Ganadería y deforestación, contravía colombiana

Juan Pablo Ruiz Soto
26 de junio de 2019 - 05:00 a. m.

The Breakthrough Institute, un centro de investigación global que identifica y promueve soluciones tecnológicas para desafíos ambientales y de desarrollo humano, acaba de publicar un informe según el cual el área del planeta dedicada a la ganadería empieza a disminuir en las últimas décadas. La superficie utilizada para producir carne y leche es el mayor uso humano de la tierra en el planeta y es más del doble de la superficie utilizada para todos los demás usos agrícolas. Pero, ahora, áreas antes cubiertas por pastos están dando paso a nuevos usos, incluida la recuperación del bosque.

El informe señala que las mejoras en productividad explican esta tendencia, y presenta alternativas para reducir la huella ganadera e impulsar medidas complementarias para obtener mayores beneficios ambientales. Tradicionalmente, la ganadería ha sido el uso posterior a la destrucción del bosque. Esto aún pasa en la Amazonía y genera importantes impactos negativos sobre la biodiversidad y el cambio climático.

En los países de alto ingreso, el uso de tierras para ganadería empezó a declinar en la década de 1960 y, en las últimas dos décadas, este mismo patrón empieza a aparecer en casi todo el mundo. Según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en los últimos 20 años, el área global dedicada a ganadería ha disminuido en casi una vez y media la superficie de Colombia.

Mientras el consumo total de carne y leche ha aumentado, la ocupación del área para ganadería disminuye como resultado del incremento en productividad. Entre 2000 y 2013, disminuyó la superficie en pastos, mientras la producción de carne y leche aumentó 13 % y 32 %, respectivamente. Esto se ha llamado la “revolución ganadera”.

Para nuestro país, los sistemas silvopastoriles (SSP) tienen gran potencial pues el uso de árboles mejora la alimentación del ganado y aporta a la recuperación de tierras, aguas y biodiversidad, aumentando la capacidad de carga ganadera por hectárea. Para mejorar su impacto, hay que combinar el SSP con mejoras en la calidad (raza y cruces) de los animales.

Disminuir la deforestación y el área en ganadería es una gran contribución para el medio ambiente. Por ello, hay que masificar la “revolución ganadera”. Sin embargo, esto no ocurre en la Amazonía colombiana, donde la expansión de las pasturas con baja capacidad de carga prevalece. En muchos lugares no está mejorando la productividad; en algunos incluso disminuye.

En la actualidad, muchas regiones de Colombia producen muy por debajo de su potencial técnico, aun cuando ya existen buenos ejemplos de cómo aumentar significativamente la productividad en cortos períodos de tiempo. Para lograrlo, se requerirá un incremento en el monto y calidad de la inversión, con adecuada asistencia técnica. El propósito de difundir la ganadería sostenible en Colombia se soporta en diversos proyectos en ejecución. Sin embargo, su adopción masiva requiere superar barreras culturales y financieras, y aumentar la difusión de buenas prácticas. El apoyo gubernamental es determinante para intensificar la ganadería sostenible y desencadenar su potencial ambiental. La mayor virtud de los SSP es que, mientras incrementan la productividad, respetan el papel integral del ganado en la vida, medios de producción y cultura de las comunidades locales.

 

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