Claudia López, la primera mujer en ganar la alcaldía de Bogotá, con la mayor votación en la historia de la capital, hoy no tiene heredero en su partido Alianza Verde y, como están las cosas, no lo tendrá. A cinco meses de los comicios, los únicos que han anunciado su intención de enarbolar las banderas del movimiento en la carrera por la Alcaldía de Bogotá son los actuales concejales Lucía Bastidas, Luis Carlos Leal, María Fernanda Rojas y Martín Rivera, de los cuales ninguno cuenta con la confianza de los líderes del movimiento y menos de la alcaldesa, para continuar con su obra.
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Y esto parece ratificarlo el mecanismo para elegir candidato único, que anunció la Comisión Nacional de Avales del partido: una encuesta de intención de voto. Hasta ahí, todo normal. Pero al conocer que quien se inscriba no podrá aspirar al Concejo; que deben obtener mínimo 15% en intención, y que la encuesta contempla incluir aspirantes de otros movimientos, todo cambia. Algunos, como la precandidata Rojas, interpreta que es casi como “obligarlos a ganar el tour de Francia en triciclo”.
La encuesta mezclará a los precandidatos verdes con líderes y lideresas “más reconocidas de los partidos y grupos significativos de ciudadanos (recolección de firmas)”. Si alguno obtiene intención de voto superior al 15 % será proclamado candidato de la Alianza. De lo contrario, “se optará por alguna de las siguientes opciones: iniciar conversaciones con precandidatos externos o dejar en libertad, con criterios y condiciones establecidas, a los integrantes del partido”, dice la resolución.
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Esa senda la trazó el Comité de Avales, que cuenta con miembros que públicamente han reconocido no ver candidato fuerte en sus filas para disputar la Alcaldía de Bogotá. Eso, dicen al interior del partido, explica por qué eligieron una encuesta multipartido y aptaron por exigir una intención de voto casi imbatible en esta etapa (Katherine Miranda propuso el 20%, Ariel Ávila el 10% y terminó en 15%). Todo para simular un proceso democrático que, a la larga, busca primero descartar los candidatos propios y luego habilitar a las directivas para poder apoyar con libertad cualquier candidatura fuera del partido. Incluso, recalcan, que algunos ya estarían adelantando acercamientos: Miranda con Carlos Fernando Galán; Angélica Lozano, con Juan Daniel Oviedo, y algunos concejales con Rodrigo Lara.
Opiniones divididas
Tan atomizado como el movimiento de la alcaldesa López, son las opiniones en el Concejo de Bogotá frente al mecanismo. Parte de la bancada, que se supone de gobierno, aplaude la medida. Otros, entre ellos los precandidatos, cuestionan las intenciones detrás del “novedoso” mecanismo, pues vale recordar que Alianza Verde nunca había acudido a una encuesta en la que incluyeran candidatos de otros partidos. Hace ocho años se hizo encuesta entre Carlos Vicente de Roux y Antonio Sanguino. Hace cuatro, entre Claudia López y Antonio Navarro. No obstante, la realidad actual del movimiento es otra. Hay varias tendencias y eso hace difícil el consenso para encontrar candidato propio.
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“La encuesta que nos impusieron apunta a que el Verde no tenga candidato propio, para luego dejar en libertad o buscar una candidatura externa. Ante esto, que me parece una afrenta para quienes aspiramos, voy a responder con seriedad. Así me estén poniendo la meta de ganar el Tour de Francia en triciclo, voy a seguir, porque esta campaña me la he tomado con seriedad”, dice María Fernanda Rojas, concejal y precandidata, quien cree que se saltaron un paso: elegir internamente, para luego someter el nombre a consideración con candidatos de otros partidos.
Considera que exigir 15 % de intención de voto se hace cuando internamente hay una candidatura definida, con el apoyo de los precandidatos vencidos, de la estructura política local (12 concejales y 53 ediles), el de la bancada en el Congreso y el sello del movimiento. “Cuando uno tiene eso, puede salir a competir con otros, por porcentajes más altos. Eso lo hace un partido con vocación de gobierno y que es gobierno. A eso no debería renunciar”.
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Por su parte, Martin Rivera Alzate, si bien dice sentir tranquilidad por tener reglas claras, califica el mecanismo como una decisión ridícula. “No hay candidato o candidata, de ningún partido, que hoy tenga 15% de intención de voto. Además, el no decir qué otros candidatos incluirán, abre la puerta para amañar el listado, según quienes nos inscribamos. Esto crea dudas y molestia entre quienes postulamos nuestros nombres. Es una lástima como el partido sigue cavando su propio foso”, opina Rivera, quien dice que se tomará unos días para decidir si continúa en carrera o no.
