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Rescatemos el arte colombiano

26 de mayo de 2020 - 05:00 a. m.
Ahora que los artistas y las industrias creativas nos están pidiendo ayuda, el Gobierno debe extenderles la mano. / Foto: Mauricio Alvarado - El Espectador
Ahora que los artistas y las industrias creativas nos están pidiendo ayuda, el Gobierno debe extenderles la mano. / Foto: Mauricio Alvarado - El Espectador
Foto: Mauricio Alvarado Lozada

La reapertura de la economía y los cuidados que se están tomando tienen que ser conscientes de las áreas que, por sus características, se han visto más afectadas. Los artistas de Colombia y, en general, las industrias creativas de la llamada “economía naranja” están viviendo una crisis honda que es difícil enfrentar sin ayuda del Estado y sin una política pública ambiciosa que les extienda la mano a los creadores. El teatro, los cines, las librerías, los organizadores de conciertos y los pequeños emprendimientos artísticos se están asfixiando ante la falta de público y la imposibilidad de acceder a créditos. El Gobierno no debería olvidarlos.

Las cifras son contundentes. Hablando con El Espectador, el director del DANE, Juan Daniel Oviedo, dijo que en marzo hubo una reducción en el sector cultura del 11,6 %. “El siguiente trimestre será muy similar a lo que ocurrió el último mes. Va a ser un golpe muy duro. Se espera que haya una reactivación en la economía, pero sabemos que el sector naranja será una de las últimas en regresar a su normalidad, ya que requiere tanto contacto con el público”. En comparación con el resto de la economía, los creadores tuvieron un crecimiento negativo de más del doble.

Todos los síntomas apuntan a la crisis. Los colombianos tienen menos capacidad adquisitiva y muchos están preocupados con el día a día ante el crecimiento del desempleo, por lo que entre sus recortes se encuentra el gasto cultural. A esto se suma que, de por sí, hay sectores que venían con poco público, como el teatro, y a la falta de costumbre de consumir estos productos en el ámbito digital. Pedirles que se “reinventen”, como se ha sugerido, es imposible, muy costoso, poco práctico o simplemente insuficiente para garantizar la sostenibilidad del sector. Es suficiente con ver que el teatro tuvo caídas de ingresos del 95 % y, el cine, del 98 %, porque son espacios que están cerrados y que seguirán siendo focos de interés en la lucha contra la pandemia.

Las medidas que se han implementado no están sirviendo para evitar la quiebra. Por ejemplo, Nicolás Romero, de la empresa de producción de eventos Árbol Naranja, habló de una reducción del 90 % de sus ingresos y le dijo a El Espectador: “El Gobierno habla de salvavidas, pero ningún banco nos presta; ni Bancóldex, porque somos una empresa en riesgo. Estamos tratando de sacarle agua al barco con cucharas”. En redes se puede leer la frustración de artistas y emprendimientos creativos que se sienten abandonados en estos momentos.

Uno de los principales aciertos del presidente Iván Duque es considerar que la economía naranja puede estar en el centro del desarrollo de Colombia. Esa idea no podemos dejarla atrás en tiempos de crisis. Durante estos tiempos difíciles y todos los que vendrán, los colombianos necesitan el arte que los ayude a reflexionar, que los entretenga, que los contagie de la inspiración que caracteriza a los creadores de este país. Ahora que nos están pidiendo ayuda, el Gobierno debe extenderles la mano.

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