La feria de los trancazos

No de otra manera puede llamársele al evento popular más importante y trascendental de Santiago de Cali con el que cierra con broche de oro la más cuestionada administración que recuerde la capital vallecaucana.

Al punto que el gobernante de marras acaba de ser suspendido de su cargo por la realización de una feria virtual, durante la pandemia, que no ha podido aclarar el multimillonario derroche que quebró a la entidad organizadora y se chupó $4.000 millones de superávit logrados con un gran esfuerzo por las gerencias anteriores de Corfecali.

En esta oportunidad se revelaron, y con razón, los artistas, orquestas y bailarines, entre otros, porque no les pagaron sus trabajos y les “mamaron gallo” manga por hombro durante más de once meses.

Sin embargo, se llegó a un acuerdo pegado con mocos y a los trancazos se armó la programación, que amenaza con un bloqueo en estos tres últimos días del evento.

El salsódromo, el festival de orquestas, el encuentro de melómanos, el desfile del Cali viejo, el de carros antiguos —que terminó siendo una caravana de última hora— y una temporada taurina que deja muchísimo que desear son la triste descripción de la que fue la Feria de América, como se ocurrió llamarle alguna vez .

Con unos convenios firmados a última hora, con unos grandes patrocinadores que se corrieron por falta de claridad, con una sospecha de que la platica no va a aparecer, su actual director, ajeno a este pasado turbulento, está jugando a la ruleta rusa por culpa de ese pasado siniestro.

Pero como estamos en el país del muerto al hoyo y el vivo al baile, no cabe la algarabía de propios y extraños matados de la dicha salseando y libando con el rancho ardiendo…