Después de cinco años, ¿qué balance hacen de la implementación?
Lo primero es que tenemos Acuerdo, pero falta en buena medida su implementación en el espíritu y en la letra, que es lo que desafortunadamente no se ha hecho.
El presidente Iván Duque ha dicho que es quien más ha hecho por la implementación. ¿Le creen?
El problema es cuál es el punto de partida para esa comparación. El presidente Juan Manuel Santos tuvo pocos meses en la implementación y hay cuestionamientos, porque se hubiese podido hacer más, pero se arrancó y se generó lo más importante: el ambiente de paz y reconciliación, especialmente en zonas de conflicto. Eso es lo que comienza a desaparecer a partir del mandato de Duque. Se ha congelado la implementación. Se ha avanzado en temas a paso de tortuga, en otros se han hecho cosas, pero casi que a la fuerza.
Vea todo el especial de los cinco años de la firma del acuerdo de paz
¿Cuál es el punto del Acuerdo en el que más se ha avanzado?
En buena medida es el de víctimas, así como el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, donde están la JEP, la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda.
Con las víctimas, ¿cuál es su balance?
Le contrapreguntaría: ¿qué es lo que nos toca hacer a nosotros con la reparación de víctimas?
La verdad, por ejemplo...
Estamos con la verdad. Hemos aportado toda la verdad.
¿Qué evaluación hacen de lo que han dicho en la Comisión de la Verdad?
El balance es bastante positivo. Ahora, es un proceso en construcción. La verdad no es solo la nuestra, sino un mosaico de verdades de todos los sectores que tuvimos que ver con el conflicto. A partir de ahí la Comisión tiene la tarea de construir el relato de lo que nos pasó y de lo que hay que hacer para que no nos siga pasando.
¿Hay algún “mea culpa”?
Como en toda actividad humana, hay a veces opiniones y visiones distintas, cosas que uno diría “se pueden hacer mejor de tal manera”, y hay cuestionamientos sobre la Comisión y cuestionamientos de ellos con nosotros por temas de forma, pero esa es la manera como vamos enriqueciendo el proceso.
¿Cuál es el punto con mayor rezago?
En la mayoría de puntos, fuera del de víctimas, se está bastante rezagado, pero un punto en el que prácticamente no hay nada, y que es clave, es el de tierras.
Además: (En cifras) Los PDET cinco años después de la firma de la paz
Una de las críticas es que no han aportado lo suficiente a la JEP y que, incluso, ese organismo es complaciente con ustedes. ¿Es así?
Los hechos son tozudos, están ahí. Hemos comparecido. Hay siete macrocasos y cinco tienen que ver con Farc. A las audiencias a las que nos han llamado hemos ido.
¿Qué reflexión hacen frente a las disidencias?
Que no tienen ninguna razón. No es culpa nuestra que un grupo de personas hayan decidido desertar del proceso y seguir en armas. No es responsabilidad nuestra. Incluso, puede ser del Estado. El hecho de que alguna gente se esté yendo a esos grupos es, en buena medida, responsabilidad de la no implementación.
¿Qué decirles, en un escenario hipotético, a figuras como ‘Iván Márquez’ sobre el trasegar tras cinco años? ¿Cómo convencer a los excombatientes de seguir?
A él, como a todos los que por alguna u otra razón no creen en esto, les diría que miren este balance que estamos haciendo. Este quinto aniversario es casi un plebiscito de apoyo al proceso de paz: los actos que se están realizando, los foros en distintas partes del país, la participación de la gente y, en especial, la vinculación proactiva de la comunidad internacional, que incluye la visita del secretario general de las Naciones Unidas. Todo eso es una muestra de que este es el camino.
A propósito de un plebiscito, ¿creen que las elecciones de 2022 serán otra refrendación del Acuerdo?
No solamente un plebiscito. Estas elecciones van a marcar un parteaguas: o nos inclinamos por construir paz o vamos a generar un nuevo conflicto de más de 50 años, y que será mucho más degradado.
De la baraja de precandidatos hoy, ¿quién amenaza el Acuerdo y quién sí podría implementarlo?
No voy a dar nombres. Está arrancando la dinámica electoral. Hay un abanico muy grande de precandidatos, pero aquí hay un sector, el Centro Democrático, que se mantiene en que está en contra del Acuerdo. Y hay otros sectores como el Pacto Histórico o la Coalición de la Esperanza que, en sus banderas y discursos, han planteado que están en función de la paz y la reconciliación.
Además: Partido Comunes: la difícil tarea de hacer política en Colombia
El partido Comunes enfrenta hoy una escisión por un sector que alega que ha sido silenciado por oponerse a las directivas. ¿Se han equivocado en la conducción de la colectividad?
Le contrapreguntaría: ¿qué hemos hecho contra la democracia? Hay gente a la que no le ha gustado el partido y es válido. Ya no somos una estructura militar en la que se cumple porque se cumple. Tenemos una línea trazada en conjunto y hay una dirección nombrada democráticamente que la está desarrollando. Me gusta la discusión, porque ahí se encuentra la verdad, pero ¿cómo se plantea eso?, ¿diciendo que nada sirve? No.
¿La escisión podría ser un fracaso del punto de participación en política?
La escisión está por verse, apenas está en discusión y no es una decisión tomada. En este proceso de paz, y me han cuestionado por eso, he dicho que como partido podemos desaparecer, pero eso no va a significar el fracaso del Acuerdo.
También: “No pudieron hacer trizas el Acuerdo, aunque lo quisieron”: Juan Manuel Santos
Pasados cinco años, ¿qué tan cerca o lejos estamos de la reconciliación?
Estamos cerca si acertamos en las decisiones que tomemos en las próximas elecciones.
Es decir, ¿el resultado de 2022 podría alejar esa opción de paz?
Podría alejarla o acercarla. Es el dilema en el que estamos. Hemos avanzado bastante en la reconciliación y creo que este quinto aniversario y todo lo que se está dando, incluso hasta el mismo Gobierno que está planteándose actos por ello, muestran que es un reimpulso a esa posibilidad de reconciliación.