Ambientalismo, afirmación de uso y consumo

Juan Pablo Ruiz Soto
06 de noviembre de 2019 - 05:00 a. m.

Hace dos semanas, en el foro Educación Ambiental como Herramienta del Desarrollo Sostenible —orientado a construir un diálogo propositivo relacionado con educación ambiental y su efecto sobre el comportamiento ciudadano y la transformación del país—, vivimos un evento que genera reflexiones sobre el comportamiento del “ambientalista” frente al uso y consumo de recursos naturales.

En el evento, organizado por Foros Semana, se ofreció agua en botella desechable. Durante el segundo panel, un expositor, reaccionando frente al envase de un solo uso, dijo que prefería no consumir agua. Otro dijo que la consumiría, pero que ofrecía repartirla para no generar tanta basura. Muy virtuosa y oportuna la reacción de los panelistas. Sin embargo, generan un mensaje que controvertí durante el evento.

El problema no es el agua, es la forma como se ofrece y consume. En mi intervención mencioné una propaganda, que vi muchas veces en mi juventud, que transmitía algo falso cuando decía: “Proteja su salud, use desechables”. Hoy sabemos que para proteger nuestra salud y la del planeta debemos educar diciendo exactamente lo contrario: “Proteja su salud, NO use desechables”.

Más del 95 % de los envases desechables de un solo uso que aceptamos y usamos son innecesarios. En el club El Nogal —lugar del evento—, ¡servir agua en envase desechable no tiene presentación!, menos durante un seminario de educación ambiental. Es una inconsciencia y una irresponsabilidad, tanto de la revista Semana, como del club El Nogal.

Como panelista fui enfático y dije que quería consumir agua, pero que solicitaba, para no generar basura innecesaria, que se llevaran la botella desechable sin abrir y me trajeran el agua en una jarra. La administración se organizó y reemplazó el envase desechable por una jarra de vidrio. Consumí dos vasos de agua sin generar basura innecesaria. Los hábitos de consumo agresivo con el medioambiente deben ser erradicados.

No se trata de negarse el consumo de agua, se trata de hacerlo de manera responsable, sin generar contaminación innecesaria. El agua del acueducto de Bogotá es apta para consumo humano, pero si se prefiere se puede filtrar antes de servirla. El llamado es a que no usemos envases desechables, a no ser que sea indispensable.

No le comamos cuento a la propaganda actual de Coca-Cola y Postobón, que pretende que sigamos consumiendo bebidas en envases desechables. El acto responsable con el planeta no es promover el consumo en envase de un solo uso e insinuar que se recicle. ¡No! Lo adecuado es consumir el agua o los refrescos sin requerir para ello un envase especial. Si el envase es necesario, debemos elegir el que se vuelve a usar, lo hay para agua, gaseosa y cerveza. Si por alguna razón es imperativo utilizar el envase desechable de un solo uso, debemos ponerle un alto impuesto y asegurar que se recicle. Según un informe de Naciones Unidas, en el mundo solo se recicla el 9 % de lo reciclable.

Ser ambientalista no es otra cosa que ser responsable con el planeta. En cada uno de nuestros actos debemos buscar disminuir el impacto de nuestras acciones. Protejamos nuestra salud y la del planeta, evitemos los desechables. Que Coca-Cola, Postobón y Bavaria ofrezcan sus productos en envase retornable. En la transición, al desechable hay que ponerle un precio alto y que parte de ese costo se recupere cuando se recicle.

 

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