerca de 250 muertos en Sri Lanka. / AFP

El confinamiento en Sri Lanka ha tenido efectos colaterales en la sociedad que pocos hubieran podido anticipar. A un año de los ataques a tres iglesias y hoteles de lujo, en los que murierin más de 250 personas, la tensión religiosa se ha aumentado desde que la comunidad radical budista ha comenzado a discriminar a las demás minorías que conviven en el país.

“Los horribles ataques terroristas crearon gran angustia en nuestra comunidad y no sorprende que algunos cristianos hayan participado en las represalias de budistas radicales contra musulmanes", afirmó Maxwell Doos, secretario general del Consejo General Cristiano de Sri Lanka. 

Ash Sheikh Fazil Farook, portavoz de la Ulama Jamiyathul de Ceilán (ACJU), principal agrupación musulmana del país, aseguró a El País de España: “Los musulmanes somos parte del desarrollo de Sri Lanka y casi todos condenaron los atentados. Desafortunadamente los que quieren hacer de este país una nación budista sin espacio para las minorías han aprovechado esos terribles atentados para sembrar el odio”.

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Sri Lanka vive desde hace años un conflicto étnico entre la comunidad cingalesa, que es budista, y la minoría tamil, que es hindú, que dejó casi 100.000 muertos entre 1983 y 2009. “El Gobierno vuelve a estar dominado por el peso de la mayoría cingalesa. El presidente ha perdonado a un militar condenado por asesinatos de civiles, incluidos niños, crímenes confesados por él mismo y ratificados por el Tribunal Supremo”, asegura Paikiasothy Saravnamuttu, director del Centro por las Políticas Alternativas.

La comunidad cristiana se adapta

Por su parte, la comunidad cristiana en el país intenta a toda costa adaptarse y superar los atentados de hace un año Esta mañana, Charith de Alwis, gerente de una agencia de viajes de Colombo, se preparó para la fiesta de Pascua, como de costumbre. Junto a su esposa y sus dos hijas, que cumplirán pronto 11 y 9 años, se vistió y sacó su teléfono del bolsillo para unirse a la transmisión en línea de la misa de este domingo.

“Gracias a Dios por la tecnología, podemos ser parte de este servicio religioso. Lo necesitamos durante este tiempo sombrío”, dijo Alwis antes de reproducir el audio pregrabado que el pastor de su congregación envió a través de WhatsApp, mientras su familia se sentaba en una mesa para escuchar al religioso.

Este domingo, por primera vez, el pastor E. K. Yasaratne, de la Iglesia Bautista en Nugegoda, ha utilizado las redes sociales para reunir a la congregación de unos 450 miembros pese a las medidas de distanciamiento social.

Sri Lanka tiene casi 200 casos positivos confirmados de coronavirus y hasta ahora sufrido al menos siete muertes.  “Es la primera vez que hago esto. Después de que los miembros de la iglesia solicitaron un servicio, decidí grabar un breve video y enviárselo a todos a la hora habitual en que se celebra el servicio”, contó a Efe el pastor de la iglesia.

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"Aunque habíamos planeado una semana para conmemorar los ataques del domingo de Pascua, debido a la situación de salud hemos cancelado la mayor parte", dijo a Efe el sacerdote Jude Chrysantha Fernando. El arzobispo de Colombo, el cardenal Malcolm Ranjith, ofició una misa en televisión en la que se refirió a los atentados mortales: cuando "algunos jóvenes manipulados atacaron nuestras vidas", dijo.

 “Pero como católicos, ¿qué debemos hacer? Recordar el mensaje de Jesucristo, debemos amar a nuestros enemigos, perdonar y mostrar compasión, pedir que no vuelvan a hacer lo mismo", agregó.

El ataque no solo enlutó a la comunidad cristiana minoritaria de la isla, casi el 7,5 por ciento de una población de 21,4 millones, sino que destruyó también la economía del país con el desplomé de la actividad turística y ahora, cuando apenas comenzaba a recuperarse, con la aparición de los primeros casos de coronavirus, Sri Lanka vive de nuevo unas oscuras pascuas.

Por - Redacción Internacional con información de EFE

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