Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

En Sudáfrica no todo está perdonado

Pasados 25 años desde el ascenso de Nelson Mandela y el fin del “apartheid”, muchas cicatrices siguen abiertas. Aunque el país logró un importante avance en la búsqueda de verdad y reconciliación, la desigualdad entre blancos y negros persiste.

Jesús Mesa Mosquera

07 de mayo de 2019 - 04:19 p. m.
PUBLICIDAD

De las primeras elecciones libres que llevaron a Nelson Mandela y a su partido, el Congreso Nacional Africano (ANC por su sigla en inglés), al poder en Sudáfrica y marcaron el final definitivo del régimen racista y represivo del apartheid solo queda el recuerdo. Este miércoles, 25 años después del fin de este sistema, que gobernó al país durante cuatro décadas, decenas de millones de sudafricanos saldrán a las urnas de nuevo, pero esta vez desencantados con quienes los liberaron.

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

El ANC ha gobernado el país de manera ininterrumpida desde 1994 y las encuestas apuntan a que su reinado no terminará este año. Los sondeos vaticinan que el partido de gobierno obtendrá de nuevo las mayorías en el parlamento, y su líder, Cyril Ramaphosa, actual presidente y pupilo de Mandela, disfrutará seguramente de un nuevo período por cinco años.

Pero la Sudáfrica que saldrá a votar este miércoles es una muy diferente a la que en 1994 se decidió por el cambio. Muchas de las promesas que se hicieron en esos años han sido incumplidas por quienes se convirtieron en los futuros gobernantes y la ira del pueblo ha llegado al punto en el que, como nunca antes, el liderazgo incuestionado del ANC está en entredicho.

Ver más: Los grandes desafíos del próximo presidente de Sudáfrica

A pesar de que en Sudáfrica hubo un importante proceso de verdad, perdón y reconciliación, liderado por Nelson Mandela y el ANC, cuyo objetivo era dejar atrás las cuatro décadas de enfrentamiento entre blancos y negros para construir un nuevo país, las disparidades económicas y raciales generadas por el apartheid se mantuvieron. Después de 25 años, la inequidad entre ambas poblaciones no solo persiste, sino que ha aumentado, de acuerdo con varios indicadores.

En su momento, mediante el diálogo, Mandela y sus compañeros evitaron una guerra civil y protegieron a los blancos de la violencia. Pero como parte de la compensación, los culpables de crímenes atroces tenían que contar la verdad sobre los abusos contra los negros. El gobierno de Mandela estableció la creación de una Comisión de la Verdad que fue ejemplo en el mundo, cuyo objetivo, más allá de juzgar, era el de conocer para sanar. Sin embargo, más de dos décadas después del ascenso de Mandela, la amargura de los abusos del apartheid es apenas un vago recuerdo. Las preocupaciones de los sudafricanos de hoy giran alrededor del desempleo y la falta de oportunidades, que siguen siendo desiguales gracias a las secuelas del apartheid.

Read more!

Los señalados por esta situación son los mismos líderes que en 1994 promovieron un cambio en el país. Gran parte de la ciudadanía acusa a muchos dirigentes del ANC, entre ellos Nelson Mandela, de haber realizado solo la mitad del trabajo.

Ver más: La emotiva carta de una niña al Presidente de Sudáfrica

“Un proceso genuino de verdad y reconciliación habría apuntado a abordar no solo las violaciones graves de los derechos humanos, sino también los efectos socioeconómicos del apartheid”, apunta Sisonke Msimang, politóloga y escritora sudafricana en la revista Foreign Policy.

De hecho, uno de los mayores fracasos del ANC ha sido la distribución de la riqueza y la tierra desde el fin del apartheid. De acuerdo con estadísticas del Banco Mundial, Sudáfrica se ha convertido en el país más desigual del mundo. Y según cifras oficiales, tres de cada diez negros están desempleados. En cambio, apenas el 7 % de los blancos se encuentra desocupado.

