La Alcaldía de Bogotá

Para evitar que los llamados candidatos de izquierda llegaran a la Alcaldía de Bogotá, en 2019 se inventaron una norma que entró en vigencia en 2023 según la cual para ser electo se requiere, como mínimo, el 40 % de la votación total y aventajar al segundo en 10 puntos. La disposición buscaba mantener alejados del triunfo a esa clase de aspirantes. Gustavo Petro obtuvo en 2011 el 33,36 % y el segundo, Enrique Peñalosa, el 25,86 %. En 2019 Claudia López alcanzó el 35,21 % y el segundo, Carlos Fernando Galán, el 32,48 %. De haber existido entonces la mencionada norma, se habría necesitado una segunda vuelta y posiblemente una coalición de derecha o de centro-derecha habría conquistado la Alcaldía.

Desde que existe la elección popular de alcaldes, los últimos tres mandatarios —Petro, Peñalosa, López— y Andrés Pastrana en 1988 —quien salió electo con 34,93 %— son los únicos que han resultado victoriosos con menos del 40 %. La norma se aprobó y no alcanzó a ponerse en práctica. Contribuyeron, por supuesto, el mal candidato del Pacto Histórico, Gustavo Bolívar, y el tan cuestionado gobierno de Petro.

Pero factores como los señalados permitieron que la disposición no se aplicara por primera vez este año. Carlos Fernando Galán venía haciendo el curso y fue persistente. En 2011, cuando ganó Petro, quedó de cuarto, tras Enrique Peñalosa y Gina Parody, respectivamente. En 2019, cuando ganó Claudia López, fue segundo. Y ahora barrió, a pesar de que había mucho escepticismo de que ganara en la primera vuelta. Hay que destacar, también, el fenómeno de Juan Daniel Oviedo. Sin experiencia política más allá de revelar desde el DANE el costo de vida mensual, logró ganarle a Bolívar, quien puede saber mucho de tetas, pero muy poco del paraíso de la política.

Lástima que la gran cantidad de votos en blanco no hubieran sido para Jorge Enrique Robledo, hombre tan lleno de sabiduría y de canas.