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La Coalición Centro Esperanza ha estado marcada por las tensiones y los tires y aflojes desde los primeros meses de su existencia. Sin embargo, en el último mes se vivía una calma que hacía pensar que la convergencia del centro se iba a enfocar simplemente en la campaña hasta el 13 de marzo, pero las disputas y molestias volvieron a su seno en la última semana.
La molestia comenzó tras el anuncio de que a la Coalición llegaban como precandidatos Ingrid Betancourt y el exministro de Medio Ambiente Luis Gilberto Murillo. Con estos nuevos fichajes, la cantidad de opciones para la consulta de marzo de 2013 se ampliaba hasta a ocho presidenciables.
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Algunos sectores de la coalición veían esta posibilidad como propia del espíritu democrático de la convergencia, que llevaba a que los colombianos escogieran entre los múltiples matices del centro. Por otro lado, otra facción de Centro Esperanza comentó que eran muchos precandidatos y que de alguna forma debería “ponerse un orden” a tanto precandidato.
Las molestias y las reservas por la cantidad de candidatos llevaron a que Murillo tan solo durara dos días en la Coalición. Este renunció molesto, puesto que desde hace meses se había hablado de su llegada y hasta fue aprobada por consenso por los miembros de Centro Esperanza. Algunos miembros de la convergencia (Fajardo, Gaviria, De la Calle, Robledo) lamentaron la salida, mientras que desde el Nuevo Liberalismo se ahondó en la propuesta de reducir el número de precandidatos.
En la tarde del viernes, Juan Manuel Galán propuso que solo lleguen a las consultas de marzo tres precandidatos del centro. Según el líder del Nuevo Liberalismo, dicha era la solución para dar un “sacudón” y generar emoción ante una coalición que no ha tenido tanto impacto mediático.
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Para Galán, tener tantas opciones “no es responsable con los electores colombianos que miran este proyecto con interés y que lo quieren respaldar”. Por eso la intención sería que solo queden los tres precandidatos con más opciones. “Esté yo entre esos tres precandidatos o no esté, seguiré en la CCE apoyando este proceso político de un gobierno de coalición y como lo he hecho desde el principio ratificó aquí mi compromiso de respaldar al triunfador de la consulta presidencial”, dijo Galán.
La propuesta no cayó bien al interior de la Coalición, e incluso sirvió para que contrarios a Galán, como Rodrigo Lara, afirmaran que a este no le gusta competir. Consultados por este periodíco expresaron que no entienden la posición de Galán puesto que desde hace varios meses se venía hablando de la llegada de Betancourt y Murillo, por lo que no pudo tomar por sorpresa a ninguno de los precandidatos. Además, señalaron que la propuesta de Galán sorprendió aún más cuando fue por consenso que se avaló la entrada de ambos precandidatos.
El senador Jorge Enrique Robledo, que en el pasado expresó molestias con los hermanos Galán, habló a nombre propio para señalar que Juan Manuel Galán tiene derecho a hacer las propuestas que considere y que estas deben ser tramitadas “en el ambiente más cordial y unitario”. Sin embargo, recalcó que hasta el momento no se ha pensado en un mecanismo para acortar la lista y que no hay nada negativo en que lleguen ocho a las consultas de marzo.
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Otros miembros de Centro Esperanza fueron cuestionados por el asunto pero prefirieron guardar silencio mientras no se tramite la controversia al interior de la coalición. Precisamente este domingo se llevará a cabo una reunión en las horas de la tarde-noche en la que se tratará este tema y otros asuntos relacionados. Este encuentro es esencial para solucionar las tensiones causadas por la propuesta de Galán, la salida de Murillo y otras molestias ocurridas en los últimos días tras varias decisiones tomadas. Incluso, este encuentro podría definir el futuro de la candidatura legislativa de Humberto de la Calle.
Una Coalición marcada por la controversia
Desde el principio, la Coalición Centro Esperanza ha dado señas de inestabilidad interna. En un primer momento, a esta llegó la exrepresentante Ángela María Robledo y varios miembros de la Alianza Verde. Sin embargo, Robledo se bajó al mismo tiempo que la Alianza verde, que puso en suspensión su participación por los debates internos entre los bandos que apoyaban al Pacto Histórico y los que iban con el centro.
Tiempo después, hubo un choque entre los miembros de la Coalición por Alejandro Gaviria. En un primer momento a este se le cerró la puerta por el apoyo que tenía del expresidente César Gaviria y el Partido Liberal. Ante el no inicial, Carlos Amaya marcó distancia por un tiempo.
Sin embargo, la disputa se solucionó en el llamado cónclave del centro, en el que no solo se limaron asperezas, sino que se anunció la llegada de Alejandro Gaviria a la Coalición. Además, con este nuevo fichaje se cambió el nombre de la convergencia de centro: se pasó de Coalición de la Esperanza a Coalición Centro Esperanza.
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Los últimos choques vinieron en la definición de las listas. La disputa al interior de la Alianza Verde impidió que este partido participara oficialmente de la coalición para las presidenciales. Sin embargo, para las elecciones a Senado se alcanzó un acuerdo para que el partido alternativo fuera con la Coalición en una sola lista. Sin embargo, y ante las tensiones previas, la confección de la lista estuvo marcada por controversias hasta por el nombre con el que irían y solo se definió el orden y los nombres hasta última hora.
A pesar de todos estos estos desencuentros, los miembros de la Coalición han destacado que la mayoría de diferencias se han podido solucionar de manera cordial a través del diálogo y las discusiones internas. Incluso han contrastado sus métodos frente a lo que ocurre en otras alianzas.