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Los migrantes y la administración Biden

10 de abril de 2021 - 03:00 a. m.
La Casa Blanca no tiene una política clara sobre quienes llegan buscando refugio en Estados Unidos. / Foto: AFP
La Casa Blanca no tiene una política clara sobre quienes llegan buscando refugio en Estados Unidos. / Foto: AFP
Foto: AFP - Agencia AFP

La inusual llegada de migrantes centroamericanos a la frontera sur de Estados Unidos, en especial de menores no acompañados, le está creando problemas a la Casa Blanca. Según las autoridades de dicho país, en el último mes se rompió el récord de ingresos ilegales de los últimos 15 años. Esta situación ha sido aprovechada por los republicanos para cuestionar lo que señalan como improvisación en la política del presidente Joe Biden con respecto a un tema que tiene especial sensibilidad para los electores. El acertado manejo, o no, de este tema tendrá consecuencias en las elecciones parlamentarias del año entrante.

La avalancha de quienes solicitan asilo en el país del norte parte de la percepción equivocada de aquellos que, en El Salvador, Guatemala y Honduras, el denominado Triángulo Norte, sienten que tienen las puertas abiertas en Estados Unidos. Durante la campaña electoral Biden prometió acabar con las medidas restrictivas de su antecesor y, ahora, está sufriendo las consecuencias de sus promesas. Al comenzar su gobierno, en enero, ordenó la reunificación de los niños migrantes con sus familias, engavetó la construcción del muro fronterizo y ordenó revisar los programas cancelados por Trump. Esto condujo a que su secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, afirmara unos días atrás que “no estamos diciendo ‘no vengas’ (…) estamos diciendo ‘no vengas ahora’”. Las cifras demuestran que no le han hecho caso. De momento, el actual gobierno mantiene la política de emergencia del coronavirus del gobierno anterior, mediante la expulsión de casi todos los inmigrantes indocumentados que buscan entrar.

Según un estudio de El País, en el mes de marzo ingresaron cerca de 18.000 menores de edad, niños y adolescentes sin compañía. De acuerdo con estos datos, “en total llegaron a la frontera sur (…) 171.000 personas, según cifras provisionales. Cerca del 11 % son menores que han hecho el viaje sin acompañante (…) El año fiscal de 2021, que en EE. UU. va de octubre de 2020 a septiembre del actual, se encamina a romper todos los récords recientes. En seis meses han ingresado a Estados Unidos 47.729 menores no acompañados, una cifra que supera el total de arribos durante 2020 y rebasa la mitad de ingresos de niños y adolescentes solos para 2019 (80.634). En febrero llegaron 9.297 menores, un incremento de un 98 % comparado con octubre (4.690)”. De allí que senadores radicales, como Ted Cruz, hayan enfilado baterías contra la Casa Blanca frente a lo que, consideran, se les salió de las manos. Las cifras no ayudan al gobierno.

El presidente Joe Biden encargó a la vicepresidenta Kamala Harris el manejo de la situación de los migrantes y, además, nombró a un enviado especial para Centroamérica, Ricardo Zúñiga, quien visitó esta semana Guatemala y El Salvador. Los resultados no fueron los esperados. Aunque en Guatemala pudo reunirse con su presidente, no ocurrió lo mismo en El Salvador, dado que no fue recibido por el presidente Nayib Bukele, dentro de una escalada de desplantes entre los dos gobiernos. Tampoco visitó Honduras, pues su presidente, Juan Orlando Hernández, ha sido señalado por autoridades judiciales norteamericanas de haber cooperado con un cartel de las drogas. Esto complica las cosas para la estrategia que se deberá implementar.

Aunque aún es temprano para juzgar a la actual administración, la desbordada ola de migrantes plantea un reto muy grande para Biden. Para los electores republicanos la política restrictiva y de puerta cerrada que puso en práctica Donald Trump dio resultado. La disminución en las cifras de ingreso de migrantes fue uno de los “triunfos” del anterior gobierno. El actual deberá armonizar el cumplimiento de sus promesas de campaña con una estrategia de apoyo económico a los países de origen, para que allí mejoren las condiciones sociales que llevan a miles de personas a buscar un mejor futuro en Estados Unidos. No es una apuesta fácil de ganar.

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John(30701)10 de abril de 2021 - 10:08 p. m.
Si, los países desarrollados, llevarán progreso al hemisferio sur,en lugar de solo expoliarlo, seguro no habría esas migraciones al norte. Esto aplica para Polombia, si a los territorios periféricos se les lleva desarrollo, la gente no se desarraigo, permanece en su tierra
Atenas(06773)10 de abril de 2021 - 10:42 a. m.
Y la manzana de la discordia prevalece. Este talón de Aquiles ya le fue pillado a la administración Biden. Se ha roto una represa a la q' cada vez fluyen más las miasmas.
  • Luis(56775)10 de abril de 2021 - 06:19 p. m.
    Que asquerosito patan picado de erudito y docto. Tal como su comentario no pasa de ser un asqueroso y maloliente miasma (y si es una redundancia).
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