Codicias y barbaries sostenidas

Julio Carrizosa Umaña
25 de septiembre de 2018 - 02:00 a. m.

En la inauguración, en la Universidad de los Andes, del Centro para investigar el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) en América Latina y el Caribe, el presidente Duque pidió que hiciéramos silencio en honor a los tres jóvenes geólogos que fueron asesinados por bárbaros armados cuando estaban buscando yacimientos de oro en Yarumal. Unos minutos después Jeffrey Sachs, el gran profeta internacional de la sostenibilidad, nos recordó que esta no se puede lograr simplemente liberando los mercados, porque estos siempre están guiados por la codicia. Al salir de la reunión los noticieros nos contaron que una funcionaria encargada de la recreación de los niños pobres de Bosa había sido asesinada para robarle la bicicleta, en la cual iba a su trabajo y que el fiscal general había declarado que ya había aclarado el 55 % de los cientos de muertes violentas de líderes sociales y de defensores de derechos humanos.

Todo esto me recuerda lo que sucedió en la década de 1960, cuando se derrumbó la paz ya olvidada, la lograda por Alberto Lleras Camargo, llegó la Alianza Para el Progreso y revivieron en Colombia la codicia y la barbarie. Hoy esas dos pasiones, barbarie y codicia, andan nuevamente sueltas girando sobre el territorio, con centro en Bogotá y cubriendo a Antioquia, Córdoba, Norte de Santander, Nariño, Cauca y Chocó.

En la misma extraordinaria reunión de la Universidad de los Andes, Manuel Rodríguez Becerra, profesor emérito, afirmó que cuando se habla de desarrollo sostenible se habla es de aquel que no amenaza los límites ecológicos del planeta. Margarita Marino de Botero, líder ambiental, recordó que en Colombia en la década de 1970 se organizó el primer proyecto de ecodesarrollo del planeta. José Luis Samaniego, de la CEPAL, habló de las diferencias entre la eficiencia schumpeteriana y la keynesiana en el logro del DS y todos nos alegramos con Paula Caballero y Hernando Gómez por los avances colombianos en la definición de los objetivos y metas del DS y en el impulso del crecimiento verde. La audiencia de profesores y estudiantes universitarios también aplaudió cuando el presidente Duque anunció que el nuevo Plan Nacional de Desarrollo estaría fundamentado en un pacto por la equidad y seguiría los 17 objetivos aprobados por las Naciones Unidas para lograr el desarrollo sostenible.

¿Las élites cognitivas podrán, por fin, acabar en Colombia con los excesos, sostenidos durante 70 años, de la codicia y la barbarie?

 

*Miembro de Paz Querida y de Futurible

 

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