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Consejos de Juventud: Colombia se prepara para escuchar a 11 millones de jóvenes

Una nueva página en el libro de la democracia participativa se escribirá el próximo 19 de octubre, día en que la Registraduría espera que millones de jóvenes salgan a las urnas y decidan cuáles van a ser los líderes que conectarán sus demandas como juventud con las más altas esferas de poder del Estado. Así avanza.

Redacción Región en Acción
15 de octubre de 2025 - 01:38 a. m.
Hay más de 11 millones de jóvenes habilitados para votar.
Hay más de 11 millones de jóvenes habilitados para votar.
Foto: Registraduría
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La opinión de los jóvenes no será un eco más en la democracia colombiana a partir del próximo 19 de octubre: ahora será una voz escuchada a través de las urnas y cuyas exigencias se plasmarán en las salas de máquinas de las más altas esferas del poder colombiano.

El próximo 19 de octubre se realizarán, por segunda vez en su historia, las votaciones para los Consejos de Juventud, una iniciativa defendida por la Registraduría en la que se pretende crear una cultura de democracia participativa desde los 14 años y que le apueste a un país que escuche a sus jóvenes a través del escrutinio, y no desde las redes sociales.

El máximo ente electoral ha estado durante meses dando los pasos finales para que estas elecciones sean históricas, logren un alto umbral de participación y, como resultado, Colombia fortalezca su vocación democrática al conocer cuáles son las aspiraciones que tienen al menos 11 millones de jóvenes que están habilitados para votar.

La puntada final que dio la Registraduría se vivió la semana pasada en Soacha, el municipio más poblado de Colombia que no es capital y en la que junto con el alcalde y el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, se mostraron los avances y se cerró oficialmente el plazo para inscribirse a las boletas electorales.

El registrador nacional, Hernán Penagos, ha insistido a lo largo de todo 2025 que estas elecciones, aunque desconocidas en muchos municipios y sectores de la ciudadanía, son un “tesoro” en el que los jóvenes podrán acceder a espacios de decisión que históricamente les han sido vedados. Además, explica: “es una ley y elección realmente novedosa, pero tiene valores muy importantes, como darle la oportunidad a los jóvenes de decidir la política pública juvenil en sus municipios. En nuestra época nunca nos hablaron sobre democracia o elecciones: es hora de que los jóvenes se involucren en los valores y decisiones democráticas”.

Votando el futuro

Elegir los Consejos de Juventud, como cuenta Penagos, es un ejercicio realmente pionero en Colombia; pero no sin grandes alcances. En 2018, el Congreso de la República debatió un proyecto que le apostó a que jóvenes de 14 a 18 años. Precedentes había para tomar la decisión desde el Legislativo, pues la abstención, poca claridad sobre los procesos democráticos o sencillamente la desconfianza de los ciudadanos ante las instituciones mermaba la cantidad de personas que llegaban a las urnas a depositar el tarjetón que, a fin de cuentas, significaba su voz en una democracia.

Un estudio del centro de estudios DeJusticia reveló que la tasa de abstención, históricamente, rondaba entre el 40 y el 60 % de quienes estaban habilitados para votar, entre ellos los jóvenes, que por ley no pueden ejercer su voto hasta los 18 años y, una vez cumplida la mayoría de edad, no sabían a ciencia cierta cómo ejercer su ciudadanía a través del sufragio.

Pero, ¿para qué sirven? La ley los define como instancias de participación en los que, valga la redundancia, los jóvenes hablan por el resto de la juventud en espacios de toma decisiones como las asambleas departamentales o los concejos. Penagos explicó a comienzos de 2025 que esta apuesta fortalece directamente la democracia, pues ofrece asientos y micrófonos a representantes de una población que, como los grupos étnicos, comunidades campesinas, mujeres o comunidad LGBTIQ+, pide ser escuchada y tener protagonismo a la hora de construir políticas públicas, realizar control político o realizar propuestas para cambiar su situación.

