Sumar: un verbo para el 2023

“Llamo a dañarte el corazón”, fue la primera frase que escuché después del saludo.

“¡Ay, no!”, fue lo único que alcancé a responderle a esa persona: una maestra destacada y con una mezcla escasa de sentido común y capacidad de ver más allá. Y es que nunca puedo sentirme indiferente cuando me mencionan el corazón: ahí está el centro, una inteligencia interior desconocida o poco escuchada por muchos. Semanas después, sabía bien de qué se trataba: ya era parte del Programa Suma Social, una iniciativa que implementa la organización internacional FHI 360 (Family Health International) y financia USAID, en Colombia.

La misión del programa tiene que ver con algo fundamental y a la vez escaso: lograr que las organizaciones sociales, en Colombia, trabajen juntas, a favor de propósitos comunes, con la inteligencia colectiva como guía y luz. Durante este 2022, después de encuentros previos en Tocancipá y Rionegro, representantes de organizaciones variadas y personas reconocidas por su trabajo social y mirada del mundo se reunieron, compartieron puntos de vista, conocieron el trabajo de otros y sus preocupaciones, y abrieron espacios en las agendas intensas y ocupadas del mundo adulto bajo una convicción: el nosotros siempre es más potente que el poder de una sola persona, y aunque el trabajo en equipo implique esfuerzos o cierta flexibilidad, siempre va a producir algo mayor que es imposible obtener de otras formas.

Conocer historias y organizaciones y hacerlas visibles, para que se sumen a otros y de esa forma adquieran otro tipo de fortaleza, es uno de los objetivos de este programa. Aunque hay métodos aplicados y probados, asesores, controles internos y aspectos técnicos que buscan garantizar la transparencia, honestidad e inclusión, se aplica el amor bien entendido: no hay imposiciones, no hay liderazgos a la fuerza y la voluntad de la gente es la que fija el ritmo; un ritmo que, se espera, permanezca al concluir este programa, en un par de años.

Para este 2023, Suma Social seguirá avanzando en ese camino de fortalecer las organizaciones sociales; organizaciones que son el reflejo de un país numeroso como el nuestro y en el que cada persona, si quiere, puede hacer la diferencia.

Al ver lo que este programa ha logrado en este año, es posible afirmar que en el 2023 será un año para sumar, dentro y fuera de él. Las críticas, los juicios, los recuerdos del pasado que nos atormentan o fijar la mirada en los errores o diferencias serán caminos posibles, pero menos efectivos e inspiradores en ese camino de solucionar nuestros problemas y lograr el bienestar de personas y seres. Tampoco nos ayudará el aislamiento, el monopolio de nuestras ideas o creaciones, o alimentar los prejuicios que tal vez pasan con nosotros, de año a año. Todo el tiempo invertido en conversaciones de pasillo, críticas o sentimientos alrededor del miedo puede servir para algo distinto: reparar lo que ha sido destruido en nuestros pueblos y ciudades o para crear aquello que aún no hemos logrado. Ver cómo sumar, en este 2023, a nuestras familias, parejas, hijas o hijos, organizaciones, amigas o amigos, jefes, padres o lugares en los que vivimos se convierte en la tarea vital para el 2023; será una redención y un camino. ¡Feliz año y gracias por su lectura, en estos doce meses!