El encuentro de los expresidentes César Gaviria y Álvaro Uribe Vélez en Llanogrande (Antioquia) reactivó el proceso para la conformación de una coalición de centroderecha con miras a una consulta en marzo del 2026. La reunión en la casa del líder natural del Centro Democrático define la hoja de ruta de la oposición para hacer frente a las intenciones del presidente Gustavo Petro por extender su programa de gobierno –a través de uno de sus alfiles–, en la Casa de Nariño, proceso en el cual partirá con una base de 2,7 millones de votos que movió en la consulta del pasado 26 de octubre.
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La cita se prolongó por más de tres horas y tuvo como eje principal trazar las rutas a ser transitadas para derrotar al petrismo en las urnas. Aunque la intención de un acuerdo multipartidista ya había sido abordada con anterioridad, junto con otros sectores tradicionales, esta sufrió algunos quiebres políticos, especialmente en el Congreso, que llevaron a enfriar las intenciones de un camino electoral conjunto, e incluso, a debilitar los lazos que se tendieron por varios meses.
No obstante, los puntos comunes como una oposición a la reforma a la salud que transita en la Comisión Séptima del Senado, o sus numerosas críticas frente a la política de paz total del gobierno Petro, fueron los que mantuvieron esa intención de unir fuerzas y que derivó en esta reunión que será el génesis de la “Gran Coalición por el Futuro de Colombia”.
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Y fue precisamente el apartado social que, bajo el concepto de Uribe, motivó la cita para unificar caminos y marcar la línea que se seguirá a partir de la fecha en la campaña electoral. De acuerdo con el líder natural del Centro Democrático, “Colombia está en un enorme riesgo de lo más parecido al comunismo con este monopolio estatal, además, apoyado por armas de grupos al margen de la ley y con 300.000 hectáreas de coca”. Por ello, los dos caciques políticos acordaron unificar líneas y convocar las mayores fuerzas políticas posibles – siempre distantes de la administración Petro – y con la que se escogería un único candidato presidencial de una baraja que hoy supera los 20 nombres.
Previo a la cita del 31 de octubre, los dos exmandatarios intercambiaron mensajes e incluso se reunieron de forma virtual. En simultáneo, las bancadas legislativas fortalecían los lazos con movimientos contra iniciativas oficialistas como la ya mencionada transformación al sistema de salud o la intención del gobierno Petro por posicionar a María Balanta como nueva magistrada en la Corte Constitucional por encima de Carlos Camargo. Esa movida, señalaban desde la oposición, se traduciría en mayorías de la Casa de Nariño en el alto tribunal.
Culminado el encuentro, la invitación se extendió a varios nombres. Uribe puso sobre la mesa a figuras como Abelardo de la Espriella, Enrique Peñalosa, Vicky Dávila, Juan Daniel Oviedo o Mauricio Cárdenas, quienes transitan el proceso electoral a través de la recolección de firmas. Asimismo, en la ecuación también entraron Juan Manuel Galán o Sergio Fajardo, quienes hacen lo propio con sus respectivas fuerzas políticas, y quienes de hecho ya tienen una alianza con miras al Congreso.
La pieza que parece completar este rompecabezas político es Germán Vargas Lleras, otro barón electoral con conexiones en sectores empresariales y una bancada propia, la de Cambio Radical, que sostiene desde hace varios años con el apoyo del clan Char de Barranquilla y otras estructuras regionales. Según Uribe, el pasado sábado habló con él y este viernes se repitió una conversación con Gaviria a bordo, de la que quedaron las buenas sensaciones para armar equipo.
Las bancadas del Centro Democrático y Cambio Radical han trabajado por su cuenta en la unidad e incluso intentaron llevar a cabo una “gran cumbre de oposición” con tintes de foro académico, que al final no se concretó porque varias entidades e incluso la Embajada de Estados Unidos en Colombia no confirmaron su asistencia. La imposibilidad de una foto entre Uribe y Vargas Lleras también truncó ese encuentro, pero, según voces de las dos orillas, entre los próximos objetivos de los acercamientos está la fotografía entre los tres opositores.
