Indolente condolencia


“El Gobierno de Colombia lamenta profundamente el fallecimiento del presidente de Irán, Ibrahim Raisi y del ministro de Exteriores Hosein Amir Abdolahian, (…) expresa sus sentimientos de condolencia por este trágico suceso y acompaña a las familias de las víctimas de este doloroso accidente y en general del pueblo iraní”.

No hay que ser un experto internacionalista para saber lo que Irán representa dentro del contexto internacional. Por lo mismo, se lee con dolencia profunda (nunca mejor dicho) un mensaje que, en nombre de los colombianos, envió la Cancillería y replicó el presidente Petro en su cuenta de X. Lo hacía en el mismo instante en que se completaban horas de ataques terroristas por parte de las disidencias de las FARC a varios municipios del Cauca.

El símbolo del régimen teocrático, frente al que el Gobierno de Colombia se mostró profundamente adolorido, es Mahsa Amini, la joven mujer kurda asesinada por incumplir las normas del uso del hiyab. Vinieron las protestas callejeras en las que murieron más de 500 personas, siete fueron ejecutadas, y se habla de más de 20.000 detenciones arbitrarias. En Irán, las calles de sus principales ciudades son patrulladas por unidades especiales de policía encargadas de hacer cumplir los códigos del decoro en el vestir de las mujeres. Incluso, hay cámaras de vigilancia instaladas para ese propósito. Actualmente está en curso un proyecto de ley que endurece las penas de las mujeres que se nieguen a llevar la vestimenta “adecuada” hasta con 10 años de prisión. Esta iniciativa ha sido catalogada por la ONU como una forma de apartheid de género, lo que explica el júbilo de las mujeres con la muerte del presidente, pero que no muestra la prensa oficial.

Profunda tristeza manifestó Colombia por la desaparición de Raisi, quien fue el jefe del poder judicial iraní y miembro del comité encargado de definir la condena y ejecuciones secretas de alrededor de 5.000 detenidos, aparentemente sepultados en fosas comunes, por lo que ha sido señalado de crímenes de lesa humanidad por Amnistía Internacional. Llegó a la presidencia por haber sido el protegido del ayatolá Jamenei en las elecciones de más baja participación en la historia de Irán. Estamos tristísimos, según la Cancillería, por el deceso de quien aumentó las reservas de uranio enriquecido a niveles históricos en Irán, oponiéndose al monitoreo de su programa nuclear por parte de la ONU, para no hablar del apoyo a Hamás, a Hezbolá y a los rebeldes de Yemen.

A Petro le ha hace honor su valentía frente a la barbarie del gobierno de Israel, pero mancha ese coraje al mostrarse tan amigo de uno de los principales cómplices del terrorismo en medio oriente. Las reglas de la guerra y de la humanidad no tienen Dios, ni bandera, ni etnia, ni doctrina. Los bárbaros son bárbaros, aquí y en Cafarnaún.

Hoy, el país llora seis nuevas víctimas en el Cauca, entre ellos un niño. Hemos retrocedido décadas en el manejo de la seguridad y del orden público por la fallida política de Paz Total, que ha contribuido a fortalecer a las estructuras criminales. Debería comprender el presidente que Colombia no tiene juego en la geopolítica internacional y que tampoco tenía velas en ese entierro de Irán.