Así se vota en una cárcel de Colombia

Durante la jornada de la segunda vuelta presidencial, El Espectador estuvo en la cárcel de mujeres de San Diego en Cartagena. Así se vive un proceso electoral por quienes están privados de la libertad.

Pedro Mendoza / Cartagena
18 de junio de 2018 - 01:43 a. m.
Una de la reclusas de la cárcel de mujeres de San Diego en Cartagena se dispone a votar.  / Pedro Mendoza / El Espectador
Una de la reclusas de la cárcel de mujeres de San Diego en Cartagena se dispone a votar. / Pedro Mendoza / El Espectador

Luz Geny Pérez esta sindicada en la cárcel de San Diego en Cartagena pero aún puede ejercer su derecho al voto. Con una gran sonrisa cuando se le pregunta que hará con su certificado electoral , dice: "votar y regresar para  mi celda, no puedo hacer más". En Colombia, según el censo electoral para las elecciones de presidente, había 16.779 detenidos aptos para sufragar en la segunda vuelta, de los cuales, 3.068 erann mujeres en las 166 mesas que la Registraduria dispuso en diferentes centros carcelarios.

Una sentencia de julio de 1994 garantizó el derecho a sufragar  a los internos que cumplieran con los requisitos de ley,  no estar condenados y dejó en manos de la Registraduría Nacional el aporte de los respectivos medios y procedimientos para tal fin.

La cárcel de San Diego está en el centro de Cartagena y tiene más de cincuenta años de ser un centro penitenciario. Historias que se pasan por sus paredes y muros en los cuales el calor del Caribe produce aún más la sensación de soledad. A la entrada, en una mesa y acompañados por las autoridades, están los seis jurados. Es la segunda vez que se ven ya que por disposiciones legales los jurados de estas elecciones presidenciales serian los mismos del 27 de mayo pasado.

Con los formularios colocados encima de la mesa marcada con el numero 1 se espera a las detenidas que votarán. En la esquina, el cubículo y al fondo la mesa de Justicia con un representante de la Procuraduría. Todo custodiado por miembros de la Policía Nacional.  Juan Carlos Urango, es profesor. "Hay mucha incertidumbre, uno ha sido jurado en otros puestos de votación y cuando le dicen la cárcel, afloran una serie de cuestionamientos: quiénes votan allá, cómo votan, quiénes son las personas, cosas que uno nunca ha vivido", sostiene Urango a El Espectador.

Y afirma que el listado es pequeño, y aunque están zonificadas, generalmente no vienen a votar. "En la vez pasada solo dos reclusas  sufragaron, más los votos de los jurados de la mesa", cuenta.

Quien siempre viene a votar es Beatriz del Rosario Martínez, quien estuvo unos años detenida en San Diego. Ya está en libertad, pero  decidió seguir sufragando donde en alguna vez lo hizo privada de la libertad.  Abogada y en uso de sus funciones ciudadanas, dice que vuelve  a la cárcel  porque es mucho mas fácil,: "No hay tanta gente, no hay aglomeraciones, entonces yo vengo, voto y me voy para mi casa". Sostiene esta mujer que no ve a sus compañeras hace más de 17 años, 12 de haber salido. 

La cárcel de San Diego esta ubicada en la calle de Campo Santo y todo parece indicar que desde mucho antes en la época de la colonia ya era un sitio para expiar culpas. Fue un convento, un edificio administrativo y ahora alberga  a 117 reclusas de las cuales hay dos mexicanas, dos venezoanas y una ciudadana estadunidense.

Para la directora de esta penal, Judith del Carmen Figueroa, realizar el proceso electoral no es tan complicado. "Son niñas muy disciplinadas, se manejan con mucha responsabilidad y respetan los procesos como el del día de hoy. Ellas están ilustradas a través del proceso de la resocialización que se realiza", sostiene, refiriéndose también al cambio de sede urgente que requiere el centro carcelario.

Una nueva reclusa se acerca a la mesa, entrega su cédula y se dirige al cubículo, el tiempo pasa muy despacio.  A media cuadra de la cárcel hay un centro de votación en una  Cartagena con 750.215 ciudadanos habilitados para votar en 1.952 mesas. En esta cifra están las dos cárceles de Cartagena. "Tenemos dos puestos de votación, en San Sebastián de Ternera y el otro en San Diego, eso le da la oportunidad a quienes no han sido condenados el derecho al voto y garantizarles que hagan parte del certamen democrático en tranquilidad", dice la alcaldesa encargada de la ciudad, Yolanda Wong.

La mañana se esta terminando en esta jornada electoral. Luz Geny toma de nuevo su registro electoral y dice: "Me pareció chévere  que sin poder salir  pueda votar, aunque muchas me dicen que no vote, pero para mi es muy especial, Con el favor de Dios pronto salgo de aquí".
 

Por Pedro Mendoza / Cartagena

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