De último la gente

Yohir Akerman
07 de mayo de 2017 - 04:12 a. m.

Muchos factores se juntaron para la tragedia del ‘Portal De Blas De Lezo II’ en Cartagena, pero todos tienen un común denominador: la corrupción.

Vamos por partes.

El 25 de julio de 2016, el alcalde de la ciudad, Manolo Duque Vásquez, nombró al arquitecto Olimpo Vergara Vergara como director de la oficina de Control Urbano.

Pocos días después, el 1 de agosto de 2016, el mismo alcalde, por medio del decreto No 1110, cambió la reglamentación del sector vivienda, territorio y ciudad en Cartagena, y le entregó las funciones de control y vigilancia de las construcciones al señor Vergara Vergara, después de quitarselas a los alcaldes locales. (Ver Decreto No. 1110)

Solo tres meses después de esa movida reglamentaria, arrancó la edificación del Portal De Blas De Lezo II a cargo de la empresa ‘Constructora & Quiroz’.

Pero vamos más atrás.

Vergara Vergara es cuota del señor José Julián Vásquez Buelvas, hermano de crianza del alcalde y quien le financió la campaña a Manolo con dinero proveniente del Cesar. Según fuentes de la región, a Vásquez Buelvas lo conocen como el poder detrás del poder, o el alcalde en la sombra.

A su vez, Vásquez Buelvas es la cuota en Bolívar del clan Gnecco, familia que se apropió de los recursos del departamento del Cesar. Él, junto al señor Antonio Díaz, son las personas que están pendientes de los proyectos en la Alcaldía para proteger los intereses de la familia Gnecco. (Ver Candidato de los Gnecco en Bolívar)

El 10 de noviembre de 2014, Vásquez Buelvas fue inhabilitado por la Procuraduría por el término de 11 años, en su condición de gobernador encargado de Bolívar por incrementar injustificadamente el patrimonio de un tercero. (Ver Procuraduría Sanción Vásquez Buelvas)

Una joya.

Por su paso por la gobernación de Bolivar, Vásquez Buelvas también es conocido como el “rey de las licitaciones o el zorro de la contratación”, lo cual explica que los cargos más importantes de la actual Alcaldía de Cartagena los manejen secretarios cercanos a él, que se reúnen constantemente en su oficina 303 de la Torre Grupo Área en la avenida San Martín. Fuentes cuentan que en esa oficina en Bocagrande se le vio varias veces al señor Vergara Vergara.

Sigamos con la conexión vallenata.

La constructora del Portal De Blas De Lezo II se constituyó en Cartagena en el año 2011 con la matricula mercantil número 09-286781-01. El objeto social de la empresa de los Quiroz en Cartagena, además de la industria agropecuaria y bovina, es “actividades especializadas para la construcción de edificios y obras de ingeniería civil”.

En Valledupar los hermanos tienen otra empresa llamada ‘Construcciones Quiroz’ que fue fundada en el año 2005 con el NIT 900050116 y, exactamente, el mismo objeto social copiado que el de Constructora & Quiroz de Cartagena.

María de las Nieves Quiroz es la representante legal y la compañía está integrada por varios de sus familiares, uno de los cuales, Wilfran Quiroz, es quien realmente realiza los negocios de la empresa.

La cultura de la empresa parecía la trampa, ya que las irregularidades en la construcción del Portal De Blas De Lezo II iban desde los permisos hasta los diseños estructurales.

En noviembre del 2016, tres meses después de ser posesionado Olimpo Vergara, la constructora situó a plena luz del día una valla de la Curaduría Urbana 2 que resultó ser falsa.

Fuera de eso, la manera en que adquirían los lotes para sus construcciones era irregular e, incluso, un vecino de la obra siniestrada había enviado una carta a las autoridades dos semanas antes de la tragedia alertando sobre la falta de seguridad para los obreros, y la ausencia de un manejo adecuado de los escombros y las protecciones. (Ver Carta de vecino del 18 de abril)

Para rematar, el cemento que se utilizó para las columnas del edificio fue mezclado en el mismo lugar de la construcción con cemento de uso general, y no concreto premezclado. Parte de ese cemento era importado a granel por lo cual no está certificado de conformidad con las normas técnicas colombianas que garantizan que los cementos tengan las especificaciones necesarias para asegurar la sismorresistencia y durabilidad de las edificaciones.

El resultado fue evidente y las autoridades no hicieron nada.

El colmo de males es que la misma compañía tiene otros 30 proyectos de construcción en la ciudad de Cartagena que siguen vendiendo y comercializando. (Ver Proyectos Constructora & Quiroz)

Una bomba de tiempo que empezó su cuenta regresiva cuando el alcalde Duque Vásquez, defensor del lema ‘Primero la Gente’, le entregó la vigilancia de las construcciones y el control urbano a una cuota del zorro de la contratación que está velando por sus intereses personales y no por la seguridad y el bienestar de los cartageneros. La bomba de corrupción hasta ahora ha dejado 21 muertos y 23 heridos.

@yohirakerman

akermancolumnista@gmail.com

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