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El espacio aéreo de Venezuela se ha transformado en una “zona de exclusión” virtual para la aviación comercial, situación que ha agravado la desconexión aérea del país con el resto del mundo. La causa central de esta crisis de vuelos es la creciente interferencia en los sistemas de navegación satelital, descrita como una “pared invisible de ruido electromagnético” que ha descendido sobre el Caribe, obligando a las aeronaves comerciales a desviar y cancelar rutas.
Esta interferencia del Sistema de Posicionamiento Global (GPS), parte del sistema general de navegación por satélite (GNSS), ha alcanzado niveles que interfieren directamente con las aeronaves, volviendo el espacio aéreo “efectivamente intransitable” para la navegación estándar. En un artículo de Bloomberg, se explica que aunque para un usuario de smartphone de Caracas esta interferencia pueda significar solo lentitud de un mapa o puntos suspensivos de espera, para un avión que vuela a 30 000 pies, las consecuencias son mucho más graves.
Las fallas detectadas son “numerosas e intermitentes” y representan un “alto riesgo para la seguridad aérea”, ya que podrían provocar desviaciones de las rutas planificadas e incluso la pérdida de conciencia situacional de las tripulaciones.
Alerta crítica de la FAA
El pasado 21 de noviembre, la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos emitió una advertencia crucial, instando a las aerolíneas a “extremar precauciones” al sobrevolar Venezuela y el sur del Caribe. La agencia justificó esta alerta debido al “empeoramiento de la situación de seguridad” y al “aumento de la actividad militar en Venezuela y sus alrededores”, describiendo el escenario como una “situación potencialmente peligrosa en la región”. La alerta de seguridad, o NOTAM, especificó que las amenazas podrían suponer un riesgo potencial para las aeronaves en todas las altitudes, incluyendo el sobrevuelo, las fases de llegada y salida, y las aeronaves en tierra.
El factor subyacente que motivó la alerta de la FAA fue la escalada en la interferencia electromagnética, citando una “mayor interferencia” en el espacio aéreo venezolano. La FAA aconsejó cautela a los operadores que volaban dentro de la Región de Información de Vuelo (FIR) de Maiquetía.
Desconexión aérea
La advertencia de la FAA tuvo un impacto inmediato y significativo, lo que provocó que al menos ocho aerolíneas internacionales suspendieran sus vuelos al país caribeño. Entre las compañías que detuvieron temporalmente sus operaciones se encuentran las españolas Iberia, Air Europa y Plus Ultra, la portuguesa TAP, la colombiana Avianca, la brasileña GOL, la chilena Latam y Turkish.
Aun después de esta primera oleada de cancelaciones, las pocas aerolíneas que quedaban, como la panameña Copa Airlines y la colombiana Wingo, también extendieron sus suspensiones. Tanto Copa como Wingo explicaron que tomaron la medida después de que sus pilotos reportaran “intermitencias en una de las señales de navegación de las aeronaves”. La aerolínea estatal colombiana Satena también suspendió sus vuelos, atribuyendo la decisión a “reportes de interferencias (…) en los sistemas de navegación satelital” que representaban un “riesgo operacional”.
Como resultado directo, Venezuela quedó “prácticamente aislada” tras estas suspensiones de vuelos por motivos de seguridad, lo que agravó su desconexión aérea con el resto del mundo.
Reacción del gobierno de Venezuela
La respuesta del gobierno venezolano a la suspensión de vuelos internacionales fue inmediata y se centró en forzar la reanudación de las operaciones y desacreditar las alertas de seguridad. El 25 de noviembre, el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) emitió una advertencia o ultimátum. La institución exigió a las aerolíneas que habían suspendido sus vuelos reanudar sus operaciones en un plazo de 48 horas, bajo la amenaza expresa de perder sus permisos
Sin embargo, ante el incumplimiento de este ultimátum y la decisión de las aerolíneas de acatar las alertas internacionales, el gobierno procedió a la represalia directa. Entre el 26 y el 27 de noviembre de 2025, el Ministerio del Poder Popular para el Transporte, junto con el INAC, ejecutó la revocación de la concesión operativa a seis aerolíneas internacionales. Las empresas afectadas incluyeron a Iberia, TAP, Avianca, Latam Colombia, Turkish Airlines y Gol.
Paralelamente a las medidas administrativas, altos funcionarios emitieron declaraciones para desacreditar las alertas internacionales, atribuyéndoles motivos políticos. A finales de noviembre de 2025, el ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, calificó la suspensión de vuelos y la campaña mediática asociada como un acto de “terrorismo comunicacional” y una “manipulación criminal” promovida por Estados Unidos.
Por su parte, en un intento por reforzar la tesis de que los problemas de seguridad no eran internos, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, atribuyó la responsabilidad de las interferencias de GPS a la “escalada militar y actividades de guerra electrónica” que las fuerzas de EE. UU. estarían realizando en el Caribe. Esta declaración buscó cimentar la idea de que el problema de seguridad era un efecto colateral de la actividad militar de EE. UU. y no un fallo de seguridad interno de Venezuela.
