La complejidad de la verdad

Julio Carrizosa Umaña
26 de julio de 2018 - 22:00 p. m.

La absurda discusión actual acerca de la conveniencia de la comisión dirigida por Francisco de Roux, ciudadano ejemplo de inteligencia, honestidad y patriotismo, es una muestra de las complejidades de la búsqueda de la verdad. Uno de los críticos, el columnista Alfonso Cuéllar, la llama una “importación foránea” y la califica de “la más diabólica”. Para él, un líder de la sociedad moderna, el diablo pudo haber afectado el cerebro de quienes estuvieron de acuerdo en semejante engendro, ya que “nadie sale bien librado cuando se conocen los detalles” y recomienda que la comisión “se relegue al cuarto de San Alejo”. Otro crítico, Juan Manuel Acevedo, menos religioso, más realista, recomienda que la Comisión de la Verdad se amplíe para que “lleguen algunos que le impriman equidad a la búsqueda de la verdad”, “ganándose el respeto de la mayoría de los colombianos”.

Si continuara la discusión dentro de lo sagrado podríamos recomendar al escritor que cree en el diablo que confíe también en la necesidad de la confesión, de la penitencia y del perdón, y si profundizáramos en las recomendaciones de Juan Manuel Acevedo podríamos recomendar al presidente electo que empiece a buscar empresarios veraces en los gremios.

La discusión acerca de la complejidad de la verdad es internacional y afecta a los círculos más poderosos del planeta. Recientemente se han publicado dos libros que aportan descubrimientos de la psicología y de la neurociencia interesantes para entender la gravedad de lo que está sucediendo en Colombia. El primero se llama Pobre cerebro y es escrito por Sebastián Lipina, neurólogo y educador argentino; el segundo se llama The Inner Level: How More Equal Societies Reduce Stress, Restore Sanity and Improve Everyone’s Well-being y es obra de Richard Wilkinson y Kate Pickett, quienes han estudiado el asunto desde hace varios años. Lipina afirma con pruebas que la pobreza tiene graves impactos sobre el desarrollo cognitivo y emocional y los investigadores ingleses aportan datos para confirmar la estrecha relación entre las crisis de salud mental y la falta de equidad en sociedades específicas. Varios especialistas colombianos han escrito acerca de cómo setenta años de violencia colectiva han generado múltiples traumas mentales en este país, como lo menciono en mi libro Colombia compleja. Queda entonces una pregunta adicional, extremadamente importante en estos momentos: ¿qué hacer para que nuestros cerebros, maltratados por la pobreza, la inequidad y la violencia, puedan acercarse a la verdad?

* Miembro de La Paz Querida.

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