Antioquia también es de las personas LGBT

El Espectador
01 de julio de 2019 - 05:00 a. m.
En Medellín, Bogotá (foto) y varias ciudades del país las personas LGBT salieron a homenajear sus 50 años de lucha / Foto: Cristian Garavito, El Espectador
En Medellín, Bogotá (foto) y varias ciudades del país las personas LGBT salieron a homenajear sus 50 años de lucha / Foto: Cristian Garavito, El Espectador

Colombia no es un país de simbolismos sutiles. Un hombre con sombrero, poncho y carriel bajó y cortó la bandera del arcoíris que se había elevado en el Pueblito Paisa, en Medellín, para honrar a las lesbianas, gais, bisexuales y trans (LGBT) que habitan en esa ciudad. Esto en vísperas de la marcha del orgullo LGBT que se llevó a cabo en varias ciudades del país ayer.

“Que nos traigan la de Antioquia... Sinvergüenzas. Aquí hay que hacernos respetar, si quiere respeto esa comunidad, que nos respeten a nosotros primero”, decía el hombre mientras ocurría el ataque a la bandera. Lo dicho: un hecho simbólico muy poco sutil que encarna la discriminación histórica que esta población ha tenido que sufrir y la resistencia terca de los prejuicios en su contra.

Hay, no obstante, otros símbolos importantes que surgieron en respuesta al ataque. La institucionalidad, que en el pasado ha sido una de las principales perpetradoras (o cómplices) de la discriminación, salió a rechazar sin titubeos lo ocurrido. El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, dijo que “nos están irrespetando a todos los que creemos en el respeto por el otro, a los que estamos convencidos de que el odio, la violencia y la discriminación no son el camino”. La Personería invitó a “construir desde las opiniones y actuaciones entornos culturales que garanticen la libre expresión y el pleno ejercicio de los derechos”, y la Fiscalía anunció que está adelantando investigaciones para decidir si se trató de un hecho que incita al odio y a la discriminación.

Más importante aún que lo anterior, varias personas LGBT izaron de nuevo la bandera del arcoíris en el cerro Nutibara. El orgullo, la resistencia y la insistencia siguen siendo las mejores herramientas para combatir los prejuicios.

El debate de fondo sigue siendo el mismo: ¿por qué alguien consideraría que homenajear las luchas LGBT va en contravía del respeto a Antioquia, sus símbolos y la identidad de sus ciudadanos? ¿Cuál es el irrespeto que produce simplemente ser lo que se es? ¿A quién afecta, lastima o daña que las personas LGBT tengan los mismos derechos, la misma presencia y representatividad en el día a día de una ciudad y un departamento?

Considerar que las personas LGBT deberían mantenerse ocultas no es una opinión aceptable en ninguna sociedad, por más que la quieran disfrazar y disimular. Tiene el mismo peso de la discriminación contra las personas afro y contra las mujeres; los mismos argumentos y la misma ignorancia.

La Alcaldía elevó la bandera para recordar tantas décadas de violencia, persecución, sufrimiento y espacios vedados para las personas LGBT. Nuestra sociedad apenas hace poco ha empezado a darse cuenta de su error histórico en el trato a estos colombianos. ¿Cómo podemos seguir avanzando en la inclusión para que todas las personas, incluso el hombre del video, entiendan que no hay una amenaza, solo una invitación al respeto? Para que entendamos que Antioquia, y Colombia, incluye a sus personas LGBT.

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