“Bendedetti”: el embajador vengativo
El vocablo vendetta se refiere, tal y como lo define la Real Academia, a una suerte de venganza originada a partir de controversias entre familias o clanes. Quienes tengan cierta afinación por el cine del siglo pasado saben de antemano que un eje temático fundamental en las películas de mafias italianas son las vendettas que surgen entre distintos bandos. De hecho, la palabra vendetta nace en Italia, en la isla de Sicilia para ser más exacto.
Por otro lado, la película de nuestros días puede tener varios nombres, y uno puede ser, por ejemplo, La política es un plato de spaghetti, otro La dolce venganza o quizás otra opción sería Los padrinos de las chuzadas. Pero no me quiero desgastar buscando más títulos de cartelera. Mejor me limito a mencionar a los protagonistas de esta cinta: un jefe presidente, una consigliere de gabinete y un embajador llamado Benedetti (que cosa más curiosa como cómica que este apellido sea italiano, ¿no lo creen?). En el desarrollo del filme ambos funcionarios fueron despedidos por el presidente debido a una investigación por espionaje.
A mi juicio, esta fue una sabia y filosófica decisión, pues el presidente aplicó una de las máximas pronunciadas por un gran pensador renacentista (también italiano, otra curiosidad): “El príncipe siempre tiene razón legítima para romper sus promesas”.
Sin embargo, con lo que no contaba el presidente es que el embajador, sintiéndose un tanto defraudado, escaldado y humillado, amenazó con un plan de vendetta para que quedaran saldadas las cuentas. Traducida a la colombiana, sería algo así como “si me caigo se caen todos conmigo”, o “si tú me tiras yo te tiro”, o “ha llegado la hora de encender el ventilador”, pero para efectos más prácticos podríamos tan solo decir: “Hacer un “Bendedetti”.
Sigue a El Espectador en WhatsAppAndrés C. Palacio, Barranquilla.
Tenemos que hablar de Madonna
En nada favorece mi salud mental escuchar al vulgar Benedetti vociferando sandeces. En cambio, recibí como una bocanada de aire fresco el video de Madonna bailando La rebelión, del Joe Arroyo. Un llamado a los medios a que rescaten no solo la tragedia nacional, sino aquello que es motivo de alegría.
Santiago Fuentes, Medellín.
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