Sistema de navegación comprometido
La navegación moderna depende del Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS). Este término general abarca el GPS estadounidense, el Galileo europeo y el GLONASS ruso, descritos como “lazos invisibles” que guían aeronaves y dispositivos móviles.
Sin embargo, esta interferencia ha alcanzado niveles tales que el espacio aéreo venezolano se ha vuelto “efectivamente intransitable” para la navegación estándar basada en satélites.
Los puntos técnicos clave de la disrupción incluyen:
Niveles de ruido cuantificables: El ruido del GNSS ha aumentado a niveles que interfieren con aeronaves y satélites. Las áreas alrededor de Caracas registraron un aumento del ruido de GPS igual o superior a 5 dB, una intensidad que puede “cegar” los vuelos y los satélites en órbita terrestre baja.
Evidencia desde el espacio: La magnitud de la interrupción es visible incluso desde el espacio. Datos de la constelación CYGNSS de la NASA (que mide los reflejos de las señales GNSS que rebotan en la superficie terrestre) capturan el patrón de interferencia.
Fallas en ADS-B: Los datos de Spire Global muestran un aumento notable en las aeronaves que informan una integridad de navegación “degradada” en un protocolo conocido como ADS-B. El ADS-B es el estándar moderno de vigilancia del tráfico aéreo que transmite automáticamente una posición derivada por satélite a los controladores.
Riesgo cuantificado en vuelo: Antes de que la FAA emitiera su advertencia, más del 10 % de todo el tráfico aéreo en el sector ya volaba con sistemas de navegación comprometidos.
Vulnerabilidad del equipamiento aéreo
Una de las razones técnicas de la susceptibilidad a la interferencia es el equipo de navegación utilizado por gran parte de la flota global.
Señal L1 obsoleta: La mayoría de los receptores de aviación comercial aún dependen de la señal L1 GPS, que data de hace décadas, es relativamente débil y “notoriamente fácil de interferir” (jam).
Receptores antiguos: Los receptores de aviación a menudo tienen hasta 20 años de antigüedad, de acuerdo con Todd Humphreys, profesor del laboratorio de radionavegación de la Universidad de Texas en Austin.
Ausencia de L5: Si bien las señales L5 más nuevas son más fuertes y están diseñadas pensando en la seguridad aérea, la gran mayoría de la flota mundial aún no ha sido actualizada. Esta dependencia de la señal más antigua deja a los vuelos más expuestos tanto al ruido accidental como al intencional.
Humphreys también explicó, reseñado por Bloomberg, que además de interrumpir el tráfico aéreo, la interferencia del GPS puede afectar a los satélites en órbita terrestre baja. Esto incluye redes como Starlink y OneWeb, junto con media docena de otras constelaciones, las cuales orbitan a aproximadamente 550 kilómetros sobre la superficie. Por ahora, SpaceX y otras compañías están “capeando el temporal”.
Fallas en las rutas recogidas por los GPS
Un ciclista de Caracas reportó anomalías en la ruta capturada por una aplicación de seguimiento, con trazos que muestran anomalías en la precisión de la ubicación los cuales superan errores estándares de un GPS civil. Las fallas contemplan saltos erráticos y trayectoria falsa en línea recta.
El caso más llamativo se observa en la siguiente imagen, donde la ruta registrada no sigue la calle, sino que traza líneas rectas largas y bruscas, como si el usuario se hubiera movido instantáneamente entre dos puntos distantes.
Asimismo, en la siguiente imagen la ruta se ve “esponjosa” o “nerviosa”, con el trazo saltando erráticamente entre puntos cercanos y solapándose de manera incoherente sobre una misma zona.
Estos comportamientos erráticos reflejan que las interferencias de GPS reportadas en la aviación civil se están manifestando de forma tangible en los dispositivos de uso común en Caracas.
¿Por qué ocurren las interferencias?
En su artículo, Bloomberg señala que, si bien es imposible identificar la fuente de la interferencia, los expertos la vinculan con una acción militar. Desde inicios de septiembre, la administración de Donald Trump ha atacado pequeñas embarcaciones en el Caribe en una operación antinarcóticos. A mediados de noviembre, el grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford llegó a la región, un despliegue visible en los patrones de interferencia en alta mar cerca de Trinidad y Tobago.
El texto explica que las flotas navales modernas suelen emplear interferencias GPS como protección. Además, tanto los ejércitos de EE. UU. y Venezuela tienen motivos para interrumpir las comunicaciones de esta manera. “Un grupo de ataque de portaaviones es susceptible a ataques de grandes enjambres de drones”, dijo Humphreys.
Pero además, el Ejército venezolano tiene un largo historial de considerar la interferencia del GNSS como un escudo necesario. Tras el presunto intento de magnicidio contra Nicolás Maduro en agosto de 2018, el país reforzó sus capacidades de guerra electrónica, supuestamente con la ayuda de asesores rusos que desde hace tiempo emplean tácticas de suplantación similares para proteger al Kremlin en Moscú.
“Históricamente, existe una alta correlación entre este nivel de ruido y la actividad militar”, dijo Margaux García, analista senior de C4ADS, una organización sin fines de lucro con sede en Washington que se centra en la seguridad.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.
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