Los coletazos de la cumbre de los expresidentes se sintieron en diversos sectores políticos, particularmente en la izquierda, pues incluso llegaron hasta Egipto, donde el presidente Gustavo Petro está en su segunda parada de una gira por tres países de Oriente Medio. En respuesta a las declaraciones de ambos jefes partidistas, que incluyeron fuertes pullas a las políticas de la actual administración, el mandatario cuestionó que sean Gaviria y Uribe las figuras indicadas para que el país avance.
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“¿Serán los llamados a cambiar al país? ¿Una coalición de extremas derechas y derechas que han gobernado durante un siglo y medio? ¿Vamos para atrás o vamos hacia adelante?”, escribió en su cuenta de X. Ese no fue el único sablazo que les mandó, pues a ambos, en otro de sus trinos, les criticó varios aspectos de gestiones en la Casa de Nariño.
El jefe de Estado dijo que Gaviria “negoció con Pablo Escobar” y que firmó el decreto de las cooperativas de vigilancia y seguridad privada (Convivir) que, según su visión, fueron germen del paramilitarismo. A Uribe lo tachó como el encargado de poner en marcha ese decreto y contribuir a escalar los ciclos de violencia. “El genocidio ocurrió en el país de manos de Escobar y del paramilitarismo. Se trataba de un genocidio agenciado desde el poder estatal”, agregó.
Por la misma línea, el presidente acusó a ambos de implantar el “neoliberalismo que privatizó el Estado y lo entregó a la misma mafia: la gobernanza paramilitar, y convirtió los derechos universales en negocios para unos pocos”. Finalmente, aseguró que su gobierno busca garantizar los derechos fundamentales de la Constitución de 1991 y que por eso Gaviria y Uribe hoy son su oposición.
El campanazo lo sintieron otros sectores tradicionales, como el bloque oficialista del Partido Conservador, comandado por los senadores Efraín Cepeda y Nadia Blel. Ambos fueron asiduos visitantes de la casa del expresidente Gaviria para las primeras charlas de la eventual coalición y siempre estuvieron jugados con la estrategia. Sin embargo, según Cepeda, no vieron con buenos ojos estar ausentes en la cumbre de este viernes en Rionegro. “Estaremos a la expectativa a ver con quién hacemos coalición”, dijo el congresista.
Las directivas de La U han manifestado lo propio, pues sus dos cabezas, Alexander Vega y Clara Luz Roldán, también se mostraron conformes con la idea de una unidad de partidos tradicionales para enfrentarse a Petro en las urnas. Sin embargo, internamente enfrentan el choque de dos bandos, los opositores al Gobierno y los que durante más de tres años han tenido cuotas burocráticas en varias entidades. En este último grupo incluso están jugados en conversar sobre lo que el jefe de Estado llamó “la nueva U” y algunos hasta han propuesto retomar sus lazos con Roy Barreras para impulsarlo en el llamado frente amplio.
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No obstante, estos nuevos movimientos en el ajedrez político se intensificarán en las próximas semanas, especialmente luego de la elección del candidato único del Centro Democrático, que se conocerá el próximo 28 de noviembre. En medio de esta elección a la que le resta menos de un mes se acordó entre Gaviria y Uribe un nuevo encuentro, esta vez en Bogotá y la que se espera, haya participación de Vargas Lleras, y por qué no, del bloque conservador de Efraín Cepeda.
Estas intenciones de “unidad” también serán determinadas por la lista de “sobrevivientes” de los procesos de recolección de firmas, que hoy ascienden a 82 comités inscritos ante la Registraduría, pero que se depuraría hasta en un 75 %. Esta lista se conocerá entre diciembre y enero, donde ya estaría configurado ese bloque que se presentaría en las urnas en marzo y medirá su fuerza electoral en el primer asalto contra el frente amplio propuesto por el presidente Petro.
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