No creo que haya habido un relato más nocivo en los últimos tiempos que la desacreditación del centro político.
No sólo en América Latina, también en Estados Unidos y en Europa han ganado enorme protagonismo los promotores de cambios radicales que, independientemente del disfraz que usen, izquierdistas o derechistas, prometen siempre lo mismo: deshacer el sistema “neoliberal” y globalizador, y devolverle el poder a la gente. Los que disparan desde la izquierda señalan la creciente desigualdad económica y la falta de inclusión social; quienes lo hacen desde la derecha recelan de las olas migratorias, la pérdida de empleos y las...