Para Lucía Bastidas, el asunto es raro. “Es una forma de sacarnos como aspirantes. Primero, el partido está haciendo una trampa: ¿por qué medirnos con otros candidatos? Acepto las reglas de juego, si vamos a tener una encuesta entre los cuatro, que defina el candidato del Partido Verde, pero ¿por qué con otros partidos? No le pueden cercenar la posibilidad de ser elegido a ninguno. Deberían ser sinceros, porque eso es una ridiculez”.
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El otro precandidato, Luis Carlos Leal, es claro en señalar que la encuesta es el reflejo del poco interés del partido por tener una candidatura única. “Nos ponen a competir con todos los candidatos; con personas más mediáticas, que han hecho campaña y su visibilidad ha sido nacional. Además, no creo que ninguno logre ese 15%. Esta es una forma de ratificar que se buscan alianzas en otro lado, de crear unos pactos que, seguro, ya se firmaron con otras candidaturas en esta contienda”.
El concejal Edward Arias tiene una visión más optimista del asunto. “Hay varios mecanismos para una elección de candidato, pero hoy lo que se observa es que son muchos candidatos y considero que el anuncio de esta encuesta es una manera de llamarlos para que se unan alrededor de una única candidatura entre ellos. Si alguno supera el 15 % de intención de voto que se propone, será el único candidato del partido y eso nos da una opción por tener un candidato sólido”.
No obstante, para el concejal Diego Cancino el mecanismo preocupa. “Una senadora dijo que teníamos cinco candidatos para la encuesta ¿Cuál es el quinto? Lo que creo es que este mecanismo es un traje fabricado a la medida, parece una encerrona para descalificar unos aspirantes y fortalecer otros. ¿Qué hay detrás? ¿Quieren un candidato Verde?, o ¿buscan dilatar, para no tener uno y sumarse a un sector de centro-derecha?”.
El concejal Julián Sastoque, lo único que ve es ganancia para el partido. Si bien dice lamentar que, por el mecanismo y los actuales precandidatos, su partido pueda quedar sin candidato, cree que la encuesta es un mecanismo sensato, que busca aterrizar las posibilidades. “Se debe ser realista en lo político: ningún precandidato tiene opciones reales de disputar una alcaldía, entendiendo que no tiene fuerza electoral. Es previsible que ninguno supere ese 15 % frente a otros candidatos, con ventaja en competencia electoral, que han participado y que son figuras con alto reconocimiento público. Además, con los nombres que hay hoy, que son oposición absoluta al gobierno de turno, resulta bastante incoherente e ilógico”.
Libardo Asprilla, concejal del movimiento, también celebra el mecanismo y, desde su óptica, que le esté apostando a la inclusión y a la garantía de derechos, para que los aspirantes compitan en igualdad de condiciones. “A través del mecanismo se está dando un mensaje contundente a la ciudad: Se acabaron las elecciones a dedo o por favoritismos políticos. Aquí se deben fortalecer las causas y no las casas políticas. Además, el hecho de que quienes se inscriban como precandidatos(as), no puedan aspirar al Concejo de Bogotá, también es bueno. Muchos querían inflar su marca o hacerse más visibles ante la opinión pública y así ir ganando terreno para las elecciones al Concejo”.
La interpretación del concejal Diego Laserna es que el mensaje que pretende dejar la encuesta es que se tiene un candidato fuerte o no se tiene candidato propio. “Dadas las circunstancias, parece que es la segunda opción. Lo que sí preocupa es que se podrá apoyar a un candidato de otra colectividad por decisión del partido. No es un secreto las diferencias que hay al interior del Partido Verde. Si no vamos a tener candidato propio, de ninguna manera nos deberían obligar a apoyar el candidato de otro partido”.
Ante este panorama, donde no se ve un heredero o heredera para defender el legado de la actual alcaldesa Claudia López, fácilmente se podría decir que Alianza Verde, sin arrancar la batalla, renunció a pelear por el protagonismo de volver gobernar y decidió ser actor de reparto en la contienda, para apoyar a un candidato de otra colectividad. Internamente, se asegura que la encuesta, como la definieron, está más diseñada para seleccionar de una vez a quién “de los otros” apoyar, que para elegir un talento local. ¿Cómo jugará todo esto en la futura candidatura presidencial de la mandataria distrital?
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