Publicidad

El duelo que nos sigue imponiendo el COVID-19

27 de enero de 2021 - 03:00 a. m.
La mejor manera de respetar a quienes se han ido es evitar que la crisis siga en aumento. / Foto: El Espectador
La mejor manera de respetar a quienes se han ido es evitar que la crisis siga en aumento. / Foto: El Espectador
Foto: Mauricio Alvarado Lozada

Colombia sigue en duelo. Ahora es oficial, dado que el presidente Iván Duque decretó tres días de duelo por las personas muertas a causa del COVID-19. Al cierre de esta edición, íbamos llegando a las 52.000 muertes. Ayer fue un día de consternación nacional, pues dos nombres reconocidos se sumaron a la lista: Carlos Holmes Trujillo, ministro de Defensa, y Julio Roberto Gómez Esguerra, presidente de la Central General de Trabajadores (CGT), fallecieron por culpa del nuevo coronavirus. Como ellos y sus familias, cientos de miles de colombianos se encuentran afligidos por esta pandemia descontrolada, una tragedia que crece y crece.

No les hemos rendido suficiente homenaje a todas las personas que perdimos por culpa del COVID-19. Tal vez se debe a que la emergencia no ha terminado y todavía las proyecciones indican que serán muchos más los colombianos que sufrirán esta cruel enfermedad. La segunda ola estuvo peor que la primera, en número de casos y de personas fallecidas. Las vacunas todavía no han empezado a ser aplicadas y ese proceso tardará meses. Los profesionales de la salud están desgastados, atacados por los horrores de la enfermedad así como por las dificultades de trabajar sin suficiente remuneración ni implementos de seguridad. Por años será nuestra responsabilidad seguir hablando de la salud mental de un país con tantas heridas abiertas. El trauma está teniendo secuelas.

Nos unimos a los lamentos por las víctimas. Como servidores públicos y referentes del debate nacional, las muertes de Carlos Holmes Trujillo y Julio Roberto Gómez Esguerra se han posicionado como un símbolo. Son un triste recordatorio de lo que enfrentamos, de las dificultades que tenemos para tratar las peores versiones del COVID-19. Nos unimos al duelo de sus familias y de todas las personas que han fallecido en lo que va de la pandemia.

Trujillo fue un servidor público de contrastes. De raíces liberales y con profundas convicciones democráticas, fue el primer alcalde de Cali que llegó a ese cargo mediante el voto popular. Después participó en la Asamblea Constituyente, fue ministro de Educación, comisionado de Paz, ministro del Interior, embajador, precandidato presidencial, canciller y ministro de Defensa. En El Espectador lo conocimos como un hombre respetuoso de las diferencias, gentil, elocuente y reflexivo. Intentó tender puentes, aunque esa voluntad se desdibujara en sus últimos años, cuando quiso posicionarse como candidato a la Presidencia de un partido de extremos. El país pierde a un interlocutor valioso para el intercambio de ideas.

Lo propio podemos afirmar de Gómez Esguerra. Durante décadas fue un líder sindical que estuvo en las principales discusiones sobre los derechos de los trabajadores en Colombia. En diciembre se le vio participar en las negociaciones por el salario mínimo. Tanto aliados como opositores coinciden en que buscaba los acuerdos, los diálogos respetuosos. Una persona convencida de que la diferencia no nos vuelve enemigos. Como debe ser.

Si nos queda algo de tanta tragedia es la necesidad de redoblar esfuerzos, individuales y colectivos. Estamos ante un virus letal. El distanciamiento social, el uso del tapabocas, el lavado de manos y la prudencia siguen siendo fundamentales. La mejor manera de respetar a quienes se han ido es evitar que la crisis siga en aumento.

¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a elespectadoropinion@gmail.com.

Nota del director. Necesitamos de lectores como usted para seguir haciendo un periodismo independiente y de calidad. Considere adquirir una suscripción digital y apostémosle al poder de la palabra.

 

Alberto(3788)27 de enero de 2021 - 10:36 p. m.
Y ni siquiera un minuto de duelo por cada líder asesinado, por los indígenas, desmovilizados y demás compatriotas.
Mar(60274)27 de enero de 2021 - 09:38 p. m.
Bien muerto esté Holmes Trujillo cuando quería fumigar con glifosato a los campesinos, porque realmente los fumigados son ellos.
Mar(60274)27 de enero de 2021 - 09:35 p. m.
Yo diría mejor que por la ambición vendemos nuestros principios y nos vamos corrompiendo hasta que lo peor nos parece normal, como le pasó a Holmes Trujillo cuando decidió alinearse del lado del genocida y ladrón Uribe Vélez.
Oscar(77941)27 de enero de 2021 - 08:55 p. m.
El asunto no es de tapabocas, alcohol, distanciamiento social. El asunto es de fondo. Cuál es el cuidado que tenemos por el planeta? Este mal se lo merece la humanidad. Yo no he visto este mal en otro ser de la creación que no sea hombre.
  • Mar(60274)27 de enero de 2021 - 09:49 p. m.
    Muy cierto. Matamos una hormiguita y lo hacemos como si fuera basura y nos creemos los reyes de la creación, que ignorancia tan berraca. Más merecida tenemos esta pandemia, la naturaleza poniéndonos en nuestro lugar y no nos hemos podido dar cuenta de eso y por allá creyendo que algo mágico nos va a salvar, teniendo un cerebro que mantenemos apagado, por creer en pendejadas.
Caliche(62305)27 de enero de 2021 - 08:37 p. m.
"El país pierde a un interlocutor valioso para el intercambio de ideas". ¿El país de quién? Paz en la tumba del político Holguín. No más. Sobra la lambonería bogotana.
Ver más comentarios
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar