Encuestas y elecciones

Si diéramos toda la credibilidad a las encuestas, ya sabríamos quién va a ser elegido presidente el año entrante. Pero no hay que ser tan pesimista. Basta con hacer un repaso para mostrar que ellas muy pocas veces han acertado. En 1994, luego de la Constituyente del 91, cuando barrió el M-19, aseguraban que el presidente iba a ser Antonio Navarro. Apenas sacó el 3,79 % y no pasó a la segunda vuelta. Entonces daban por seguro que ganaba Pastrana. Ganó Samper.

En 1998, ¿quién no aseguraba que el triunfador sería Serpa, después de haber ganado en la primera vuelta contra Pastrana? En la segunda, ganó Pastrana. El reloj a la guerrilla le resultó Tirofijo.

En el 2002 las encuestas le daban menos del 5 % a Álvaro Uribe. Barrió y ganó en la primera vuelta con más de la mitad de la votación (54,35 %). En el 2006 no había duda de que ganaba Uribe, pero aseguraban que Serpa quedaba de segundo. Quedó de tercero. Le ganó Carlos Gaviria.

En el 2010 daban por fijo el triunfo de Mockus con su “ola verde” y le ganó Santos en la primera y en la segunda vueltas. En esta alcanzó el 70,76 %, frente al 29,44 % de Mockus.

En el 2014, todos aseguraban que ganaba Óscar Iván Zuluaga, máxime que había triunfado en la primera vuelta (30,28 %). En la segunda vuelta ganó Santos: 53 % frente a 47 % de Zuluaga.

En el 2018 daban por hecho que Iván Duque se iba a disputar la Presidencia con Germán Vargas Lleras, pero vino el cocotazo y quedó de cuarto, con el 7,3 %. Para la segunda vuelta, hasta los tibios daban por hecho que ganaba Petro, pero para desgracia del país ganó Duque con el 53,98 % contra el 43,87 %.

A un año de las elecciones, todo es incierto. De pronto hasta el Goyeneche del siglo XXI, el señor Ceballos, ex comisionado de Paz, resulta dando la guerra… como en su fracasada misión.