La Agencia de Seguridad Digital

Los artículos de un proyecto de ley que apareció hace unos días denotan un inexcusable desconocimiento de la tecnología y, sobre todo, el propósito de violar las libertades individuales que se ejercen a través de internet. Se pretende sancionar a los operadores de redes y servicios de telecomunicaciones “como facilitadores de la violación de normas de transporte”. Una norma legal con ese propósito no pasaría el más elemental juicio de constitucionalidad. Quien accede a la información es el usuario en ejercicio de un derecho fundamental, el cual no se puede cercenar con fines policivos ni para proteger gremios o vallados ineficientes.

Uber llegó hace 10 a Colombia; ya se ha debido avanzar algo para resolver los problemas que suscitan esta y otras plataformas similares. Si no se logró, los funcionarios verán cómo se las arreglan con los servicios de trasporte que consideran clandestinos, pero acallar la protesta y torear líos de orden público no justifica violar la Constitución Política. Esta intención de las autoridades de trasporte es evidencia de cierta vocación estatista de controlar los medios digitales, lo cual implica serios riesgos para la libertad de información y debería ser motivo de discusiones públicas serenas y transparentes.

En tal sentido, es necesario llamar la atención respecto a una disposición contenida en el proyecto del Plan Nacional de Desarrollo, que se presentará esta semana a consideración del Congreso de la República. Según su artículo 87, se le otorgarían facultades extraordinarias al presidente de la República para crear la Agencia Nacional de Seguridad Digital. Esta entidad dependería directamente de la Presidencia y tendría a su cargo la seguridad digital con el fin de “fortalecer la confianza y seguridad de todas las partes interesadas”.

Este es un asunto trascendental. En el contexto mundial, el ciberespacio es el ámbito en el cual se debaten los conflictos geopolíticos, y la delincuencia digital es la amenaza más grande para la economía global. Esta problemática no es propiamente un tema del Plan de Desarrollo y mucho menos puede despacharse a las volandas. Es necesario oír a expertos en temas tecnológicos y de estrategia, y garantizar la protección de las libertades individuales. El ciberespacio y el cielo pueden esperar.

@jcgomez_j