Un estudio de la Universidad del Rosario hecho a finales de 2024 ofrece más luces sobre qué quieren los jóvenes realmente: la encuesta, realizada 1.894 personas reveló que la franja juvenil del país tiene preocupaciones sobre cómo se mueven las riendas del poder en Colombia a través de la favorabilidad de altos cargos, como Gustavo Petro o Francia Márquez. Pero también mostró que los jóvenes, a través de sus contextos, también pueden proponer soluciones. El escrutinio demostró que la mayoría de los encuestados coincidió en que atacar la corrupción, sancionar justamente a quienes cometen delitos o cumplir las promesas de campaña electoral serían tres factores claves que les devolvería la confianza en las instituciones y el Estado.

“Cuando los jóvenes deciden, la democracia se fortalece”, ha defendido Penagos y la Registraduría durante todos estos meses preparativos.

Reto latente

Como todo proceso nuevo, se requiere de pedagogía y de una difusión masiva para que miles, sino millones de personas acudan a las urnas y voten correctamente. En 2021 se dio el primer experimento de los Consejos de Juventud con algo que la Registraduría definió como desafiante.

La votación no fue masiva; algo entendible para un mecanismo “recién nacido” y la Misión de Observación Electoral encontró que hubo fallas en la planeación, difusión e incluso en el conteo de los votos. Por ejemplo, casi dos de cada diez votos depositados en las urnas fueron anulados, cuando en promedio se cancelan el 7 %. Incluso la Registraduría detalló luego de totalizar los resultados que el porcentaje de abstención nacional fue del 90 %, lo que quiere decir que de cada 10 jóvenes habilitados para votar, nueve de ellos decidieron no hacerlo a pesar de que había mesas de votación alrededor de todo el país.

En territorios como Bogotá, Antioquia, Risaralda, Valle del Cauca o Putumayo, la cifra de abstención superó el 90 % y los resultados, tal como explicó la Registraduría, no representaron la totalidad de las voces de los jóvenes.

Pero la Registraduría asegura haber aprendido sobre los errores, pues para esta jornada electoral se ha recorrido prácticamente todo el país haciendo pedagogía y buscando aliados para incentivar la votación. En Cundinamarca, por ejemplo, el gobernador Jorge Emilio Rey asegura que quienes presenten su certificado electoral tendrán beneficios para acceder a becas de educación superior o les serán homologadas horas en el servicio social obligatorio; una estrategia que ha venido acompañada de eventos con adolescentes en instituciones públicas y privadas para que conozcan la importancia de los Consejos de Juventud.

“Son cerca de 45.000 jóvenes que se postularon para el proceso electoral. El censo es de 11.652.891 chicos y chicas que tendrán al menos 6.369 puestos de votación en todo el país”, comenta Penagos.

De la protesta al voto

La creación de los Consejos de Juventud también es una respuesta institucional al eco que dejaron las movilizaciones del llamado “estallido social” en 2021, cuando miles de jóvenes salieron a las calles para reclamar oportunidades, educación y un papel real en las decisiones del país. Ese capítulo reveló la frustración de los jóvenes de no ser escuchados en la democracia ni encontrar caminos reales para cambiar sus contextos. Hoy, comenta la Registraduría, con las votaciones de Consejos Municipales, ya hay una alternativa real.

A cuatro años del estallido, el país encara las nuevas votaciones con un propósito doble: fortalecer la confianza en las instituciones y medir cuánto de esa movilización de millones de personas se tradujo en compromiso democrático. Hay quienes creen que los resultados de estas próximas justas democráticas del 19 octubre podrían ofrecer una radiografía del ánimo político juvenil: si hay alta participación, sería una señal de “reconciliación” con la democracia; si no, una advertencia de que el distanciamiento entre el Estado y la juventud aún persiste.

Además, el proceso permite ilusionar a más de 11 millones de jóvenes que, a fin de cuentas, manejarán los hilos del Estado en el futuro. Los jóvenes electos tendrán la tarea de acompañar la formulación de las políticas públicas de juventud en sus municipios, impulsar agendas locales sobre educación, empleo y cultura, y ejercer veeduría sobre las inversiones que los afectan. Y aquí abarca desde temas ambientales, como de presupuesto e incluso algunas causas más conectadas a la época, como los derechos sexuales y reproductivos.

Para Penagos, los Consejos de Juventud serán sin duda un nuevo capítulo en la historia de la democracia. “Todos los días hay citas con la democracia en Colombia, pero esta cita será histórica para los jóvenes”, concluye.

*Este contenido hace parte de la alianza Región en Acción.

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Por Redacción Región en Acción

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