Publicidad

'Colombia pide actos de paz'

En el discurso de posesión para su segundo mandato dijo que las acciones de la guerrilla ponen en riesgo el proceso. Paz, equidad y educación, los pilares de su nuevo gobierno.

Redacción Política
08 de agosto de 2014 - 02:00 a. m.
“El trabajo no es solo de este presidente, el trabajo es de todos”: Santos.  / AFP
“El trabajo no es solo de este presidente, el trabajo es de todos”: Santos. / AFP
Foto: AFP - LUIS ACOSTA

Paz, equidad y educación serán los tres pilares del segundo mandato del presidente Juan Manuel Santos, según lo dio a conocer  en su discurso de posesión ante el Congreso de la República. Un discurso en el que además hizo un llamado a la unidad, planteó un nuevo pacto social que tome lo mejor de la izquierda y la derecha para construir —en una tercera vía— una nueva Colombia, instó a las Fuerzas Armadas a no bajar la guardia y seguir dando resultados hasta convertirse en los guardianes de la paz y les hizo una dura advertencia a las Farc por los ataques de las últimas semanas contra la infraestructura petrolera, energética y de servicios públicos, y otras acciones que han dejado muertos en la población civil.

“Los hechos de violencia de las últimas semanas son una contradicción inaceptable y ponen en riesgo el proceso. ¿Quién entiende que en La Habana estemos acordando la construcción de acueductos veredales mientras en Colombia las Farc destruyen esos mismos acueductos, como ocurrió en Granada, o afectan gravemente sus fuentes de agua, como ocurrió en el Putumayo? Nadie. Y mucho menos se entiende que sigan causando víctimas civiles, incluyendo niños, como ocurrió en Miranda. La paciencia de los colombianos y de la comunidad internacional no es infinita. Señores de las Farc, están advertidos”, manifestó el primer mandatario.

Para el presidente Santos, es claro que después de casi dos años de conversaciones, lo que Colombia pide hoy son actos de paz que le hagan creer en el proceso. “La guerra sigue mientras no se llegue a un acuerdo, eso lo sabemos, pero saquen a los niños, saquen a las mujeres, saquen a los civiles de sus acciones violentas. No dinamiten las vías de los campesinos. No más pueblos sin luz o sin agua. No más petróleo contaminando nuestros ríos (...) y debo ser claro: Colombia seguirá avanzando en una agenda de justicia social y de construcción de paz; seguirá avanzando en el desarrollo rural, en el fortalecimiento de la democracia, en la lucha contra el narcotráfico, en la reparación de las víctimas, con o sin las Farc”, agregó.

Aun así, el jefe de Estado reiteró que empleará todas sus energías en cumplir con el mandato de la paz que le entregaron los colombianos al apoyar su reelección en las urnas y aseguró que el proceso de paz que se adelanta en La Habana ya entró en su fase final, que será la más difícil y exigente. Fue entonces cuando llegó su mensaje a las víctimas, un tema candente por estos días: “¿Qué familia no tiene un padre o una madre, un hermano o una hermana, un primo o un amigo que haya sido víctima del conflicto? Con la Ley de Víctimas dimos un paso muy importante. Pero el paso crucial es poner fin al conflicto para garantizar que no haya más víctimas y que sus derechos puedan ser satisfechos de la mejor manera”, dijo.

Y en un nuevo mensaje a la guerrilla —incluyendo a la del Eln, con la que espera se abra pronto una nueva mesa de diálogos— enfatizó que se tiene que mostrar disposición real de contar la verdad; de esclarecer qué pasó y por qué; de participar en procesos de reparación, y de encontrar una fórmula de justicia que sea aceptable para las víctimas y para el pueblo colombiano. De paso, con una frase que puede tomarse como una indirecta al proceso de desmovilización de los grupos paramilitares en el gobierno de Álvaro Uribe, hoy senador y su más enconado opositor, quien no se hizo presente en la posesión, señaló: “A diferencia de lo ocurrido en el pasado, en este proceso tiene que haber reparación y se debe esclarecer lo sucedido”.

Santos reconoció también que la justicia que resulte de las negociaciones con las Farc no será perfecta, pero tendrá que ser una justicia honesta. Es decir, una justicia que —según explicó— asegure un máximo de satisfacción de las víctimas; que dé garantías de no repetición y que no pierda de vista a tantos colombianos que sufrieron el conflicto en veredas y pueblos y no se desplazaron. Asimismo, insistió en que las guerrillas tendrán que comenzar —sin rodeos— su proceso de dejación de armas y reincorporación a la vida civil, en el que el Gobierno tendrá que poner en marcha todos los mecanismos de acompañamiento y verificación que se acuerden, incluyendo la verificación internacional. Un proceso que incluye además garantías de seguridad para todos: desmovilizados y comunidades.

Una paz que —señaló el presidente— debe llevar a un país con más equidad y más educación, los temas en los que se centró el resto de su discurso. Dijo, por ejemplo, que el objetivo es seguir avanzando en la erradicación de la pobreza extrema, en lograr una mejor salud para todos los colombianos, en sacar el campo del abandono y en seguir bajando el desempleo. Reiteró que la meta es ser el país más educado de América Latina en 2025 y también habló de seguir trabajando para mantener las mejores y más respetuosas relaciones con todos los países del mundo, “siempre protegiendo nuestros intereses y nuestra soberanía”. Y concluyó: “A Colombia en paz, con equidad y educada, no la frena nadie”.

Por Redacción Política

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar