El Congreso de la República aprobó el martes en su cuarto debate el proyecto de acto legislativo que busca regularizar el cannabis de uso adulto. Así las cosas, por primera vez en la historia del Legislativo, tras múltiples intentos sin éxito, ese proyecto logró ser aprobado en su primera vuelta.
La iniciativa busca eliminar la prohibición del cannabis del artículo 49 de la Constitución. Por ahora, le faltan otros cuatro debates el próximo año (2023) en el Congreso, y, al parecer, hay buen ambiente. En entrevista con El Espectador, el representante y autor de la propuesta, Juan Carlos Losada (Partido Liberal), habla sobre los puntos polémicos y la forma en la que se reglamentaría la ley.
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¿Qué representa la aprobación del cannabis en su primera vuelta?
Es un cambio de mentalidad importante y, por supuesto, una visión diferente sobre lo que debería ser la política de drogas en el país. Puede constituir, de hecho, un primer paso para eso, en consonancia con lo que ha planteado el presidente Gustavo Petro en términos de una transformación.
Igualmente, pone a Colombia a la par de países que hace décadas regularizaron el cannabis, como lo ha hecho Portugal, Uruguay, Canadá y 19 estados de los Estados Unidos (EE. UU).
Puntualmente, ¿de qué manera esta propuesta puede influir en esa transformación de la política de drogas?
Por algo hay que empezar y, siendo el cannabis una sustancia que es menos dañina que otras que ya están reguladas, lo lógico es que ese cambio empiece por el cannabis. Por ejemplo, el tabaco mata a la mitad de las personas que lo consumen, es decir, 8 millones de muertos por tabaquismo. Por su parte, el alcohol, según estudios internacionales, es tan dañino para la salud como para el entorno social.
Después de hacer la regulación, si efectivamente permite una tributación importante para el Estado, promueve la generación de empleos, lucha de manera más efectiva contra el narcotráfico, microtráfico, los jibaros, los traquetos; Colombia puede empezar a pensar en regular otras sustancias, como ha sucedido en otros países.
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En términos de recursos, ¿cuánto le podría entrar al país con la regulación?
En Colombia se calcula que debe haber alrededor de un millón 400 mil consumidores de cannabis, lo que quiere decir que este mercado regulado podría representar un número de recursos muy importantes a través de la vía de la tributación.
¿Cómo sería esa tributación?
Nosotros hemos establecido en el acto legislativo que la tributación del cannabis debe hacerse de manera municipal, porque estos recursos podrían traerles múltiples dividendos a las zonas rurales. Esa plata deberá ser gastada en tres áreas principales: educación, salud y agricultura.
Ahora, si al principio se ponen demasiados impuestos, será muy difícil competir contra el mercado ilegal; por eso la tributación debe ser progresiva, es decir, en los primeros años debe ser poca, para poderle quitar el mercado a los ilegales y, en la medida en que se vaya legalizando, se podría aumentar la tributación.
¿Cómo se va a garantizar que esos recursos efectivamente lleguen a las entidades territoriales?
De hecho, eso está en el proyecto: serán los Consejos Municipales y los alcaldes quienes establecerán el tributo que deberá ponerse al cannabis. La ley que seguirá a este acto legislativo tendrá que medir cuáles son los mínimos y los máximos que se pueden establecer, pero, esa plata será recolectada directamente por las alcaldías, no tendría que pasar por el Gobierno Nacional, va directamente al arca de los municipios.
¿Qué deberá incluir esa próxima ley para reglamentar?
Lo que ha propuesto la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis (Asocolcanna) es que la reglamentación se haga a través del Plan Nacional de Desarrollo (PND), lo que podría ahorrarnos mucho tiempo. Si el Gobierno Nacional no acepta esa idea, entonces, deberíamos presentar una ley estatutaria que permitiera esta reglamentación.
Ya cursan en el Congreso algunas iniciativas en esa vía, pero, están trancadas y no han podido ser discutidas. Por eso, hemos pedido al gobierno de Gustavo Petro, con la firma de 25 congresistas, que se cree una mesa de concertación cannábica legislativa, para que se puedan estudiar todos los proyectos en ese sentido y tomar decisiones sobre hacía dónde debe caminar la regulación.
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A algunos sectores, especialmente de oposición, les preocupa la salud pública y que incremente el consumo...
La experiencia internacional muestra que no aumenta, de hecho, en algunos estados de EE. UU. ha sucedido que ha disminuido y, se ha reducido el consumo de otras sustancias más peligrosas. Ahora, nuestro proyecto tiene límites para entornos escolares y, la reglamentación podría prohibir el consumo en zonas comunes de la propiedad horizontal y en espacios públicos.
Respecto a la salud pública, el Estado tendrá la obligación de darle atención a los consumidores problemáticos, que son más o menos el 10%, muy poco.
¿Cómo ve el ambiente en el Congreso para la segunda vuelta el próximo año?
Este es un Congreso distinto al que tuvimos la vez pasada: es más liberal, progresista y joven. Por otra parte, los congresistas han atendido a los argumentos, cifras y estudios que durante años llevamos exponiendo.
En todos los debates de este año, menos en el de ayer, tuvimos la mayoría que se requiere. Eso quiere decir que si los parlamentarios que ya votaron “sí”, vuelven a hacerlo, el proyecto estaría aprobado sin duda. Creo que los votos estarían garantizados.
