La falta de una regulación clara, y al ser un tema que no despliega los mismos titulares que el narcotráfico o explotación ilegal de oro, derivó en que tan solo en 12 meses se extrajeran ilegalmente 251 toneladas de arenas negras con coltán. Y se hizo con anuencia de grupos criminales que tienen un sistema de cobro de “vacunas” que, así como pasa con la cocaína, les dejan millonarias ganancias.
De acuerdo con la investigación que realizó El Espectador y que se publicó este fin de semana, el ELN y las disidencias de Iván Mordisco y de Iván Márquez son las que controlan ese tráfico. Diversas fuentes, judiciales y en terreno, le confirmaron a este diario que el impuesto ilegal que cobran es del 10 por ciento del valor comercial de cada kilogramo que se mueve desde Guanía, Guaviare y Vichada.
En el mercado ilícito del coltán se tasó en $98.000 por kilogramo, lo que se traduce en que una tonelada del llamado “oro azul” se cotizó en $98 millones. Así las cosas, teniendo en cuenta que hay un subregistro del tráfico que no logra ser interceptado, las 251 toneladas detectadas en el último año costaron unos $24.598 millones, lo que les dejó a los criminales ganancias por más de $2.460 millones.
Quienes se lucran de esa “vacuna”, y están los tres departamentos en los que se detectaron zonas para extraer coltán, son el frente eleno José Daniel Pérez Carrero, liderado por alias Copete; la Segunda Marquetalia de Iván Márquez, al mando de “Jhon 40″; y los frentes Acacio Medina y Armando Ríos, de las disidencias de Iván Mordisco. En este territorio esas bandas criminales también se enfrentan y se benefician del tráfico de otro tipo de elementos, como el oro y la cocaína.
Vea aquí la investigación completa: La “vacuna” del 10 % que cobran los ilegales para traficar con coltán en Colombia
Incluso, solo Guainía, en un área de 300 kilómetros cuadrados, investigadores han encontrado que hay potencial hipotético para mineralizaciones de coltán de 54 millones de toneladas. Sin embargo, la explotación de este “oro azul”, que se utiliza en la industria digital, es ilegal.
En el país no se han emitido, hasta el momento, títulos mineros que permitan este tipo de extracción y el marco normativo para hacerlo es ambiguo. Esto no detiene, por supuesto, las dinámicas ilegales que surgen alrededor de este material. En el corazón de la Orinoquía, el coltán se extrae del fondo de los ríos con dragas o se raspa de los barrancos con picas, palas y motobombas y los grupos ilegales cobran un impuesto ilegal por permitir su movimiento.
Por eso, aunque son escazas, sobre la explotación ilegal hay sentencias condenatorias, como la que emitió en 2018 el juzgado promiscuo de Puerto Carreño contra Juan José Rivera. Este “zar del coltán” fue capturado en la capital del Vichada en 2014. Las autoridades también encontraron una bodega donde tenía 375 kilos de este material, al igual que de otros como uranio y tungsteno.
En ese momento, el entonces director del CTI, Julián Quintana, afirmó: “En su captura se incautó un material muy importante que iba a ser comercializado fuera de Colombia con destino a los Estados Unidos. También tenemos información contundente dentro de la investigación de una relación directa con la guerrilla de las Farc y el ELN”. De acuerdo con Quintana, Rivera “dominaba toda la operación ilegal de explotación ilícita de minerales”, le pagaba una vacuna a estas guerrillas para mover su carga e incluso había sobornado autoridades locales.
Consulte aquí la segunda entrega del especial: La explotación ilegal de coltán es una conducta por la que hay pocas condenas
Hace siete años, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se pronunció sobre un tema del que poco han hablado sus homólogos colombianos. Anunció que las actividades de exploración y explotación del coltán, ese conjunto de minerales que se utilizan para la elaboración de pantallas táctiles y otras tecnologías, serían exclusivas del Estado.
Su entonces ministro de Desarrollo Minero y Ecológico, Roberto Mirabal, afirmó que el decreto presidencial pretendía poner a este “oro azul” en las mismas condiciones del oro, “para poder emprender los nuevos modelos productivos a favor del crecimiento económico nacional”.
La intención de Maduro no se ha cumplido a cabalidad, ya que, aunque se limitó la concesión de derechos de explotación a entidades privadas, los grupos ilegales en la Orinoquía venezolana sí han logrado hacerse con niobio y tantalita, los minerales que conforman el llamado coltán. Según le confirmaron fuentes a este diario, parte del coltán que sale ilegalmente de Colombia hacia países como China, Malasia y Australia viene del país vecino.
Esta es la tercera entrega del especial: La falta de regulación ha permitido que en un año se trafiquen 251 toneladas de coltán
De acuerdo con la Dirección General de Carabineros y Protección Ambiental (Dicar), integrantes del ELN estarían extrayendo coltán de la región del Arco Minero de Orinoco, en Venezuela, para luego transportarlo por vía terrestre hacia Colombia a través de rutas no oficiales en Norte de Santander. Más aún, desde la entidad se plantea la posibilidad de que haya colaboración por parte de la Guardia Venezolana en estas actividades.
Varias dinámicas que funcionan alrededor de esta minería ilegal, responden, parcialmente, a la ausencia de información clara sobre el estado de legalidad del coltán. En Colombia solo hay títulos para minerales asociados al coltán, como circonio y tungsteno. En Guainía, por ejemplo, no se han adelantado licencias ambientales para explotación de coltán. Los mineros del departamento, que tiene 72.200 kilómetros cuadrados, practican el barequeo y tienen más de 30 permisos para la extracción de oro, plata y platino. El “oro azul” se extrae de manera ilegal a través de la modalidad de aluvión o de raspado de barrancos.
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