Los maestros colombianos y la pedagogía tienen una nueva oportunidad

El pasado lunes 18 de julio se llevó a cabo una reunión histórica en el Auditorio Paulo Freire de la Universidad Pedagógica Nacional. Por segunda vez en 35 años, el alto gobierno escuchó las voces de quienes hoy persisten en la idea de renovar el Movimiento Pedagógico Colombiano. La primera fue en el Congreso Pedagógico Nacional de 1987, cuando el presidente Virgilio Barco asistió a su instalación, invitado por Fecode y el magisterio, protagonistas de dicho movimiento.

En esta ocasión, Alejandro Gaviria, próximo ministro de Educación del electo presidente de Colombia, Gustavo Petro, acudió a la invitación que le hicieran desde diferentes expresiones contemporáneas del movimiento de renovación pedagógica. Se trata de un gesto de apertura para escuchar otras voces, que por lo general no son tenidas en cuenta a la hora de formular políticas educativas.

Quisiera presentar algunos detalles y hechos de la reunión en la que participaron representantes de la Expedición Pedagógica Nacional, de la Movilización Social por la Educación/Educación Popular, el movimiento etnoeducador, del movimiento normalista, y el movimiento de redes pedagógicas de maestros. También asistieron docentes que acompañaron a Abel Rodríguez Céspedes (q.e.p.d), en la Secretaría de Educación entre el año 2004 y 2010, quien fue el inspirador del Movimiento Pedagógico en los años 80, así como académicos que han estado muy cerca de estas iniciativas magisteriales.

La Expedición Pedagógica Nacional tuvo la oportunidad de narrar cómo 440 maestros entre los años 1999 y 2000 viajaron por 220 municipios y reconocieron más de 3.000 experiencias, que ilustraban la riqueza pedagógica que habita la escuela colombiana, y cómo en los últimos veinte años ha seguido trazando rutas para trabajar por la primera infancia, los pueblos afro e indígenas, la inclusión, las escuelas normales, el conflicto armado y la paz. Actualmente, tiene presencia en 13 departamentos del país, incluida la ciudad de Bogotá.

La Licenciatura en Etnoeducación de la Universidad del Cauca representó en esta reunión un movimiento de universidades que desde la periferia se ha ocupado de formar maestros de las comunidades étnicas. Además de la experiencia caucana, han estado comprometidas la Universidad de La Guajira, la Tecnológica de Pereira, la Nacional Abierta y a Distancia, la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y muy recientemente la Universidad del Magdalena. La existencia de estas licenciaturas se destacó por el reconocimiento de otros saberes y por contribuir a la visibilidad de estos pueblos ancestrales, como resultado de una lucha histórica de los movimientos indígenas y las comunidades negras, raizales, palenqueras y afrocolombianas, en materia de derechos educativos y culturales.

En el encuentro, también se presentó la Movilización Social por la Educación que, desde la perspectiva de Paulo Freire, impulsa desde el año 2003 espacios participativos, de socialización, deliberación y construcción de propuestas para la creación de un proyecto educativo alternativo para la nación que asuma la educación como un derecho y ponga la pedagogía, entendida como un asunto político, en el centro de la acción de los maestros. Desde sus colectivos que trabajan en 12 departamentos, desarrollan proyectos que dan cuenta de la diversidad cultural y de los diferentes modos de hacer escuela, así como de su proyección a otros escenarios y actores educativos.

Haciendo referencia a las redes de maestros que se han organizado en torno a la enseñanza de diferentes áreas, o en temas transversales, escuchamos la forma como trabaja Asociación Colombiana de Redes para la Transformación de la Formación Docente en Lenguaje (REDLENGUAJE), que cuenta con 24 nodos en todo el país. Algo similar sucede con la Asociación Colombiana de Matemática Educativa, que está en proceso de desplegar su propia red. Y finalmente, la Red Latinoamericana de Estudios sobre Trabajo Docente (RED ESTRADO), que funciona en Colombia como un nodo de la Red latinoamericana; de ella forman parte escuelas normales, facultades de educación, Fecode y varios grupos de maestros que investigan e innovan desde la escuela, organizados en ocho nodos en varios departamentos.

El rector de la Escuela Normal de Ubaté describió la manera en que históricamente las normales han luchado por la dignificación de la profesión docente, por el lugar de la pedagogía como saber que le da identidad al maestro y por trabajar de la mano de las comunidades, especialmente rurales.

Alejandro Gaviria escuchó con atención la presentación sucinta que cada uno de estos colectivos le hiciera, mostrándole el potencial transformador que han tenido en la educación colombiana y su disposición para aportar a una nueva política educativa, que realmente escuche a los maestros y tenga en cuenta sus saberes y su compromiso con las comunidades.

El hecho de que la Universidad Pedagógica Nacional haya sido la anfitriona de esta importante reunión es muy simbólico. Le mostramos al futuro ministro cómo nuestra Universidad ha estado desde los años 80 apoyando muchas de estas iniciativas, haciéndose querer y respetar como la casa de los maestros colombianos. Se espera que su presencia y la de los miembros de su equipo de empalme se traduzca en políticas, iniciativas, ideas y propuestas que están presentes en los territorios, tal como se evidenció en la reunión. El compromiso de Alejandro Gaviria fue crear una mesa que lo acompañe en la formulación del nuevo Plan de Desarrollo Educativo.

Abrimos las puertas de la UPN para seguir sirviendo de altavoz y escenario para que se escuche por fin la fuerza y la persistencia de estos colectivos, y muchos otros que creen en la escuela, la pedagogía, el derecho a la educación, en la dignificación de la profesión docente y en buscar impulsar un gran movimiento de reforma de la educación y la enseñanza.

Rector, Universidad Pedagógica Nacional*