Las CAR, corrupción y reestructuración

Juan Pablo Ruiz Soto
18 de diciembre de 2019 - 0:00 a. m.

Se cierran los espacios para la corrupción en el uso de los recursos públicos asignados al ambiente. La movilización social reclama mejor gestión ambiental, y las CAR, que concentran el 80 % de los recursos del Sistema Nacional Ambiental, están en el ojo del huracán, señaladas de ineficientes y corruptas.

Contraloría y Procuraduría señalan que estas entidades no están cumpliendo con su función. Hoy se adelantan múltiples investigaciones. Ej.: 18 de los 33 directores de las CAR están siendo investigados. Desde la academia, Rudas (2018) y Montes (2019) evalúan a las CAR y también las rajan. Las demandas sociales indican que la reestructuración de las CAR (hoy en trámite en el Congreso) debe generar mejores instituciones o, en su defecto, aquellas terminarán eliminadas por la presión social.

La bien pensada autonomía para la gestión ambiental regional, plasmada en la Ley 99 de 1993, no está funcionando. Los consejos directivos de las CAR se han convertido en un apetecido lugar para apropiar recursos públicos y realizar intervenciones fraudulentas.

En la CAR-Cundinamarca, cuyo director saliente está bajo investigación, el consejo directivo acaba de nombrar (con nueve votos a favor y dos en blanco) al nuevo director, que es de la cuerda del anterior y representa el continuismo. Carlos Fonseca, exviceministro y exdirector de Colciencias, quien se presentó como candidato a la dirección, interpuso una tutela señalando varias irregularidades en la elección; el juez ya la aceptó, y ahora está demandada. De otra parte, tres ONG (Fundación Alma, Amigos de la Montaña y Fundación Humedales) han presentado una demanda ante el Consejo de Estado solicitando la nulidad del proceso de elección del representante de las ONG ambientales, Alejandro Motta, al consejo directivo. Motta ha sido reelegido y completará 20 años como miembro de ese consejo. La capacidad de la corrupción es tal, que todo se hace aparentemente dentro de la legalidad. Estaremos pendientes del resultado de estas investigaciones.

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La presión ciudadana es el motor para erradicar la corrupción. La Procuraduría adelanta 396 actuaciones preliminares sobre las CAR por distintos aspectos delictivos. No todas serán resueltas en su contra. Pero dado el abultado número de las denuncias y lo que esto significa para las CAR, esperamos que la Asociación de Corporaciones (Asocars) contribuya con las investigaciones, pues no todas las CAR ni todos sus funcionarios son corruptos. Investigar es aclarar; no es condenar. Y a todos nos interesa luchar contra la corrupción.

Las banderas y propuestas ambientales generan cada vez más votos y mayor compromiso por parte de los elegidos. Las omisiones en gestión ambiental, en todo el mundo, suscitan levantamientos sociales. Bienvenido entonces el tinte verde dentro de todos los partidos y es de esperar que los compromisos ambientales propuestos en los programas de gobierno sigan tomando mayor peso en las decisiones del voto. Un buen indicador de lo anterior es el resultado de las pasadas elecciones.

La sociedad civil ha entendido que el ambiente no es un tema estético pequeño burgués. Es eje de nuestra calidad de vida y determinante para el futuro de la humanidad; debe superar las banderas partidistas. Salud y educación no valen frente al deterioro y la enfermedad del planeta. El uso de recursos públicos asignados a la gestión ambiental debe ser efectivo y eficiente. La movilización social exige una mejor gestión ambiental, tanto en las CAR como en el Gobierno Nacional.

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