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Las delegaciones de paz del Gobierno y el Eln ya están en La Habana (Cuba) para iniciar el quinto ciclo de negociaciones de paz. Este anuncio reitera la firme voluntad de la mesa de seguir trabajando por el desarrollo de la agenda que nos permita suscribir un acuerdo final para terminar el conflicto armado”, expresó hace unos días el jefe negociador del gobierno, Gustavo Bell.
El traslado de la mesa de diálogos a La Habana se produjo luego de que Ecuador suspendiera su papel como garante y anfitrión del proceso, tras el asesinato de tres periodistas ecuatorianos por parte de las disidencias de las Farc en la frontera colomboecuatoriana.
Al medio día de este lunes el equipo negociador de la insurgencia arribó a la isla para instalarse en la que será la nueva sede de negociaciones. Una foto difundida por redes sociales da cuenta de la presencia de Pablo Beltrán, jefe negociador, Aureliano Carbonel, Bernardo Tellez, Thomas García Consuelo Tapias y Silvana Guerrero.
El equipo de paz de la insurgencia fue trasladado con el apoyo de los gobiernos de Venezuela, Noruega, Brasil, Chile y Cuba, países que acompañan los diálogos de paz. A partir de este martes, la mesa de diálogos emprenderá una carrera contra el tiempo a fin de sellar un acuerdo de cese bilateral del fuego y el mecanismo de participación de la sociedad en la mesa de negociación.
Valga recordar que los diálogos de paz entre las Farc y el Gobierno se desarrollaron por más de cinco años en la capital cubana y dieron como resultado la firma de un Acuerdo de Fin del Conflicto. Para muchos la isla ofrece garantías de seguridad y confidencialidad que permiten construir una relación de confianza entre las partes, lo que favorece el avance de la negociación.
Así pues, a partir de este martes, los delegados de paz de la guerrilla y el Gobierno instalarán el quinto ciclo de negociaciones, el cual resulta crucial si se tiene en cuenta que en menos de 20 días se realizarán las elecciones Presidenciales en su primera vuelta, y que la mesa de negociaciones con el Eln no goza de la mejor imagen entre los aspirantes a la Casa de Nariño, toda vez que en más de 15 meses de negociaciones no se ha podido sellar ninguno de los puntos de la agenda de negociación.