¿Mala prensa para Colombia?

La exitosa miniserie Griselda ha tenido tal éxito mundial, que ha batido récords en Netflix. Se trata de una producción en la que están involucrados dos connacionales, demostrando su talento en esta industria tan difícil como competida.

Por una parte está Sofía Vergara, quien demostró que no solo era una máquina de hacer millones con su despampanante figura, acusada de no saber ni hablar inglés y de hacer papelones insulsos para un cine tan barato como superficial.

Pero dejó boquiabiertos a sus detractores al asumir el papel de la sanguinaria precursora del narcotráfico, de quien Pablo Escobar dijo que al único hombre al que le tenía miedo era una mujer llamada Griselda Blanco.

Además, la Toti fue más allá al asumir como productora de los seis capítulos de esta miniserie, dejando claro que no era la barranquillerita cabecihueca que solo tenía curvas para destacarse en ese mundillo.

Por otra parte está el talentoso caleño Andrés Baiz Ochoa, quien se consagró con la dirección de esta serie, ubicándose en el podio de los famosos, distinción que pocos colombianos han alcanzado.

Pero lo anterior no valió para un grupúsculo de envidiosos y pescadores en río revuelto. Lejos de ponderar y destacar el trabajo de Vergara y Baiz, los acusaron de hacerle mala prensa a nuestro país, en una actitud mezquina y miserable. Como si la historia de Griselda Blanco fuera una defensa y una exaltación del narcotráfico y no hubiera tenido un triste final como ejemplo de lo que deja este delito, que en la serie se puede apreciar en toda su extensión.