María José Pizarro: “Con el Ministerio de Cultura no hay interacción”

María José Pizarro anunció la creación de un Foro Nacional en el que los artistas podrán exponer ideas que fortalezcan al sector. / Cortesía

La Comisión sexta de la Cámara de Representantes le hizo un debate de control político al ministerio de Cultura. Durante su intervención habló de unas mesas técnicas para abrirles las puertas a todos los integrantes del sector. ¿En qué consisten?

Durante una sesión informal de la Comisión sexta, anterior al debate que usted menciona, planteamos la problemática actual. Una de las conclusiones que tuvimos, junto con el ministerio de Cultura, fue la necesidad de consolidar unas mesas técnicas que permitieran recoger las distintas propuestas del sector. Lo que se busca con esas mesas es que el ministerio conozca esas ideas y las acoja. Se hizo el intento de coordinarlas y materializarlas, pero no se logró. Por eso en el debate pasado de control político volví a mencionarlas. Lo que se busca es que los artistas de todo el país puedan expresar las dificultades que tienen en este momento y después nosotros, los representantes, seamos algo así como garantes de esa discusión. La idea es que las medidas que tome el Gobierno no sean solamente en beneficio de los amigos de la economía naranja, que creemos tienen un lazo estrecho con la ministra de Cultura, sino que también protejan los demás sectores. Los queremos a todos ahí.

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¿Qué opina de los decretos que ha anunciado el ministerio de Cultura para proteger el sector? Se lo pregunto por lo que mencionó sobre “los amigos” de la economía naranja…

Con el ministerio de Cultura no hay interacción. Solo se les responde a los amigos de la economía naranja. Es más, yo presenté reflexiones de distintas secretarías de Cultura a escala nacional frente a la forma en la que se han manejado los recursos en el marco de la pandemia.

¿Qué reclaman las secretarías de Cultura?

El ministerio solicita a las secretarías de Cultura del país la base o el censo que tengan de los cultores en sus territorios, respectivamente. El primer problema es ese: nosotros, a la fecha, no tenemos un censo real de cuáles y cuántos son los artistas a escala nacional, y esa no es una falla de este ministerio exclusivamente. Nunca lo hemos tenido. Por otro lado, esta situación podría ocasionar una desviación de recursos en el ámbito local y nacional, porque algunas secretarías (las otras no sabemos), muy juiciosamente, envían esos listados, pero necesitan que les devuelvan la información sobre a quiénes de esa base se les ayudó. Ellos, partiendo de esa información, se dan cuenta de quiénes fueron beneficiados por ingreso solidario y a los que no les llegó la ayuda, pues deben ser atendidos con recursos locales. Pero es que no sabemos cuáles secretarías de Cultura hacen ese trabajo con rigurosidad y cuáles no.

A varios artistas les preocupa que algunos recursos sean mediados por alcaldes y gobernadores. Dicen que el ministerio debería pensar en líneas directas. La ministra, durante el debate, dijo que ellos partían del principio de buena fe de estos servidores públicos…

Tenemos una posibilidad inmensa de que haya una fuga de recursos de la cultura. El peligro es que el sector quede desfinanciado. En un momento como este muchos pensarán que no se pueden priorizar, obligatoriamente, a los sectores culturales. Estamos en un país que tiene una tradición de dinámicas corruptas en los territorios y esto puede terminar beneficiando a otros sectores distintos a los culturales. Eso tendrá que analizarlo un ente de control. Nosotros propusimos que se declarara vulnerable al sector cultural. Así se podrían priorizar ayudas y muchos de los cultores que no hacen parte de las bases de datos del Gobierno entrarían y se beneficiarían. La declaratoria del sector cultural como población vulnerable es una recomendación que ha hecho la Unesco. Por otro lado, ellos sacaron una serie de medidas de endeudamiento. ¿Qué capacidad de endeudamiento puede tener la cultura ahora? El sector productivo cultural es el último que se va a reactivar.

¿Cuál es su balance de ese debate de control político? Muchos artistas se quejaron de que no se les contestó a sus preguntas. La ministra, por su parte, habló al final sobre algunos de los puntos que se plantearon. ¿Usted qué cree?

Que el Ministerio de Cultura no construyó un plan, sino que solo habló con los sectores cercanos. Creemos que no han incorporado otras miradas y dejan en el abandono al resto. Se les responde a las grandes industrias de la cultura que tienen potencial para la economía naranja; pero todas las iniciativas culturales, de memoria, regionales y territoriales, están totalmente desprotegidas.

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Había muchos invitados y varios representantes a la Cámara, así que sería entendible que no se pudiese responder a todas las preguntas, pero la queja más frecuente del sector que es que el Gobierno no los ha escuchado...

Había, más o menos, 16 invitados, todos del orden nacional, y había más de mil personas conectadas en una audiencia de una comisión. Eso, generalmente, no se da. Había un gran grado de socialización. Yo no sentí que me respondiera. Por eso se las volví a plantear de manera muy concreta. Su intervención, pues sí, respondió un par de preguntas, pero todas fueron explicaciones muy ambiguas. El sector se quejó porque no les respondió a los representantes, pero mucho menos a los invitados, a los artistas. Esto es grave y, claro, nosotros estamos en una posición complicada porque como somos oposición. Al declararnos insatisfechos no nos acompañan los demás miembros de la comisión y no se puede proceder con un nuevo cuestionario.

Durante el debate, Wilmer Leal, representante a la Cámara, comparó el presupuesto de Mindefensa y Mincultura. Dijo que no se entendía cómo el Gobierno, que siempre ha hablado de la economía naranja como protagonista, siga dejando el dinero para la cultura en cifras tan bajas. La ministra dijo que entendía las dificultades fiscales. ¿Usted qué opina?

Históricamente el sector cultural no ha tenido recursos; lo que pasa es que este Gobierno, en teoría, le iba a dar un protagonismo muy grande a la economía naranja. Esa fue una promesa de campaña, pero luego uno se entera del presupuesto que le dan al Ministerio de Cultura y entiende que no, que no hubo ningún cambio y que aquí íbamos a tener el mismo problema que habíamos tenido por años. Entendemos que por mucho que quiera, la ministra no puede hacer maravillas, pero lo que hay, lo que sí tiene, lo dirige a las grandes empresas, no a los gestores territoriales ni a los artistas de los barrios, las regiones y comunidades. Es como si Estados Unidos invirtiera todo en Broadway y no en la producción cultural local. Eso es lo que no aceptamos.

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¿Cuál es el siguiente paso? ¿Para cuándo se comprometió el Ministerio a dar una respuesta sobre las mesas técnicas?

Vamos a seguir haciendo presión. Estamos esperando la respuesta de Mincultura sobre las mesas, porque después de eso propondremos quiénes serán las personas que queremos ver sentadas ahí. Queremos garantizar que en esas mesas se incluyan sectores que no han participado hasta el momento en conversaciones con el Gobierno. Esperamos que el Ministerio cumpla.