La Gobernación de Coquivacoa

Las sociedades tienen la necesidad de renovar la credibilidad de sus hechos históricos fundantes o al menos de su narrativa, afirma el escritor haitiano Michel-Rolph Trouillot. Sin embargo, en ciertos momentos se activa el silencio sobre eventos de importancia retrospectiva. Uno de esos silencios tiene que ver con la creación formal de la Gobernación de Coquivacoa en 1501 y las actuaciones concretas de su funcionamiento en 1502. Este suceso, que cumple 520 años, pasa hoy desapercibido en la agenda académica e institucional del país.

El destacado historiador español Demetrio Ramos se sorprendía por la poca importancia que se otorgaba a este suceso. Él consideró que, al crear esta Gobernación, la Corona se planteó tres empresas importantísimas: la comprobación valorativa de las nuevas tierras y sus posibles riquezas perlíferas, la desconcentración del gobierno de las Indias de una sola mano: la de Colón, y la búsqueda del paso hacia las Indias asiáticas a través de un supuesto estrecho vinculado geográficamente a lo que hoy es el lago de Maracaibo.

La Corona encargó este proyecto a un hombre de su confianza: Alonso de Ojeda, quien exploró estas costas hasta el Cabo de la Vela en 1499 y vislumbró los atractivos económicos, políticos y geográficos que este territorio inexplorado ofrecía. Su importancia radica en que esta Gobernación constituyó la primera entidad administrativa española en tierra firme. De hecho, su principal asentamiento, la ciudad de Santa Cruz, erigida en 1502, es anterior al surgimiento de Santa María la Antigua, en el Darién.

El ámbito de la Gobernación de Coquivacoa comprendió extensas zonas del litoral de lo que actualmente son las repúblicas de Colombia y Venezuela, por lo que su conmemoración compete a ambos países. La llamada Coquivacoa propiamente corresponde a la actual península de La Guajira y este es su nombre indígena primigenio. La Coquivacoa extensa abarca el ámbito del golfo, el lago de San Bartolomé y las tierras situadas más allá de la península de Paraguaná.

Las perlas constituyeron el principal atractivo económico de esta empresa. Ojeda tuvo noticias de la existencia de ricos ostrales de perlas por su esposa guajira: Isabel. Estas se manifiestan en las instrucciones que dio a sus hombres en 1502: “Estad en el Cabo de la Vela siete u ocho días por amor de Isabel, y trabajad para saber lo de las perlas”. La ciudad de Santa Cruz surgió en mayo de dicho año, al amparo de una torre, probablemente en Bahía Honda. En esas tierras “hay mucho maíz, ajíes y cazabe”, declararon después los hombres de Ojeda, pero los indígenas son hostiles y no les dan descanso a los nuevos pobladores hasta hacerlos marchar.

La efímera ciudad de Santa Cruz subsistió hasta septiembre de 1502. Ojeda, que se había peleado con sus socios hispanos, fue detenido y luego se vio inmerso en prolongados y desgastantes pleitos. Isabel y Ojeda se establecieron después en La Española y tuvieron tres hijos, que quizás se contaron entre los primeros mestizos de este continente.

Valdría la pena propiciar la reflexión académica y nuevas miradas acerca de lo que fue el establecimiento y a la vez el fracaso de la primera gobernación hispana en tierra firme, su incidencia en las siguientes capitulaciones, los atractivos que la guiaron y los tipos de interacción con la población amerindia en su ámbito territorial hasta hoy. Sin embargo, como ha dicho el mismo Trouillot, la historia muestra un discurso intencionado de voces, pero, en ocasiones, también de silencios y sombras.

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