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La decisión del gobierno nacional de reformar el sistema de salud no solo ha suscitado innumerables polémicas en los medios, discusiones en diversos foros e infructuosos debates en el Congreso. Hay algo mucho peor: la precaria atención que prestaba a los usuarios la mayoría de las EPS se ha deteriorado aún más. Esta es una realidad que miles de pacientes están sufriendo a diario cuando acuden a las EPS en busca de un servicio médico, pero que en algunos casos llega a extremos francamente inaceptables. Puedo hacer esta afirmación por experiencia y conocimiento directos.
Doy testimonio de un caso concreto: IMEVI, la entidad a la que Compensar contrató para cuidar la salud visual de sus afiliados, entró hace varios meses en un estado de parálisis sin ningún aviso previo ni explicación alguna a sus usuarios. En marzo pasado dejaron de funcionar los distintos canales establecidos por esa entidad para la comunicación con los pacientes: el teléfono, el WhatsApp, la página web y la atención presencial. Por ninguna de esas vías es posible comunicarse con esa entidad desde el mes de marzo pasado para solicitar una cita médica. En la práctica, esto significa que la mencionada entidad ha dejado de prestar los servicios de salud visual que le encomendó Compensar.
He sido paciente del retinólogo Santiago Camacho, profesional al servicio de IMEVI, quien me atendió hasta el 25 de enero de 2024, fecha en la que ordenó un examen de optometría, una tomografía y una cita de control con él mismo para la revisión de esos exámenes. Cumplí oportuna y debidamente las instrucciones del especialista y los exámenes me fueron practicados el 12 de febrero y el 6 de marzo de 2024. Desde esa fecha he intentado infructuosamente solicitar la cita de control ordenada por el doctor Camacho, sin que en ninguna de mis llamadas y visitas a las instalaciones de IMEVI haya podido obtener una respuesta satisfactoria. La contestación de los funcionarios de IMEVI, tanto por teléfono como de manera presencial, ha sido siempre la misma: que no hay agenda disponible, por lo cual ni siquiera es posible registrar la solicitud de consulta. Esta interrupción del servicio que me venía prestando IMEVI es altamente perjudicial, pues impide continuar el tratamiento prescrito por el especialista.
Seis meses son demasiado tiempo para dejar sin atención un caso como el mío, calificado de prioritario por los profesionales de la salud al servicio de IMEVI. Además, una dilación de esta magnitud es incompatible con el objetivo de “salud preventiva” que propugna Compensar, la cual no puede ser indiferente a la forma en que IMEVI está dejando de atender a sus usuarios.
Corresponde a IMEVI y también a Compensar tomar las medidas necesarias para que se restablezcan los canales de comunicación con los usuarios lo más pronto posible con el fin de que estos puedan solicitar los servicios a los que tienen derecho y acceder a ellos sin obstáculos ni demoras que les pueden causar serios perjuicios en su salud.
La falta de atención de IMEVI a sus usuarios es totalmente inaceptable y genera un serio incumplimiento de las obligaciones que contrajo al ser contratada por Compensar. Así mismo, Compensar no puede ser ajena a la responsabilidad de la entidad que escogió para cuidar la salud visual de sus afiliados. Por esto, ambas entidades deben adoptar los correctivos necesarios para que no se sigan presentando dilaciones como las mencionadas atrás, que pueden resultar seriamente perjudiciales para los pacientes.

Por Leopoldo Villar Borda
