Nuevo centro

“El centro político está vivo”. Así lo expresó el director nacional del Nuevo Liberalismo, Juan Manuel Galán, tras las elecciones del domingo pasado. Es el mismo representante del autodenominado centro que unas semanas atrás tuiteó que “solamente un fraude o una acción violenta” evitarían que su hermano Carlos Fernando Galán llegara a la Alcaldía de Bogotá.

Y ello, antes de que supiéramos si habría o no una segunda vuelta.

Es de hecho el mismo centro que alucinaba otros centros en donde tampoco los había, como cuando llegó la hora de evitar el gobierno de la izquierda de Gustavo Petro. En ese momento, el mayor de los Galán afirmó: “El partido cree que Rodolfo Hernández representa una opción de centro”.

En los inicios de su carrera política el recién electo alcalde de Bogotá ponía a Germán Vargas Lleras como un “referente de para qué es la política y cómo se debe ejercer”. Eran, por supuesto, los años de Cambio Radical. Ahora es difícil saber si el vargasllerismo sigue siendo el tipo de centro que reivindica el Nuevo Liberalismo. Un liberalismo nuevo que sería viejo o, si estamos ante otro centro, uno aún más imaginario, de corte peñalosista.

Dada la presencia de asesoras como Sandra Borda y la adhesión de figuras como Carlos Vicente de Roux a la campaña del nuevo alcalde, además de las posibles continuidades de algunas políticas exitosas de Claudia López, estaríamos ante un centro constructivo de ánimos conciliadores.

Es tan llamativa la promesa que hasta la revista Semana aprovechó el buen momento de la casa Galán para titular su última publicación con la idea de “El nuevo centro”, ilustrada con las fotos de Carlos Fernando Galán, Federico Gutiérrez, Alejandro Éder y Álex Char. “Todos se caracterizan por alejarse de los extremos”, agrega en su encabezado la revista encargada de darles ánimos y alas a los más fervientes defensores de las ideas menos afines a cualquier pensamiento liberal.