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El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que los recientes ataques aéreos contra la Franja de Gaza son “solo el comienzo”. En un discurso televisado, afirmó que la ofensiva continuará hasta alcanzar todos los objetivos de Israel en la guerra, entre los que destacó la liberación de los rehenes israelíes en Gaza y la destrucción de Hamás.
“Estamos en el punto álgido de la guerra en siete frentes y estamos ganando la batalla”, afirmó el mandatario, agregando que el ejército israelí seguirá operando hasta que Hamás “ya no represente una amenaza”.
Netanyahu también aseguró que nada detendrá a Israel en su empeño de lograr sus objetivos y que aplicarán una presión creciente sobre el grupo palestino. Además, defendió la reanudación de los bombardeos en Gaza argumentando que cualquier negociación para restaurar la tregua solo podrá darse “bajo fuego”. Según Netanyahu, la presión militar es una “condición crítica” para conseguir la liberación de los rehenes retenidos por Hamás.
Mientras tanto, en el devastado territorio palestino, el impacto de los ataques ha sido inmediato y letal. Explosiones, ambulancias y cuerpos en las calles marcaron la jornada del martes en Gaza, reviviendo el caos de los últimos meses.
Ramiz al Amarin, un joven palestino de 25 años desplazado en la ciudad de Gaza, describió el escenario de horror desde el hospital al Ahli: “El suelo está sembrado de cadáveres y de pedazos de carne, y los heridos no encuentran un médico que los atienda”.
El joven relató que fue despertado de golpe por el estruendo de las explosiones. “Reavivaron el fuego del infierno en Gaza”, dijo, mientras recordaba cómo ayudó a transportar a los hijos de sus vecinos heridos hasta el hospital. Sin embargo, al llegar se encontró con un panorama desolador: “No quedaban camas para acogerlos”.
Decenas de cuerpos, algunos cubiertos con mantas, se alineaban frente al hospital al Ahli, que opera con serias limitaciones debido al bloqueo israelí de la ayuda humanitaria y del combustible. Entre los familiares de las víctimas, la desesperación y el duelo eran palpables. Muchos de ellos, con rostros serios y miradas perdidas, esperaban sin saber qué hacer.
“Jamás esperé que los combates se reanudaran, sobre todo después de que (el presidente estadounidense Donald) Trump dijera que no quería la guerra”, comentó al Amarin, reflejando la sorpresa y angustia de la población palestina ante la reactivación de la ofensiva israelí.
Los ataques lanzados por Israel fueron los más intensos desde el inicio de la tregua con Hamás el pasado 19 de enero. El gobierno de Netanyahu responsabilizó al grupo palestino de bloquear las negociaciones para prolongar el cese al fuego y de negarse a aceptar las condiciones israelíes.
El conflicto, lejos de encontrar una solución inmediata, parece encaminarse a una nueva fase de violencia prolongada. Con un creciente número de víctimas y una crisis humanitaria que se agrava día a día, la comunidad internacional enfrenta el reto de intervenir para evitar una catástrofe mayor en la región.
“El pueblo de Gaza vive una vez más con un miedo abyecto”, dijo Tom Fletcher, jefe de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU.
Varios estados árabes y europeos, así como Rusia condenaron los bombardeos israelíes. Egipto denunció lo que consideró una táctica israelí para expulsar a los palestinos de Gaza.
Los ataques “ponen en peligro” la liberación de rehenes, el fin de las hostilidades y la reanudación de la ayuda humanitaria, indicó un comunicado italiano.
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