El presidente Gustavo Petro no ha logrado sofocar el fuego amigo en su gabinete. A pesar de que su directriz a los ministros fue dejar a un lado las diferencias y empujar en conjunto por la consulta popular y las reformas —de hecho, en este contexto se vio una suerte de tregua entre la canciller Laura Sarabia y el ministro del Interior, Armando Benedetti— desde este fin de semana el ambiente se tornó tenso una vez más.
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Según conoció este diario, en el interior del Ejecutivo se libran fuertes discusiones entre algunos de los principales alfiles del jefe de Estado por temas que van desde lo jurídico, pasando por la económico, hasta los asuntos políticos y de seguridad. Con este panorama, varios funcionarios incluso han intentado ambientar la posibilidad de que Petro baraje sus cartas y realice nuevos cambios en su primer círculo.
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El atentado contra el senador y precandidato Miguel Uribe Turbay (Centro Democrático), que sacudió todos los escenarios de poder y tiene en vilo al país, también repercutió en las disputas del Gobierno. El hecho avivó la tensión entre Armando Benedetti y el director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), Augusto Rodríguez, quienes chocaron duramente en febrero por los señalamientos de este último contra el ministro en medio del escándalo de la posible entrada de alias Papá Pitufo a la campaña de Petro en 2022.
El jefe de la cartera política aseguró en la mañana del lunes que se puede hablar de “fallas” en el trámite de las solicitudes para reforzar la seguridad de Miguel Uribe y otras figuras del Centro Democrático, esto luego de que el abogado del senador anunciara una denuncia penal contra el director de la UNP por posibles omisiones. Este diario supo que el mensaje de Benedetti cayó en en la entidad como un ataque directo contra el director, quien de hecho ese mismo día llegó a la Casa de Nariño para responder a las inquietudes.
Fuentes del palacio presidencial y del Ministerio del Interior aseguraron que ese día se habló en ambas entidades de la posible salida de Rodríguez, quien por su parte le dijo a los medios que se irá cuando el presidente Petro se lo pida: “Yo creo que hemos cumplido”. El tema quedó en pausa, pues, de acuerdo con funcionarios de la Presidencia, el mandatario sigue viendo en el director de la UNP a uno de sus hombres de mayor confianza y quiere mantenerlo así, más ahora que ha abierto un frente en materia de inteligencia tras el atentado contra Uribe Turbay y las denuncias que ha hecho de intentos de ataques en su contra.
“La mafia colombiana internacionalizada en la junta del narcotráfico que se ha reunido en Cali, Puerto Boyacá, Medellín, Barranquilla y Panamá, y continuamente en Dubái, me odia por lo hecho contra ella y por haberla denunciado. Ha infiltrado el Estado y la política y busca matarme y destruir el gobierno”, aseguró este martes en uno de sus trinos en X.
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Aunque la tensión Benedetti-Rodríguez no derive en cambios, muchos en el gabinete ven con recelo que un funcionario clave para la protección de políticos y líderes no tenga interlocución con el ministro de la política, quien además es, en el papel, su superior, ya que la UNP está adscrita al Ministerio del Interior. El tema incluso ha escalado a diferencias logísticas entre ambas oficinas, pues se comenta que en varias oportunidades ha habido discrepancias a la hora de organizar la seguridad en viajes a las regiones.
Por otra parte, el ministro Benedetti aparece como foco de tensiones con otros funcionarios, como es el caso del secretario jurídico de la Presidencia, Augusto Ocampo. En los pasillos de la entidad señalan que ambos han tenido diferencias en la construcción del llamado decretazo para convocar la consulta popular, especialmente por sus estilos de trabajo. Además, según recuerdan, está el antecedente del enredo por el decreto que inicialmente designó a Benedetti como ministro con funciones presidenciales durante la visita de Petro a China y que luego fue reversado para encargar al jefe de la cartera de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo.
Parte de estos episodios habrían motivado a Benedetti para acelerar la llegada del exfiscal Eduardo Montealegre al Ministerio de Justicia, cartera que durante varias semanas estuvo en manos de Ocampo. Con el cambio, el también jefe de despacho se aseguró de poner a alguien de confianza y con el bagaje jurídico necesario para liderar la que podría ser la principal apuesta política de Petro en la recta final de su mandato.
Y es que la consulta popular también es motivo de fricción en el Gobierno. La advertencia del presidente a sus funcionarios para firmar el decreto tomó por sorpresa a varios e incluso molesto a algunos, de acuerdo con voces del mismo gabinete, ya que muchos no ven con buenos ojos la avalancha de demandas por posible prevaricato y fraude procesal. Al final, todos aceptaron la orden del mandatario. “Ministro que no firme el decreto presidencial, de inmediato se va. El poder presidencial es poder del pueblo”, les dijo Petro.
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Aunque todos firmaron, internamente quedó la sensación de una nueva división de bloques entre ministros, pues por un lado están quienes defienden a capa y espada iniciativas como la del decretazo y otros que piden mesura en el discurso y mayor análisis jurídico de ese tipo de movidas. Este martes se tiene previsto un nuevo consejo de ministros, privado después de varios meses, en el que, además de los temas presupuestales, no se descarta que algunos pongan sobre la mesa sus reparos.
Los choques también se están dando en el nivel intermedio, en entidades como el Ministerio de Hacienda. En esa cartera hay varios funcionarios de vieja data que están en contra de la suspensión de la regla fiscal, medida que ya generó alertas de los gremios y hasta del contralor general, Carlos Hernán Rodríguez.
A todos estos focos de tensión y disputa se suman los ya conocidos y que aún no tienen un desenlace positivo a la vista, como el del presidente Petro y su vicepresidenta Francia Márquez, quien este mismo martes volvió a resaltar las deudas del Gobierno en materia de seguridad, esto debido a la oleada de atentados que afectaron al Valle y al Cauca, su departamento, en menos de 24 horas. “Reitero la necesidad de fortalecer la inteligencia y anticiparnos a estos hechos que generan terror y miedo a la población”, dijo.
Aún no está claro si la vicepresidenta se movilizará este miércoles en Cali, hasta donde llegará el presidente para realizar un consejo de seguridad. Aunque el petrismo había programado una movilización en defensa de la consulta popular y destinada a la probable firma del decreto, desde el Pacto Histórico aseguran que debido a la coyuntura la jornada se rebautizaría como “movilización contra la violencia”.
La consulta popular entró en una pausa que dependerá del debate que este mismo miércoles dé el Senado sobre la reforma laboral. De acuerdo con el ministro Benedetti, hay una ventana para desistir del mecanismo si el Legislativo aprueba los artículos claves que salieron de la Cámara; sin embargo, cualquier cambio de fondo sería el banderazo para el llamado inmediato a urnas. Entre tanto, Petro y el propio Benedetti intentarán acoplar las fuerzas del gabinete y enviar mensajes unificados en todos los frentes que tiene abiertos el Gobierno.
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