Read more!
No ad for you

Cuando se instituyó el régimen del apartheid en los años 50, el gobierno sudafricano dividió el país en zonas para blancos y negros. La comunidad negra, que era entonces el 60% de la población total de Sudáfrica, fue despojada de sus terrenos y trabajos y obligada a vivir por fuera de las grandes ciudades. Mientras los blancos tenían permiso de vivir en las capitales o adquirir las mejores tierras, algo que a su vez les daba mejores oportunidades de educación, salud y trabajo, los negros fueron despojados de sus propiedades y reubicados en zonas con pocas posibilidades de desarrollo. Y aunque han pasado varios años desde que terminó el régimen, este problema estructural todavía tiene sus secuelas.

La mayor parte del problema gira alrededor de la tierra. Al ser despojados de sus terrenos, los negros se asentaron por años en zonas en las que el trabajo era escaso y había pocas posibilidades de ascenso, como las periferias de las ciudades. Se calcula que cerca de 3,5 millones de negros sudafricanos fueron desplazados de sus propiedades entre 1948 y 1990.

No ad for you

Caso diferente era el de los blancos, que a pesar del fin del apartheid han sido beneficiados con ventajas estructurales heredadas. Según un conteo de tierras realizado en 2018 por el gobierno, se calcula que al menos el 72 % de los terrenos fértiles de Sudáfrica permanece en manos de los blancos, que representan menos del 10 % del total de la población. “Aquí en Sudáfrica, el tema de la redistribución de la tierra es complejo y tiene una larga historia, caracterizada por una serie de programas gubernamentales ineficaces y mal definidos y una falta de voluntad política que abarca presidencias sucesivas”, afirma Christopher Clark, periodista sudafricano a la revista estadounidense The Atlantic.

Ver más: Homenaje a Mandela en Sudáfrica

La distribución de tierra se ha convertido en el eje central de la campaña sudafricana, pero no es algo nuevo. Desde 1994, varios gobiernos, incluidos el de Mandela, manifestaron su interés en hacer una reforma rural que equilibrara las cargas. Esta promesa ha sido siempre incumplida. Y la gente se cansó.

No ad for you

“Los recuerdos (de 1994) están ahí, pero es como si ahora estuviéramos contando un cuento de hadas”, dice la sudafricana Andiswa Kolanisi al periódico británico The Guardian. Kolanisi reside en Cape Flats, uno de los suburbios más pobres de Ciudad del Cabo, la segunda ciudad más grande del país.

Medios, expertos y analistas políticos concuerdan en que el programa de redistribución de tierras pensado por Mandela y el ANC en 1994 ha sido un completo fracaso. En 25 años de gobierno, solo se han transferido el 9 % de las tierras agrícolas comerciales a los sudafricanos negros. Muy por debajo del objetivo que se habían planteado del 30 % para 2014.

“Se debe culpar a varios factores, entre ellos la falta de suficiente voluntad política, un presupuesto pequeño, la capacidad del Estado débil y la corrupción”, afirma Sisonke Msimang, politóloga en la revista Foreign Policy.

Ver más: El problema de Sudáfrica como ejemplo para las Farc

La ineficacia del gobierno ha provocado el nacimiento de nuevos movimientos políticos más radicales, que este miércoles esperan conseguir mayor apoyo gracias a su discurso beligerante y directo. Uno de ellos es el de los Luchadores por la Libertad Económica (EFF por su sigla en inglés), formado por desertores del ANC, cuya bandera de campaña es la de “recuperar la tierra robada”. Se espera que en las elecciones consigan la tercera votación del país.

No ad for you

En ese limbo entre la reconciliación y la desigualdad se encuentra la sociedad sudafricana. Un país en el que diariamente, de acuerdo con medios locales, hay sesenta protestas diarias, y que, dos décadas después del final de la democracia, tras acabar con el apartheid político, no ha podido acabar con el apartheid social y económico.

Por Jesús Mesa Mosquera

Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.