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Uno de los más veteranos dirigentes del Partido Conservador será el encargado de lo que los militantes azules han llamado como una necesaria renovación de la colectividad. Hoy, el Directorio Nacional del Partido Conservador erigirá a Omar Yepes como su nuevo presidente. Se trata de uno de los más emblemáticos miembros de la colectividad. Tiene 81 años, de los cuales pasó más de 35 en el Congreso de la República: primero como representante a la Cámara y después como senador. Esta sería la tercera vez que Yepes asume las riendas del partido para defender sus intereses.
La elección de Yepes se dará en horas de la mañana y aunque algunos pujaban por promover la candidatura del exrepresentante Wilson Ruiz, el veterano dirigente cafetero consiguió el respaldo del sector mayoritario de los azules. Principalmente, contó con la bendición del expresidente Andrés Pastrana y de la actual vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, lo que deshizo las esperanzas de Ruiz de dirigir la colectividad.
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La elección del nuevo presidente conservador es el regreso del partido a fuentes del uribismo, pues durante los últimos años la colectividad había estado dirigida por miembros afines al santismo. Durante dos años la "tolda azul" estuvo en cabeza del exsenador Hernán Andrade, uno de los principales alfiles de la llamada Unidad Nacional, que defendió en el Congreso el proyecto político del expresidente Juan Manuel Santos. Incluso, fue tan marcado el dominio del santismo en el partido que la propia vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, partió cobijas en su momento y entregó su credencial conservadora para salir a recoger las firmas que avalaran su candidatura a la Presidencia.
Lo hizo en medio de agrias controversias públicas con la dirigencia de la colectividad. Sin embargo, con las elecciones presidenciales de 2018 las fricciones se fueron limando. El Partido Conservador respaldó la candidatura de Iván Duque y Marta Lucía Ramírez y fue el primer partido en declararse de Gobierno, en los términos que lo exige el Estatuto de Oposición. Pero a ese nuevo rumbo solo le faltaba una cosa: el cambio de presidente en la colectividad.
“Hace unas semanas se rumoró de un ‘golpe de Estado’ al presidente Hernán Andrade, quien llevaba dos años dirigiendo el partido, pero quería seguir de largo. Andrade se la pilló y buscó frenar la cosa”, detalló un miembro del directorio nacional. Un congresista azul, por otra parte, relató que la intención del exsenador Andrade de permanecer en la presidencia de la colectividad condujo a que un grupo de miembros del directorio nacional empezaran a recoger firmas para una carta que le pedía la renuncia.
“Cuando Andrade se dio cuenta de que no contaba con las mayorías que había creído tener decidió renunciar a la presidencia con la carta que todos conocimos. Ahí el sector del senador Efraín Cepeda y Samy Merheg trataron de impulsar la candidatura de Ruiz, pero ya las mayorías estaban con el doctor Yepes”, narró otro congresista. Al respecto, varios parlamentarios negaron la existencia de la división. El propio senador Cepeda sostuvo: “No hay división de santistas o duquistas, porque todos estamos apoyando al presidente Duque y la elección del doctor Yepes va a ser por unanimidad”.
Otra voz conservadora afirmó que “en el conservatismo nadie sale por la puerta de atrás y quienes hayan prestado algún servicio a la colectividad deben ser reconocidos”. “Estuvo caliente hace unos días, pero ya hay consenso. Está todo el mundo de acuerdo con la elección de un nuevo presidente. Algunos nos sentimos dolidos por la manera como salió el exsenador Andrade, porque prestó un gran servicio, pero llegará un hombre que nos llevará a buen destino en las elecciones regionales. La misión es lograr una consolidación regional en octubre. Hoy se respira un ambiente de unidad, el sector del expresidente Andrés Pastrana y la vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, ha ganado el pulso y las mayorías”, añadió otro parlamentario.
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Sin embargo, de dientes para adentro se dice que Yepes recibe un partido “dividido, destartalado y sin banderas claras” y que la misión del veterano político será cerrar las heridas que dejó el proceso de paz, pero, sobre todo, recuperar el fervor popular en el partido más antiguo del país.