Mundial, emociones y tecnología

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Carolina Botero Cabrera
23 de junio de 2018 - 06:45 a. m.
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El uso de la tecnología en los grandes eventos deportivos es una constante. Mientras para Rusia 2018 se discuten las bondades y perjuicios del VAR —un nuevo ayudante tecnológico para el arbitraje—, hay otros usos más sutiles de tecnología fuera de la cancha que involucran a otro actor de este ecosistema, las audiencias, y que deberían también formar parte del debate público.

En primer lugar, hablemos de la forma como se hacen cumplir los derechos de retransmisión. Y es que la retransmisión de los eventos deportivos depende de un intrincado sistema de autorizaciones y exclusividades que soporta un multimillonario negocio. Además, requiere de vastos controles para asegurar que solo se retransmitan los eventos por quienes estén autorizados y paguen por ello. La tecnología se usa para hacer exigible esa costosa exclusividad.

Por ejemplo, en España se usa una app de la Liga nacional de fútbol que, al descargarse, solicita a los aficionados autorización para acceder al micrófono y sistema de geoposicionamiento de su celular. Usando estas capacidades del celular y tecnología de identificación de sonido, la Liga identifica si el aficionado está en un bar y si ahí se pagaron los derechos de retransmisión del partido. El aficionado no cae en la cuenta de que el sistema que garantiza el negocio para el equipo de sus amores lo usa para perseguir el cumplimiento de la norma por su bar preferido. Esto lo hace con tecnología de vigilancia de comunicaciones que es fácilmente abusada.

En Colombia, hace ya un tiempo, Karisma —donde trabajo— documentó cómo el canal WinSports, que ha pagado por la exclusividad de los partidos de la liga nacional, persigue a los aficionados que publican en sus redes fotos o pequeños videos de los momentos del partido que ellos toman, bien desde la TV o desde la silla en el estadio. Estos actos de amor se consideran “retransmisión” de la señal. Las acciones del canal llevaron a que varios aficionados, algunos con tan solo siete seguidores en Twitter, perdieran incluso su cuenta en un solo partido porque publicaron varias fotos. El aficionado recibe constantemente publicidad para que haga parte de la experiencia del fútbol, para que se conecte emotivamente con su equipo, pero lo castigan por usar las herramientas que hoy le permiten manifestar esa conexión.

En segundo lugar, hay que hablar de cómo internet y las redes sociales se han convertido en herramientas de linchamiento masivo. El valor de democratización que le reconocemos a este medio empieza a diluirse con esta tendencia. Así la reprochable conducta de algunos aficionados en Rusia, junto con la reacción desproporcionada de los justicieros de redes, tiene un efecto negativo en el respeto y pluralidad de espacios democráticos.

No creo que las estupideces que hacen los aficionados colombianos sean muy diferentes a las que hacen otros aficionados. Ahora bien, estoy de acuerdo en que Colombia tiene problemas derivados de la falta de educación y cultura que se refleja en la pendejada del “vivo” que encaleta trago en un estadio y en la miseria del borracho que retransmite en vivo su machismo burlándose y humillando a dos extranjeras, lo que me indigna hasta el fondo.

Sin embargo, como dijeron varios otros en redes, indignémonos por esos actos, aireemos nuestro desacuerdo, que quienes tengan autoridad para hacer algo lo hagan en los canales y con las garantías que correspondan, pero no más, pasemos página. No dejemos que esto se convierta en linchamiento mediático traducido en millones declicksque enriquecen el sistema de publicidad digital a costa de dos desgraciados que, además, terminan convertidos en víctimas de violencia y amenazas. Esto tendrá como consecuencia el cerramiento de los espacios que hemos conseguido para todos y será una verdadera e irreversible pérdida.

Les propongo.

Por una parte, replanteemos los derechos de las personas usuarias. El modelo de negocio no justifica cualquier estrategia por parte de las empresas deportivas o del entretenimiento en general. La nueva realidad tecnológica exige nuevas garantías de ejercicio de sus derechos para las audiencias. Si le bloquean contenidos deportivos, o de cualquier tipo, cuéntenos con #InternetEsTuPasión a través de Twitter o escríbanos a contacto@karisma.org.co. Trabajemos juntos para visibilizar este problema.

De otra, podemos redireccionar la energía para pensar en cómo usar tecnología para identificar rápidamente a los responsables de grandes discusiones en el país. ¿Cómo hacemos para saber pronto quiénes son los responsables de que en el Congreso no se discuta la ley que prohíbe el asbesto?, ¿quiénes y por qué se le quitó el alma a la ley contra la comida chatarra?, o ¿podemos identificar cómo actúa el congresista al que le dimos nuestro voto en cada etapa de la discusión de la JEP? También mantengamos nuestra capacidad para indignarnos. Yo me indigno porque esta semana un joven fue asesinado con una bala en la cabeza, después de que un policía persiguió a varios que intentaron colarse en Transmilenio.

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